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Funes El Memorioso

mauriciomatta13 de Abril de 2014

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Apertura 2006

Los códigos de Verón

José Luis Petris

Hincha de Boca

Escribo para discutir con un texto que todavía no conozco, y que usted tiene ahí, arriba o abajo de

estas líneas. Si aún no lo leyó estará en condiciones semejantes a las mías, si lo leyó, depende de qué opine

sobre la postura de mi amigo Gastón: sepa que si coincide con él no podrá estarlo conmigo, y que si no le

satisfizo tal vez no lo sea por mis mismos motivos.

Escribo sobre Juan Verón como hincha de Boca. Y usted puede pensar que lo hago con la herida

abierta de la derrota, desde el dolor. No intentaré convencerlo de otra cosa.

"La brujita" Verón es el hijo de "la bruja" Verón. Es el símbolo del fracaso de la Selección Nacional

en el Mundial del 2002, el lavador de culpas de Marcelo Bielsa, el que Carlos Bilardo llevó a Boca.

Verón fracasó en Boca, en el exterior, en la Selección y volvió a la Argentina. Coqueteó con Boca y

con River, pero eligió Estudiantes, la opción menos riesgosa: no había obligación de ganar, y si ganaba: La

Gloria.

Y Verón jugó la final de Estudiantes con Boca, pero no el partido con River, donde Estudiantes

desarrolló su mejor juego. Y se las agarró con Martín Palermo, que también se fue de Estudiantes a Boca,

pero triunfó en Boca, fracasó en el exterior, fracasó en la Selección, tres penales al margen, y volvió y triunfó

en Boca. ¿Qué le dijo Verón a Palermo en la cancha de Vélez?

Poco importa, importa lo que se vio: habló por lo bajo, casi sin gestualidad. ¿Qué hizo Palermo?

Gestualizó desconcierto, primero, y luego malestar. Dos opciones: Verón trató de sacar del partido a

Palermo, ocultándose de todos, exponiendo sólo a Palermo; o arregló cuentas personales amparado por el

espacio público, atiborrado de testigos SÓLO de la posible reacción de Palermo.

La segunda opción no habla de hombría. Pero la primera tampoco de picardía. No hay mejor

contraejemplo para un abanderado de Estudiantes que uno de Gimnasia: Guillermo Barros Schelotto. El

"mellizo" es famoso por "trabajar" los partidos y a sus rivales: es mañero, protesta todo, también habla por lo

bajo, PERO TODOS SABEN QUE ESE ES SU JUEGO. No se esconde debajo de una imagen de jugador

correcto, no esconde su hacer: es leal jugando en los límites del reglamento, y un poco más allá también,

pero haciéndose cargo de su responsabilidad. Barros Schelotto no se esconde del público, se esconde sólo del

árbitro, como buen pícaro que se muestra como tal.

Verón en la cancha de Vélez nos hizo saber que el desgraciado era él y no Juan Pablo Sorín, hoy que

podemos entender su "juego", hoy que lo vimos hacer lo mismo que en esa cancha de Europa antes del

último mundial. Pero el periodismo no lo critica, porque es un ídolo. Se lo perdona como le perdonó el

arañazo desde atrás a Marcelo Gallardo, otro "ídolo". Y porque una epopeya como la de Estudiantes no

puede tener héroes de barro.

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Apertura 2006

Los códigos del fútbol: el caso Verón

Gastón Cingolani

Hincha de Estudiantes de La Plata

"Los códigos del fútbol" son un invento de los medios. O, para ser más justo y no trivializar el

problema, son un invento CON los medios. Nadie sabe -pese a las leyendas contadas por Perfumo, el

Bambino Veira y otros viejos mediáticos ex-futbolistas- si antes de la televisión había "códigos del fútbol".

Y si se sabe, o se supone, es porque ahora se lo cuenta en los medios.

Esta conjunción no es azarosa: los "códigos del fútbol" se definen como la ética del no decir

públicamente -en los medios- lo que ocurre en la intimidad del ambiente del fútbol. Por lo tanto, todo lo

que se ventile en los medios injustificadamente o a contracorriente de lo que se considera no-publicable,

rompe esos "códigos".

Juan Sebastián Verón es uno de los jugadores más mediatizados. Cualquier cosa que haga, será

juzgada bajo esa ética mediática.

Final del campeonato. Verón (jugador e hincha de Estudiantes de La Plata) tiene en pleno partido

una visible actitud de enojo con Palermo (jugador de Boca e hincha de Estudiantes de La Plata); esta actitud

empieza a hacerse más o menos inteligible o imaginable a partir de que la respuesta de Palermo se ve clarita

en sus labios: "¿qué querés que haga, boludo?".1 Termina el partido, Estudiantes es Campeón.

