Filosofía de la educación: una disciplina para formar a una nueva sociedad

       Filosofía de la educación: una disciplina para formar a una nueva sociedad

Javier Lasso Belalcazar^[1]

1. Introducción

No cabe duda que, desde el origen de la raza humana, a medida que avanza su proceso evolutivo, también se ha venido aumentando la capacidad de razonar y reflexionar acerca del porqué de las cosas y, en ese razonar y reflexionar está inmersa la filosofía, lo cual ha contribuido hasta nuestros días, a encontrar respuestas a muchas preguntas relacionadas con el ser, la fe, la razón y a la ruptura de muchos paradigmas relacionados con el misterio de la vida. Lo anterior supone, que nuestra existencia siempre ha estado interrelacionada con el filosofar.

De ahí que, como proceso de pensar y repensar ideas, generando conocimiento, surge en un mar de disciplinas humanas la filosofía de la educación, con la finalidad de coadyuvar en el proceso de formación integral de la humanidad, surge de la praxis filosófica y la necesidad de dar solución a nuevas problemáticas relacionadas con los procesos sociales. En este sentido, el presente documento, tiene la finalidad de abordar de manera teórica las concepciones de filosofía, educación y la filosofía de la educación como disciplina emergente de la filosofía del pensamiento.

 Además, se hace mención de las tareas básicas que tiene la filosofía de educación como disciplina formativa, también abordarán las principales corrientes filosóficas que aportan a la filosofía de la educación, como lo son el idealismo, el positivismo, el empirismo, la filosofía analítica, entre otras.

2. La filosofía de la educación y su concepción

Antes de reflexionar acerca de la filosofía de la educación, debemos partir de los conceptos de filosofía y educación, con el fin de comprender el porqué de la articulación de la ciencia filosófica con el proceso educativo.

2.1. Concepciones de filosofía y educación 

La filosofía permite el desarrollo del pensamiento crítico, estimulando al sujeto a tener un concepto de sí mismo y de compromiso con la realidad. Por ello no podemos olvidar que la función de la filosofía no es dar respuestas, sino posibilitar la pregunta acerca del “mundo” y su representación. Para Kant, la filosofía engloba la relación de todos los acontecimientos, con los fines esenciales a los que tiene la razón humana. La filosofía en su rango de ciencia, por su gran aporte al desarrollo científico  y social es considerada  una disciplina académica y un conjunto de reflexiones y conocimientos de carácter trascendental que, en un sentido general, estudia la esencia de las cosas. Trata de responder a una variedad de problemas fundamentales acerca de cuestiones como la  existencia de las cosas  y el ser  (ontología y metafísica), el conocimiento  (epistemología y gnoseología), la  verdad  (lógica), la  moral  (ética), la belleza (estética), el valor (axiología),  entre otras. A lo largo de la historia, muchas otras disciplinas han surgido de la filosofía, por lo que es considerada la base de todas las ciencias modernas por muchos autores.  

Por su parte, la educación se puede considerar como el proceso de facilitar el aprendizaje o la adquisición de conocimientos, así como habilidades, valores, creencias y hábitos. El proceso educativo se da a través de la investigación, el debate, la narración de cuentos, la discusión, la enseñanza, el ejemplo y la formación en general. Según la Teoría del Aprendizaje de Piaget, el aprendizaje es un proceso que sólo tiene sentido ante situaciones de cambio. Por eso, aprender es en parte saber adaptarse a esas novedades. Este psicólogo explica la dinámica de adaptación mediante dos procesos que veremos a continuación: la asimilación y la acomodación. En palabras de Vygotsky: "La educación, por su parte, puede ser definida como el desarrollo artificial del niño. ... La educación no sólo influye sobre unos u otros procesos del desarrollo, sino que reestructura, de la manera más esencial, todas las funciones de la conducta" Vygotsky, año citado en Baquero. (1996, p. 105).

Después de las consideraciones anteriores, queda claro que la educación y la filosofía en algún momento tenían que converger, ya que, el proceso de desarrollo humano y social les compete a las dos, a filosofía como ciencia y a educación como proceso.  

2.2. La filosofía en el proceso educativo

La humanidad a lo largo de la historia, siempre ha estado en vínculo con la educación, debido a ello y a medida que se evoluciona en el tiempo seguirán surgiendo diversidad de estudios y procesos con la finalidad de profundizar en sus concepciones y aplicabilidad. Desde esta perspectiva la filosofía no se aparta y mantiene su estatus de base en los procesos educativos.

