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INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA


Enviado por   •  29 de Enero de 2021  •  Documentos de Investigación  •  954 Palabras (4 Páginas)  •  120 Visitas

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Introducción a la Filosofía (Autora Nancy Estela)

En nuestra actualidad percibimos que el ser humano sólo toma en cuenta la realidad tangible, dejando de lado el mundo intangible donde encontramos realidades espirituales, a las que consideran como insuficientes e inútiles para la vida práctica; de esta manera sólo están concibiendo una realidad donde predomina una concepción hedonista. Estas realidades intangibles que sobrepasa a los sentidos del hombre son estudiadas por la filosofía, definida como amor a la Sabiduría, característica humana de razonar. Muchas personas han llegado a concebir que la filosofía es para ociosos o poetas e incluso es una pérdida de tiempo e innecesaria, en nuestra vida. Pablo Guadarrama afirma: “En la época contemporánea, caracterizada por el positivismo y la visión tecnocrática del desarrollo social, en ocasiones parece prevalecer el criterio de que dedicarse al estudio de la filosofía, no constituye más que una pérdida de tiempo” ¿Será verdad la concepción que manifiesta este autor sobre la filosofía? ¿Existirán concepciones con las que podemos demostrar esta seudo opinión? El hombre gracias a sus facultades se mueve hacia su propia perfección en forma consciente y libre, dándole una dirección a su obrar racional, tal como afirma el autor: “Lo específico de la persona humana es obrar consciente y libremente por un fin, predeterminar consciente y libremente los bienes que ha de conseguir con su propio obrar (Rodríguez, 1982). Así mismo sostiene que “la naturaleza humana es un proceso hacia su plenitud, hacia su bien perfecto” Este bien perfecto es la Felicidad. ¿Cómo puede encontrar el hombre la felicidad? En nuestros días se ha llegado a especular que el deleite de las necesidades vitales primarias (materiales) puede llevarnos a la adquisición de la felicidad. La mayor parte de la sociedad piensa que satisfaciendo, el deseo de poder, fama, y de placer, se conseguirá la felicidad. Con el transcurrir del tiempo se ha demostrado que muchos hombres han alcanzado satisfacer estas necesidades, pero no han logrado sentirse plenamente satisfechos. Lo que han sentido es una mayor aflicción, porque estos bienes no llenan su ser, terminando muchos de ellos en caminos equivocados. ¿Acaso esto nos indica que el hombre es un ser irracional? ¿Que su ser está mal fabricado por desear algo que nunca puede conseguirlo? ¿Qué solución podemos dar a este problema? El hombre no solo es un ser material sino también es un ser espiritual, no basta satisfacer las necesidades materiales, sino que también tiene que satisfacer las necesidades espirituales, que es lo más propio del hombre, que le diferencia de los demás seres corpóreos. Ciertamente, el conocimiento no es lo que más perfecciona al hombre, pero se podría decir que es lo primero y más fundamental del hombre, tal como lo afirma el Dr Enrique Alarcón: “El conocimiento es, para Aristóteles, Espinoza y Hegel y la mayor parte de los grandes filósofos, lo mejor y más deseable, el fin último de la vida humana” De ahí que las facultades racionales del hombre orientadas al conocimiento de la realidad. Sobre todo el conocimiento de la realidad en su dimensión más profunda y radical. Esto es, llegar a conocer la realidad por sus causas últimas. Es aquí donde se hace presente la Filosofía como la búsqueda de la sabiduría, Por eso se ha llegado a decir que “la filosofía es el amor y la investigación de la sabiduría” (Marías, 1981). Se podría decir que si el hombre no filosofa será cada vez menos hombre, porque si su capacidad intelectual no se ejercita en el conocimiento de las últimas verdades, quedará sólo en los aspectos superficiales de la realidad, con un conocimiento muy similar al de los animales. Tal como lo afirman algunos filósofos: “El ejercitar la sabiduría y el conocer son deseables en sí mismos para los hombres: no es posible vivir como hombres sin tales cosas” (Reale y Antiseri, 1991). Con esto, no se quiere afirmar que todos los hombres deban ser filósofos. Filósofos no, pero sí todos deben filosofar permanentemente frente a los problemas que se presentan en la realidad, para asumir actitudes adecuadas en la solución de los problemas de la vida diaria. Por lo tanto el filosofar es una necesidad esencial humana, que se fundamenta en la naturaleza misma del hombre. Así decía Aristóteles: “Todos los hombres por naturaleza aspiran al saber…los hombres tienden al saber porque se sienten llenos de asombro o admiración” (Reale y Antiseri, 1991). Entonces notamos que el estudio de la filosofía es para perfeccionar la capacidad intelectual del hombre, y sólo ella será capaz de satisfacer el deseo natural que tiene el hombre de conocer la realidad que trasciende nuestros sentidos, ya que «La filosofía es el conocimiento de lo que es. La ley suprema de la filosofía, su más alta misión, consiste en pensar y conocer las cosas y seres tal y como ellos son. Lo que es tal como es” (Guadarrama, 1996) De lo afirmado por los autores se deduce que la filosofía perfecciona las facultades propiamente humanas del hombre, por razón de las cuales el hombre se distingue de todos los demás seres del mundo corpóreo; por lo que se podría afirmar que “la Filosofía constituye la perfección más noble y característica del hombre como ser inteligente en el orden natural” (González, 1999) La filosofía, además, puede ayudar a la formación de personas con una peculiar concepción de la vida, con un criterio correcto de actuar, impidiendo que se deje influenciar fácilmente por las opiniones del ambiente, por la moda, con convicciones serias y profundas, por tal motivo se le ha reconocido una función sapiencial, ya que “es propio de la sabiduría ordenar y dirigir los conocimientos y actividades humanas a la luz de los primeros principios y del fin último del hombre” (Alvira, 1982).

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