¿Qué le dijo Verón en el campo de juego a Palermo? Nadie lo sabe, salvo ellos (y los jugadores que

estaban cerca).2 Pero Palermo durante los días posteriores se encargó de decir a cuanto micrófono tuvo por

delante que Verón lo insultó y le reclamó estar jugando por Boca contra Estudiantes.

¿Quién rompe los códigos del fútbol? ¿El que -sabiendo que el fútbol "es para los vivos" y se juega

EN LA CANCHA, con y sin la pelota en los pies- incluye todo tipo de intentos de desconcentración y

desestabilización emocional al rival, pero guarda para la intimidad de esa esfera lo que allí sucede, pese a su

(siempre fragmentaria e irregular) mediatización?, ¿o el que fuera de la cancha cuenta las intimidades,

denuncia a sus colegas, acusa ese tipo de recursos, como si estuviera alentando una ética universal? Tener

códigos no es decir "yo tengo códigos". Respeto a quienes no son buchones, ni lo declaman. Claro, el

silencio no se mediatiza y por eso es difícil de apreciar. ¿Es extraño que los medios exalten como un valor

positivo algo que en realidad es lo mediáticamente invisible, si el código de silencio sólo se ve cuando se

rompe? No, porque sin "código" no habría acontecimiento de ruptura. Tampoco es extraño que los hinchastelevidentes

se encariñen o se ensañen con quienes son juzgados según estos códigos EN LOS MEDIOS: uno

ama/odia a los Verón-texto, Palermo-texto, Sorín-texto, Riquelme-texto (Cf. Petris, Foul-Táctico número

15). Yo respeto a los que no son buchones.

2

1 Cronológicamente, la primera mediatización no es una respuesta de Palermo a un reproche de Verón, sino a los de la

platea de Estudiantes, exactamente a los 41min.40seg. del primer tiempo.

2 Volví a ver el partido completo de la transmisión y el resumen especializado en este tipo de apostillas (el de Paso a

paso) por enésima vez, especialmente para redactar estas líneas.

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Televisión: El índice obediente

Raúl Barreiros

Puesto en un documental, en un noticiero, en un reality, el icono generado por un índice genuino es

de una gran ayuda.

Puesto en una telenovela, en una ficción histórica, el icono generado por un índice es de una gran

ayuda.

¿Ayuda? ¿De qué? ¿Para qué?

Bueno, en el caso de lo documental muestra una verdad, una coincidencia con su ser de índice

genuino. Permite dar prueba y asegurar el sistema de lo real, verbigracia se puede ver fútbol por televisión.

Bueno, en el caso de la ficción muestra una "verdad", una coincidencia con su ser de índice genuino.

Permite dar prueba de lo real de los actores y asegurar el star system, los programas de la farándula.

Los géneros, los tipos discursivos, clases de textos o interpretantes, dicen como leer un signo. No

importa cuanto mide un signo.

La televisión no es una cámara ni un espejo, es una institución que, por supuesto, se instituye en el

lugar que ha peleado y que le han dejado el resto de las instituciones sociales. Se ha puesto de acuerdo con el

mundo en cómo deben leerse los signos que presenta de acuerdo a estatutos elaborados en conjunto. El

mundo la provee del tiempo social medido, lo que le permite la comprobación del directo de la transmisión y

así asegurar la simultaneidad; también de una sociedad, de una historia de la narración. En suma, le mete sus

condiciones de producción para que aprenda a hacer televisión y nos enseña las condiciones de

reconocimiento para que la podamos entender.

La televisión le da a sus imágenes una estilística diferente, toda vez que los estilos del mundo

cambian, tratando de no ser igual que lo real, sobre todo porque los mundos no se duplican, hasta hoy, y esa

gente de la televisión también quiere hacer algo, no ser una copia, ni un espejo ni solo una cámara. Volveré

sobre el tema, otro día.

La televisión instala, aun en el vivo y directo, un sistema de narración y edición de imágenes tan

complejo y creativo y/o canónico como en el diferido, pero distinto. Si se me disculpa la obviedad, explico:

esto sucede porque trata de hacer sentido.

Nada de lo que vemos por televisión es como lo real, es como se lo ve por televisión.

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Tres

Francella, Spacey y Corolla

Circe Lee Sharp

Esta nota me fue obligada por cuestiones de género. Amigas mujeres leyeron un tinte machista en mi

anterior participación,

...

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