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Ideología Y Ficción En Borges


Enviado por   •  11 de Junio de 2014  •  2.815 Palabras (12 Páginas)  •  303 Visitas

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Ideología y ficción en Borges*

A los antepasados de mi sangre y a los antepasados de mis sueños he exaltado y cantado.

Jorge Luis Borges

1. Los dos linajes

Hay una ficción que acompaña y sostiene la ficción borgeana: se trata de un relato fracturado, disperso, en el que Borges construye la historia de su escritura. Formado por una multitud de fragmentos, escrito en la obra, perdido en ella, este relato es un lugar de cruce y de condensación. En un sentido pareciera que esa es la única historia que Borges ha querido narrar, sin terminar nunca de hacerlo, pero también, habría que decir sin dejar nunca de hacerlo: la ha disimulado y diseminado a lo largo de su obra, con esa astucia para falsificar que le es característica y a la que todos hemos convenido en llamar su estilo. Núcleo que ordena sus textos más allá de la variedad de registros y de lemas que los diferencian, no es anterior a la obra sino su resultado, pero a la vez es un modo de definir las condiciones que, según Borges, la han hecho posible y la justifican. Ficción del origen, se narra allí el acceso a las propiedades que hacen posible la escritura: sin embargo no se trata (como en Arlt) de un relato de aprendizaje, sino más bien de una especie particular a la que podríamos llamar narración genealógica. El rastreo de los ancestros tiene aquí un papel decisivo: la sucesión de antepasados y descendientes constituye un índice onomástico que repite la estructura de un árbol genealógico. La escritura de Borges se construye en el movimiento de reconocerse en un linaje doble. Por un lado los antepasados familiares, "los mayores", los fundadores, los guerreros, el linaje de sangre. "Esta vana madeja de calles que repiten los pretéritos nombres de mi sangre: Laprida, Cabrera, Soler, Suárez. Nombres en que retumban (ya secretas) las dianas, las repúblicas, los caballos y las mañanas, las fechas, las victorias, las muertes militares". Por otro lado la investigación de los antepasados literarios, los precursores, los modelos, el reconocimiento de los nombres que organizan el linaje literario. "Todo lo que yo he escrito está en Poe, Stevenson, Wells, Chesterton y algún otro". La escritura de Borges reconstruye su estirpe y esa reconstrucción abre dos líneas conectadas formalmente sobre el modelo de las relaciones familiares,

La coherencia de esa construcción es tal que no debemos ver ahí un secreto que la crítica tendría que descifrar, sino las marcas visibles de una interpretación ideológica que el mismo Borges se da para definir a la vez su lugar en la sociedad y su relación con la literatura. La cultura y la clase se vinculan con el nacimiento, y el origen es la clave de todas las determinaciones: en Borges las relaciones de parentezco son metafóricas de todas las demás. En definitiva, ese doble linaje que cruza y divide su obra se ordena sobre la base de una relación imaginaria con su núcleo familiar. La tradición de los antepasados se encarna y la ideología adquiere la forma de un mito personal. Así esa ficción que intentamos reconstruir demuestra ser a la vez social (porque es una concepción de clase la que se expresa ahí) e individual (porque en su enunciación no puede separarse de la posición del sujeto que reordena y da forma al material ideológico). Los mayores, los modelos, los escritores y los héroes están representados para Borges (literalmente y en todos los sentidos) en la relación con sus padres. "Mi madre, Leonor Acevedo, proviene de una vieja familia, de vieja ascendencia argentina" escribe Borges en Autobiographical Essay que sirve de prólogo a una edición norteamericana de sus relatos y agrega: "Una tradición literaria corre por la familia de mi padre". Apoyada en la diferencia de los sexos, la familia se divide en dos linajes, habría que decir que es forzada a encarnar los dos lina- [4]† jes: la rama materna, de "buena familia argentina", descendiente de fundadores y de conquistadores ("Tengo ascendencia de los primeros españoles que llegaron aquí. Soy descendiente de Juan de Garay y de Irala"), de guerreros y de héroes. La rama paterna, de tradición intelectual, ligada a la literatura y a la cultura inglesa ("Todo el lado inglés de la familia fueron pastores protestantes, doctores en letras, uno de ellos fue amigo personal de Keats"). Por supuesto esa construcción no tiene nada que ver con la verdad de una autobiografía, es más bien la reelaboración retrospectiva de ciertos datos biográficos que son forzados a encarnar un sistema de diferencias y de oposiciones. Apoyándose en las diferencias culturales y sociales entre el padre y la madre. Borges ordena a partir de ellos una interpretación ideológica. En el interior de esa relación se sitúan, en cada caso, la riqueza y la pobreza, el saber y la ignorancia, el linaje y la cultura. Lo que está en un lado, falta en el otro: la contradicción, la diferencia y el desplazamiento son la clave de la construcción. Así, si la familia materna aparece ornamentada con los emblemas de la jerarquía social, la familia paterna queda asociada con la carencia de tradición ("Nada sé de mis antepasados portugueses, los Borges"). A su vez, si la rama paterna sostiene los prestigios del saber y de la cultura, la familia materna se verá desposeída ("Cuando se es de familia criolla, o puramente española, entonces, por lo general, no se es intelectual. Lo veo en la familia de mi madre, los Acevedo: son de una ignorancia inconcebible").

Esta ficción familiar es una interpretación de la cultura argentina: esas dos líneas son las dos líneas que, según Borges, han definido nuestra cultura desde su origen. O mejor: esta ficción fija en el origen y en el núcleo familiar un conjunto de contradicciones que son históricas y que han sido definidas como esenciales por una tradición ideológica que se remonta a Sarmiento. Así podemos registrar, antes de analizarlas en detalle, las contradicciones entre las armas y las letras, entre lo criollo y lo europeo, entre el linaje y el mérito, entre el coraje y la cultura. En última instancia estas oposiciones no hacen más que reproducir la fórmula básica con que esa tradición ideológica ha pensado la historia y la cultura argentina bajo la máscara dramática de la lucha entre civilización y barbarie. Es esta oposición ideológica la que es obligada, en Borges, a tomar la forma de una tradición familiar. La ficción de ese doble linaje le permite integrar todas las diferencias haciendo resaltar a la vez el carácter antagónico de las contradicciones pero también su armonía. El único punto de encuentro de ese sistema de oposiciones es, por supuesto, el mismo Borges, o mejor,

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