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F. Nietzsche. La verdad, el conocimiento


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2019  •  Ensayos  •  870 Palabras (4 Páginas)  •  221 Visitas

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F. Nietzsche. La verdad, el conocimiento.

¿Qué es conocer?

La clave del conocimiento está en asimilar que se trata de una lucha, que estamos frente a una relación de poder. Conocer no es descubrir con inocencia lo que las cosas ocultan, sino que se trata de imponer una violencia sobre la cosa, de dominarla, de ponerla al servicio de quien la ejerce. Por ejemplo si nos encontráramos en la Atenas del siglo V a. c., bajo una cultura pagana, un grupo de jóvenes reunidos en el ágora y de pronto, uno de ellos cae sacudido por violentas contracciones, rechina los dientes y por sus labios entreabiertos emerge abundante saliva. Sus ojos se ponen en blanco y una notable fuerza parece agitarlo. Los demás a su alrededor se llenan de envidia, es que quien es sacudido está poseído por los dioses: es el elegido. Si nos trasladamos con la misma escena pero en Roma durante el siglo XIV, alguien va en busca de un obispo porque estamos en tiempos cristianos. Éste seguro dirá que se trata de una posesión y entregará al sujeto a la inquisición, para ser torturado hasta que confiese cuando pactó con el maligno. La misma experiencia, hoy en una gran ciudad de Occidente, bajo vientos más laicos, se buscará un médico, quien diagnosticará un ataque de epilepsia.[1] En los tres casos nos hayamos frente al mismo fenómeno devenido tres “objetos” diferentes, tres conceptos divergentes (posesión divina, posesión satánica, epilepsia). Esto muestra que cada saber, como emergente de una época y una cultura, traza los límites de su alcance y establece “objetos, conceptos y técnicas” que definen su horizonte.

De todo esto precipita por qué subraya Nietzsche que no hay verdades sino interpretaciones. No hay, la Verdad; sólo verdades que no son más que interpretaciones interesadas, modos de concebir por alguna conveniencia, lecturas desde distintos ángulos mezquinos para apropiarse de las cosas. Saber es poder. El conocimiento deviene en la más eficaz estrategia para la dominación, un ejercicio de la voluntad de poderío. En esta inteligencia, si se trata de interpretaciones lo que importa es quién la sostiene y no qué afirma.[2]

Por semejantes razones, dice Nietzsche, la crítica más contundente se apoya en la pregunta ¿Quién lo dice?, y de esa manera descubrir qué intereses tiene ese quién para sostener el qué dice. Por ejemplo: cuando Platón proclama que gobiernen los filósofos está diciendo “yo Platón, soy la verdad”.[3] Este modo de entender el problema es lo que se denomina “perspectivismo gnoseológico”. ¿Qué es entonces la verdad? Como dice Nietzsche, “un dinámico tropel de metáforas, metonimias y antropomorfismos que (…) tras un largo uso, un pueblo considera sólidos, canónicos y obligatorios”.[4] Es decir, una genuina convención, una mentira que cristaliza por necesidad, una ficción que se adopta por su utilidad social. En otro texto dice: “la verdad es aquella clase de error sin el cual no puede vivir un ser viviente de determinada especie. El valor para la vida es lo que se dice en último termino”.[5] Mentiras que sirven. Ya había dicho Goethe (1749-1832): “es verde el áureo árbol de la vida y gris toda teoría”.[6]

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