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Filosofía Escolástica


Enviado por   •  1 de Julio de 2014  •  3.101 Palabras (13 Páginas)  •  335 Visitas

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La Escolástica

1.- El nacimiento de la escolástica.

La filosofía medieval se caracteriza fundamentalmente por ser una combinación de los dogmas de las religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo e islam) con los métodos y conceptos de la filosofía pagana, en especial los de la línea racionalista representada por Platón y Aristóteles, quienes de hecho tuvieron un peso relativo mayor para la filosofía medieval del que tuvieron en su propia época (recuérdese que el pensamiento más extendido en la época grecorromana no era el de Platón y Aristóteles sino el de las escuelas estoica y epicúrea). La pretensión de asimilar la tradición monoteísta con la tradición filosófica pagana, dotando a la primera de un lenguaje y estructura filosófica de los que carecía en su origen, supuso una interminable fuente de conflictos, ya que algunos de los planteamientos básicos de estas dos tradiciones están radicalmente enfrentados. La filosofía griega afirmaba que la materia, y el mundo, eran eternos, y en consecuencia no habían tenido un comienzo en el tiempo, a la vez que consideraba que era imposible que algo procediera de la nada. Las religiones monoteístas afirmaban que Dios había creado el mundo (incluida la materia) a partir de la nada y en un momento concreto del tiempo. Algunos autores, entre ellos Aristóteles, habían negado la inmortalidad del alma, inmortalidad que constituye un elemento esencial en las tres religiones monoteístas, cuyo orden moral y escatológico se basa en la existencia de premios y castigos después de la muerte. Por otro lado, la imagen de la divinidad que tenía la filosofía pagana era mayoritariamente impersonal (la idea de Bien en Platón, el Motor Inmóvil en Aristóteles), mientras que las tres religiones monoteístas creen en un Dios personal, que no solo tiene conocimiento de todas las criaturas particulares que existen en el mundo, sino que además tiene cualidades como la voluntad, el amor, la ira, la compasión, etc. Ambas tradiciones parten de imágenes del mundo muy distintas y difícilmente compatibles en algunos aspectos, y su combinación en la cultura medieval fue causa de multitud de problemas filosóficos. De este modo, el problema básico de toda la filosofía medieval, encarnado en múltiples cuestiones concretas, es cómo compaginar Fe y Razón: cómo hacer compatibles los dogmas de la Fe monoteísta con el conocimiento racional heredado de la cultura grecorromana.

La primera fase en la adaptación de la filosofía pagana al monoteísmo la llevaron a cabo el judaísmo y el cristianismo entre los siglos I y V d.c. A comienzos del siglo I d.c. el rabino Filón de Alejandría produjo una doctrina filosófica conocida como “judeoalejandrismo” que interpretaba los contenidos de la religión judía por medio de conceptos platónicos y estoicos. El cristianismo llevó a cabo dicha adaptación algo más tarde, en el periodo conocido como “Patrística”, entre los siglos II y V d.c., que finaliza con la consecución de la doctrina que será la base de toda la teología posterior en Europa Occidental, la de S. Agustín de Hipona, que produjo una interpretación filosófica de los dogmas cristianos basada fundamentalmente en Platón. Tras ese momento, siendo ya el cristianismo la religión oficial en todos los territorios del antiguo Imperio Romano, y habiendo sido prohibidas las religiones paganas, la filosofía, unida a la tradición de pensamiento pagana, dejo de ejercerse poco a poco en Occidente, hasta que en el siglo VI d.c. el emperador Justiniano decidió prohibir la enseñanza de cualquier doctrina que no fuera el cristianismo, cerrando todas las escuelas filosóficas que aun quedaban en Atenas (entre ellas, la Academia y el Liceo).

Los profesores de estas escuelas, así como sus bibliotecas, pasaron a Siria y de allí a Persia, que fue conquistada por la nueva religión islámica a finales del siglo VII. El contacto con la tradición filosófica pagana (sobre todo con Platón y Aristóteles) hizo que a comienzos del siglo X surgiera en el mundo islámico una tradición filosófica propia (la “falsafa”) que se oponía a las tradicionales corrientes teológicas y reclamaba una interpretación más racional del Corán. Esa corriente filosófica, desarrollada primero en Bagdad y posteriormente en Al-Ándalus, pasó a Europa Occidental a través de la Escuela de Traductores de Toledo, confluyendo con el desarrollo de una corriente de recuperación de la Filosofía en Europa conocida como “Escolástica”, y aportándole muchos de los textos de la filosofía grecorromana, que se habían perdido en Europa Occidental.

Tras la caída del Imperio Romano a finales del siglo V d.c. la Filosofía había prácticamente desaparecido en Europa. Desde ese momento hasta inicios del siglo XI, la escasísima producción filosófica europea se limita a repetir y glosar las obras de los autores cristianos del periodo patrístico, especialmente de S. Agustín, sin que surjan ni corrientes ni planteamientos nuevos (salvo durante el brevísimo periodo conocido como “Renacimiento carolingio”, en el siglo IX). S. Agustín daba una enorme preeminencia a la Fe respecto a la Razón, de tal modo que el predominio absoluto de su doctrina implicaba el abandono de los métodos racionales de la filosofía.

La tradición filosófica empezó a recuperarse en la Europa cristiana a partir de la fundación de las escuelas catedralicias y las universidades, directamente vinculada al crecimiento de las ciudades y la recuperación del comercio, la burguesía y la cultura urbana frente al modelo feudalista y rural de la Alta Edad Media. Las universidades se dividían en cuatro facultades: Teología, Artes liberales, Derecho y Medicina. Aunque los estudios más importantes seguían siendo los de la facultad de Teología, la facultad de Artes1 fue lentamente aumentando su prestigio, en buena parte basado en la “dialéctica”, la disciplina liberal que se ocupaba del estudio de la lógica y el razonamiento, y que en la terminología medieval se corresponde con el pensamiento filosófico. El impulso definitivo a la filosofía llegó cuando los teólogos adoptaron también los métodos racionales de la dialéctica y los aplicaron a la Teología racional, esto es, la forma de Teología que no se basa en los comentarios de las escrituras sino que pretende demostrar de manera racional e independiente los dogmas de la religión cristiana. La filosofía académica que se realizaba en las universidades (tanto en la facultad de Teología como en la de Artes) se conoce como “Escolástica” (la filosofía de los “escolares”, esto es, de los profesores universitarios). Fue la forma predominante de filosofía entre los siglos XI y XVI, y siguió perviviendo en las universidades durante el periodo moderno. De hecho, en las universidades

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