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Hegel – Teóricos


Enviado por   •  18 de Agosto de 2012  •  Tesis  •  13.713 Palabras (55 Páginas)  •  329 Visitas

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Hegel – Teóricos

Para Hegel la realidad es una operación que lo verdadero, lo universal, realiza consigo mismo, no la construcción de un sujeto yoico. La racionalidad en la forma de la razón del sujeto lleva a posiciones teóricas y existenciales insostenibles, que la realidad misma ha superado, y que la filosofía debe exponer

La racionalidad moderna impide la realización plena de la racionalidad: el yo lleva a posiciones de infelicidad y sin salida, sin solución. Pensar las cosas desde el yo es pensarlas a partir de una separación absoluta con la realidad, que no puede ser colmada, en todas las dimensiones en las que la razón actúa:

(a) Conocimiento: la racionalidad se presenta mediante la dualidad sujeto-objeto, que presenta a un sujeto que tiene frente a sí un objeto al cual no accede nunca de manera plena o absoluta, con lo cual es imposible alcanzar la verdad: la forma más extrema es Kant, que renuncia a la posibilidad de conocer la cosa tal como es en sí misma. La naturaleza es una duplicación del yo, en tanto es dada por las categorías. Además, dentro del ámbito de los fenómenos, el único conocimiento que hay es provisorio, empírico, la ciencia como refutable. Para Hegel, esto implica renunciar a la verdad en el sentido fuerte, como lo universal, absoluto, racional, etc..

(b) Ontología: hay un dualismo entre idea y realidad, y el yo se presenta como el garante de dos mundos separados, y que por tanto no es de uno ni de otro mundo. Hay una distancia insalvable entre idea y realidad, y la única unión de ambos es el yo, que no puede salir de sí mismo, que no es lo universal en sí mismo.

(c) Moral: el imperativo categórico es la formulación más clara de la moral del entendimiento, que es un formalismo vacío: el sujeto no sabe nunca si obra o no moralmente, porque no sale de su conciencia. Encuentro la universalidad en mi conciencia sólo en la medida en que entiendo que esta universalidad es formal, vacía (no resuelve problemas concretos).

El problema con el imperativo categórico es que la formalidad del universal (del imperativo) vuelve moral cualquier máxima, cualquier contenido y, en consecuencia, cualquier acción. Por definición, es imposible realizar el deber ser, porque en su realización intervienen factores que derrumban el deber ser y lo convierten en un ser.

(d) Religión: el sujeto tiene frente a sí una divinidad trascendente, enfrentada a una realidad inmanente; como hay una separación absoluta entre inmanencia y trascendencia el yo no puede pensar racionalmente la mediación entre ambas (la encarnación), que permanece como un misterio (o bien es racional pero excluye la religión).

Hay una particularidad totalmente desligada de lo universal, y un universal cuya presencia escapa a toda racionalidad, y es un misterio: o bien cree contra la razón, o bien, si usa la razón, el individuo no puede creer.

(e) Político: el yo se eleva a sí mismo a condición de fundamento de lo plural; el universal como conexión de la pluralidad de yoes es una forma vacía, una abstracción. Reduce la dimensión política y jurídica a una forma de protección de los intereses de cada individuo atómico.

El punto de la universalidad es el acuerdo entre átomos.

El CS establece únicamente un instrumento de protección, la SC o (mal llamado) Estado, que debe limitarse a permitir a los hombres perseguir su interés particular protegiendolos de los otros.

El sujeto moderno es un sujeto finito que no se sustenta en la verdadera infinitud, sino en abstracciones. En la medida en que por esa abstracción puede presentar cualquier contenido como actuación de lo universal, puede actuar de cualquier manera. El sujeto se absolutiza a sí mismo, y por eso justifica cualquier acción: la racionalidad moderna culmina en el terror de la Revolución Francesa, como intento extremo de someter la realidad a lo que se piensa.

Lo universal verdadero es lo universal que es a la vez lo particular: todo lo que niega, es diferente de lo universal (eg. lo particular) es una forma de realización de lo universal mismo.

El momento histórico de Hegel cierra el recorrido del espíritu: todo lo que vino antes encuentra su sentido en el momento de Hegel, donde quedan superadas, reconocidas en su verdad y su insuficiencia, todas las figuras precedentes. Todo lo que ocurre a partir de entonces no presenta ninguna novedad: al realidad se ha mostrado en todos sus rasgos.

Para poder sostener esto, Hegel debe partir de una noción muy fuerte de verdad: no puede haber nada (filosóficamente, conceptualmente) nuevo, por eso es posible exponer la verdad. Para lograr una concepción de verdad suficientemente fuerte, verdad y universalidad deben ser lo mismo.

La primera exigencia que la verdad impone a la filosofía es pensar (y mostrar) lo universal en su máxima pureza, sin ninguna instancia particular que pueda disminuir la comprensión de ese universal. Esto es, es lo universal que se piensa a sí mismo. Esto sólo se puede hacer desde la época de plenitu del espíritu.

IDEA

La idea es lo universal en su máxima pureza, sin ningún particularismo. La lógica es el ejercicio filosófico de pensar lo universal como idea: la lógica es la exposición de la ontología pura. La lógica es la ciencia filosófica de la idea.

Pero lo universal en su máxima pureza (como idea) tiene una articulación interna: la idea está llena de diferenciaciones internas, de articulaciones o categorías. Esto se debe a que:

1. lo universal no sería verdadera universalidad sin diferenciaciones (= si fuera abstracto?), quedaría ahí, sería nada. Lo genuinamente universal contiene la negación de si mismo.

2. si las diferenciaciones no fueran internas, entonces tampoco sería verdadera universalidad, dado que habría algo externo a lo universal

Lo universal tiene que ser él mismo su propia negación: la negatividad se produce como un juego que la totalidad realiza consigo misma, a lo largo del cual la idea se va dando determinaciones categoriales (diferencias lógicas).

Hay un juego dialéctico, en el que la idea se pone primero como lo negativo de sí, y luego supera esa negatividad, con lo cual se desarrollan todas las categorías de la idea, para dar paso a lo otro de la idea (ya no como diferencia interna de la misma): no da lugar a diferenciaciones internas, sino que la idea se niega a sí misma como totalidad (no como pluralidad de diferencias, categorías lógicas).

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