En este sentido, cabe reseñar a filósofos que, desde la antigüedad hasta la contemporaneidad, han realizado importantes aportes a la educación. De la época antigua se destaca a Sócrates, el cual expresa que la mayéutica es una instancia que favorece el aprendizaje, pues por medio de una reflexión personal el individuo, mediante la ayuda de un apoyo o docente, puede llegar a conocer la verdad. También se encuentra a Platón (427-347 a.C), quien afirma en su obra la República que el ciudadano debe cumplir un perfil en donde la educación obliga a saber más que el común; y a Aristóteles (384-322 a.C), cuya idea central gira en que la educación es algo natural en el ser humano y esta comprende lo que es mejor al ser humano, en especial a través de las reglas civiles y morales.

Ya en la Edad Media, se destaca a Santo Tomás de Aquino (1225-1274), que en referencia a la educación hace una validación de los padres en la tarea educativa y destaca el carácter formativo de la educación que concede al ser humano crecer en la perfección.

En la época moderna, se referencia a Locke (1632-1704) quien hace un aporte filosófico centrado en que la educación debe estar en armonía con la socialización de la clase y Herbert (1776-1841), afirma que la instrucción como base de la educación, promueve el aprendizaje.

Ya adentrados en la época contemporánea, Dewey (1859-1952) centra su filosofía educativa en dos ideas, la primera: la educación como un proceso para formar disposiciones fundamentales respecto a los seres humanos; y la segunda: la dimensión educativa es como una técnica, basada en la experiencia que le da sentido a la práctica y que aumenta la capacidad de poder analizar los aspectos que se desprenden de ella. También, Peters, S. (1919-2011) afirma que la educación debe girar en torno a los objetivos de especificar con la mayor exactitud posible lo que se quiere hacer y que la educación consiste en aprender algo de valor que comporte un conocimiento organizado el cual el educando adquiere para sí, Altarejos y Naval, (2011).

Finalmente, y luego de estudiar las concepciones de filosofía y educación, queda demostrado la conexión que hay ente la una y la otra, ya que, mediante el aprendizaje de la filosofía se van estructurando bases que permiten razonar y por ende el desarrollo del pensamiento, que en ultimas pueden llegar a configurar en buena medida el proceso educativo del individuo.  

2.3. La filosofía de la educación

La filosofía de la educación es una disciplina relativamente moderna que estudia el fenómeno educativo y las teorías sobre el mismo desde una perspectiva racional, con el deseo de ofrecer una explicación definitiva, sobre la educación humana y su pedagogía de enseñanza. Para Quintana (1982) la Filosofía de la Educación debe ser considerada como “Filosofía aplicada”, es decir, una aplicación de los conocimientos filosóficos a los problemas educacionales para tratar de esclarecerlos y de orientar la práctica educativa. En este sentido la Filosofía de la Educación, más que abrir nuevos y propios campos de estudio, utiliza las conclusiones logradas en diversas ramas de la Filosofía sobre todo las concepciones del mundo (la Antropología, la Ética y la Axiología). Se considera también la relación existente entre Filosofía de la Educación y Teoría de la Educación o Pedagogía General.

En este contexto, la Filosofía de la Educación puede definirse como la aproximación al mundo de los fenómenos educativos desde una perspectiva filosófica. Se encuadra, por tanto, en el ámbito de la Filosofía Práctica pues constituye un saber de la acción, para la acción y desde la acción, donde el sujeto en su praxis aprende a razonar, pensar y con ello la adquiere el conocimiento que lo valida como sujeto cognoscente.  

La filosofía educativa nace de la reflexión de los ámbitos teórico-práctico de la pedagogía, el cual es fruto de la acción del ser humano, es decir, de la acción de educar surge una realidad nueva Vásquez (2012); y como ya se expresó, esta reflexión se ha hecho desde tiempos remotos. Sin embargo, como disciplina epistemológica prácticamente se ha ido constituyendo a partir del siglo XVIII; y en cuanto disciplina académica, o asignatura es bastante joven Altarejos y Naval (2011). De ahí que, se resalte la importancia de aprender acerca de la Filosofía de la Educación, la cual plantea el desafío de tener una visión más amplia de su objetividad y eficacia en el desarrollo de la mentalidad moderna, por tanto, debe permanecer en la malla curricular, como lo afirma Vásquez (2012).

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