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Filosofia


Enviado por   •  6 de Septiembre de 2015  •  Ensayos  •  1.162 Palabras (5 Páginas)  •  154 Visitas

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"Estética en la música y la enseñanza musical” [pic 2]

Introducción

 Al hablar de estética nos estamos conduciendo por un camino lleno de curvas peligrosas y un camino profundamente dialéctico. Este pequeño ensayo trata de mi punto de vista sobre la estética en mi entorno profesional que es la música y la enseñanza musical tomando en cuenta nuestro contexto social y económico.

Debemos de partir del punto de vista de que la estética no es la enseñanza del arte, sino la filosofía del arte. Es decir, la estética no se encarga la técnica de creación del arte sino de la comprensión de la obra artística.

En mi disciplina artística que es la música, es difícil crear cánones sobre si una pieza musical es una obra de arte o no. Incluso para unos puede serlo y para otros no. Para algunos una pieza musical puede ser técnicamente bien hecha y para otros no. De la misma manera una pieza musical puede pertenecer a una determinada categoría estética y por supuesto para otros no.

Desarrollo

Normalmente estas categorías o estas características técnicas las podrá determinar un experto o alguien con cierto criterio certificado. Pero estos datos cualitativos o cuantitativos que arroje el crítico de arte, no hará que la obra de arte sea comprendida cabalmente, solo nos dará una dirección o nos ayudará a trazar un camino hacia la comprensión de la obra.

Por otro lado, podemos decir que existe el “buen gusto”, que podría definirlo como el saber distinguir entre lo “bien hecho” y lo “no bien hecho”, es decir, el buen gusto lo dicta quienes son de alguna manera conocedores a fondo del arte o verdaderos conocedores en las diferentes disciplinas artísticas, y sus parámetros grosso modo recaerán en lo refinado, en las proporciones equilibradas, en lo bien dicho, en lo armonioso, etc.[pic 3]

Ahora bien, no debemos confundir el buen o mal gusto con la estética, aunque sus definiciones podrían estar muy cercanas, creo que no son lo mismo. Para ilustrar esto, pongo un ejemplo muy simple: Hablemos de alguien que le gusta la música, digamos como suposición que esta persona pertenece a la clase obrera y su música favorita es la música popular sinaloense. Ahora, esta persona escucha una canción de banda y le recuerda a cierta persona de la cual está enamorada, la canción le “llega” tanto que le hace sentir un jardín se sensaciones --aunque la letra sea de lo más común, sin ningún rasgo poético, ni siquiera metafórico, nada… y la música sea también simple, en pocas palabras, esta canción puede ser tachada o menospreciada por un experto. Pero para el enamorado de nuestro ejemplo, no lo es, para él se trata de una pieza musical fabulosa, que hace volar su mente, siente “cosquillas en la panza”, y sobre todo le hace recordar a un ser querido. En mi opinión esto es totalmente válido, aquí no importa si la pieza es o no de buen gusto, si contiene o no una letra poética o una progresión armónica de tipo jazzística, aquí lo que importa es lo que le hace sentir al enamorado de este ejemplo. Quizá esta persona no posee un “buen gusto”, o un gusto refinado por la “buena música”, pero para él la pieza es estética y posee la belleza necesaria para considerarla una pieza hermosa que le hace brotar sentimientos muy especiales.

Con lo anterior quiero decir que para la estética no hay patrones definidos, la estética puede cambiar, adaptarse, evolucionar según sea el caso en particular.

Pero  también creo que esto podría cambiar para bien, es decir, a nuestros estudiantes no les hará daño el aprender sobre lo bien hecho, lo bien construido, aprender sobre la estética de las bellas artes, y sobre todo el gusto por lo que se considera arte. Deben saber que hay otro mundo aparte del que ellos conocen, otro mundo donde existe una música bien construida, con mensajes inefables, música con letras poéticas, no nada más un lenguaje común y corriente, que no solamente nos hacen enamorarnos, sino que nos hacen vivir otras realidades o irrealidades íntimas de nuestro subconsciente, música que es alimento para nuestro espíritu y no solo para nuestro cerebro.

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