HISTORIA DE LA FILOSIFIA DEL DERECHO. SAN AGUSTIN

HISTORIA DE LA FILOSOFIA DEL DERECHO.

SAN AGUSTIN.

1. VIDA Y DOCTRINA.

Aureliano Agustín nació en Tagaste, Numidia, provincia romana de África en el año 354, su vida transcurrió durante la etapa más dramática de la crisis del mundo antiguo, mientras el imperio romano de occidente se deshacía bajo el ataque de los barbaros.

Hablar de San Agustín es referirse al mayor de los Padres de la Iglesia, uno de los hombres más grandes no solo de la historia del cristianismo, sino de toda la filosofía, e incluso ante una de las figuras más sugestivas y fascinantes de todos los tiempos, y ello, más que por su elevado ingenio, por el continuo y tormentoso afán de su espíritu. A él se le deben una de las dos grandes corrientes del pensamiento cristiano de siempre, aquella que conservo predominantemente la inspiración mística de los orígenes.

San Agustín, nacido de padre pagano y de madre cristiana, llego a abrazar el cristianismo sólo tras diversas experiencias filosóficas y religiosas. Primeramente se adhirió al maniqueísmo siguiendo a Fausto de Milevi, contra quien escribió más tarde una de sus obras más notables. Atravesó después un periodo de escepticismo, acercándose a las teorías de los académicos, que después refuto igualmente, escribiendo un libro también contra ellas. Posteriormente fue atraído por el neoplatonismo. Al trasladarse de Cartago a Milán en el año 384 sufrió fuertemente la influencia de San Ambrosio, preparándose para la conversión a la fe cristiana, siendo bautizado en el año 387.

En el año 395 San Agustín se convirtió en el obispo de Hipona, debiendo sostener una dura lucha, primero contra un cisma, el de los Donatistas y después contra una gravísima herejía, la de Pelagio. Este último era un monje ingles, que afirmaba la absoluta libertad de la voluntad del hombre, la bondad de la naturaleza humana, no corrompida por el pecado y por consiguiente, la posibilidad de obrar bien y de alcanzar la salvación sin el concurso divino de la gracia.

2. TENDENCIA IUSNATURALISTA ANTES DE LA POLEMICA CON PELAGIO.

Anterior a la polémica antipelagiana, que inicio alrededor del año 411, la actitud que San Agustín tenía sobre el ámbito ético era francamente iusnaturalista. En uno de sus escritos De diversis quaestionibus (388 - 398) se define la justicia, tomada de Cicerón, como “disposición del espíritu, que respetando la utilidad común, que atribuye a cada uno su valor” y que tiene su origen en la naturaleza, establece también que el Derecho natural es el fruto de una “fuerza innata”

La ley positiva histórica (lex temporalis) no es válida si no está de acuerdo con la ley eterna (lex aeterna), ahora esta ley eterna afirma San Agustín haciendo suya la definición ciceroniana de la ley natural (razón suprema)

E incluso su racionalismo en esta época llega a excluir hasta el voluntarismo divino, puesto que la ley positiva divina se encuentra subordinada a la ley natural y así el mal no lo es tal porque está prohibido por Dios, sino que está prohibido por Dios, por ser mal.

San Agustín en su obra que data de los años 397-398 contra faustum, define el pecado como una acción, un dicho o un deseo contra la ley eterna, afirmando que esta última es la razón divina o voluntad de Dios, que manda a conservar el orden natural y prohíbe perturbación.

3. ACTITUD VOLUNTARISTA TRAS LA POLEMICA CON PELAGIO.

La controversia que tuvo con Pelagio le hizo asumir una postura radicalmente voluntarista. El iusnaturalismo propiamente dicho, el que conduce a la naturaleza y a la razón del hombre como fuentes de la ley de la conducta humana, es sustancialmente pelagiano, por el hecho de que llega a negar la corrupción, inherente al pecado original, de la naturaleza humana y por lo tanto, la necesidad de la gracia para obrar bien y alcanzar la salvación.

En los escritos de San Agustín

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