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REALIDAD Y FICCIÓN: UNA APROXIMACIÓN AL CUENTO "TLÖN, UQBAR, ORBIS TERTIUS" DE BORGES.


Enviado por   •  14 de Junio de 2014  •  Resúmenes  •  3.050 Palabras (13 Páginas)  •  343 Visitas

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REALIDAD Y FICCIÓN: UNA APROXIMACIÓN AL CUENTO "TLÖN, UQBAR, ORBIS TERTIUS" DE BORGES.

POR: ALBEIRO ARIAS- MAESTRIA EN LITERATURA UTP/UT.

“El cuadro, como la poesía o como la música, como toda obra de arte, es una abertura de irrealidad que se abre mágicamente en nuestro contorno real”

Ortega y Gasset

Tlön, Uqbar, Orbis Tertius de Jorge Luis Borges cuenta como entre Borges (personaje) y Bioy Casares (personaje) encuentran un articulo en una extraña enciclopedia que habla sobre un misterioso país de nombre Uqbar en donde se halla el primer indicio del Orbis Tertius, una conspiración masiva de eruditos e intelectuales para imaginar y crear un nuevo mundo: Tlön, con su propia historia, su zoología, su pensamiento y lenguaje. A través de los hallazgos del narrador se presentan más elementos que parecen probar la existencia de Orbis Tertius y de Tlön, y cómo ese mundo empieza a absorber nuestro mundo. Alrededor de esta trama el narrador cuestiona la realidad, la ficción, el lenguaje y debate las ideas filosóficas de los materialistas y los idealistas.

Ahora tenía en las manos un vasto fragmento metódico de la historia total de un planeta desconocido, con sus arquitecturas y sus barajas, con el pavor de sus mitologías y el rumor de sus lenguas, con sus emperadores y sus mares, con sus minerales y sus pájaros y sus peces, con su álgebra y su fuego, con su controversia teológica y metafísica. Todo ello articulado, coherente, sin visible propósito doctrinal o tono paródico.

Desde la misma estructura el cuento juega con diferentes realidades textuales, esta polifonía se logra integrando el articulo, el cuento y el ensayo. Gracias al uso de elementos metaficcionales Borges aparece como personaje e intenta escribir un ensayo o articulo sobre un mundo inventado: Tlön, pero en realidad lo que publica es un cuento de titulo Tlön, Uqbar, Orbis Tertius. Al ser cuento, obtiene licencias propias de la ficción. El libro cita a tres libros “reales”, donde leen por primera vez de Uqbar, la enciclopedia The Anglo-American Cyclopaedía (New York, 1917) y que contiene unas paginas que no posee la original, a pesar de ser “una reimpresión literal” de la Encyclopaedia Britannica de 1902, y el onceno tomo de la Primera enciclopedia de Tlön. El “cuento” los cita como si existieran realmente pero de ellos sólo se conoce la enciclopedia británica que por supuesto nunca habla de Tlön. De esta manera Borges intenta integrar el mundo de la ficción al mundo empírico. Por esta razón no es gratuito la mención que se hace a el espejo “Debo a la conjunción de un espejo y de una enciclopedia el descubrimiento de Uqbar”, “Bioy Casares recordó que uno de los heresiarcas de Uqbar había declarado que los espejos y la cópula son abominables, porque multiplican el número de los hombres.”, es decir una realidad se mezcla con otra, una fantasía con otra fantasía y la realidad y la ilusión pierden sus limites. El comparativo con la cúpula y el espejo se debe entender desde la metáfora: la cúpula reproduce a los hombres y la imagen en el espejo también, lo que se juzga aquí es la reproducción en el espejo que aunque parece real es sólo una falsa ilusión. Fijémonos como la reimpresión de la enciclopedia funciona como la imagen en el espejo, sin embargo no es la misma enciclopedia original, tanto así que tampoco poseen las mismas páginas. En el cuento de Borges "El tintorero enmascarado Hákim de Merv" , cuenta que en el principio de la cosmogonía de Hákim hay un Dios espectral... su imagen proyectó nueve sombras que, condescendiendo a la acción, dotaron y presidieron un primer cielo. De esa primera corona demiúrgica procedió una segunda, también con ángeles, potestades y tronos, y éstos fundaron otro cielo más abajo, que era el duplicado simétrico del inicial. Ese segundo cónclave se vio reproducido en un terciario y ése en otro inferior, y así hasta 999..., es decir que todo es una mentira, somos la replica de otra replica.

Tlön es creado por una sociedad secreta de escritores y la elaboración de “Ese plan es tan vasto que la contribución de cada escritor es infinitesimal”, lo que demuestra que esta cultura es un logro plural y heterogéneo, demostrando por ende que el “nuestro” también es un mundo inventado.

¿Quiénes inventaron a Tlön? El plural es inevitable, porque la hipótesis de un solo inventor -de un infinito Leibniz obrando en la tiniebla y en la modestia- ha sido descartada unánimemente. Se conjetura que este brave new world es obra de una sociedad secreta de astrónomos, de biólogos, de ingenieros, de metafísicos, de poetas, de químicos, de algebristas, de moralistas, de pintores, de geómetras... dirigidos por un oscuro hombre de genio. Abundan individuos que dominan esas disciplinas diversas, pero no los capaces de invención y menos los capaces de subordinar la invención a un riguroso plan sistemático.

Por eso los metafísicos de Tlön dudan de nuestro lenguaje y deciden crear el suyo propio. No necesitan de la certeza, no buscan verdades, ni siquiera la verosimilitud, sólo la extrañeza, el embebecimiento y el asombro. Consientes de que todo método y, por tanto, toda construcción de conceptos

"no es otra cosa que la subordinación de todos los aspectos del universo a uno cualquiera de ellos", los filósofos de Tlön saben que el lenguaje es un sistema arbitrario de signos incapaces de aprehender la sustancia propia de lo real. El lenguaje resulta ser también una imagen en el espejo.

Berkeley parece haber sido uno de los miembros del Orbis Tertius. De esta manera Borges se mueve en varios planos del cuento para ir desestimando lo que pretendemos como real. La visión tlöniana reconoce a la percepción como fundamental y niega la existencia de una realidad subyacente.

A principios del siglo XVII, en una noche de Lucerna o de Londres, empezó la espléndida historia. Una sociedad secreta y benévola (que entre sus afilados tuvo a Dalgarno y después a George Berkeley) surgió para inventar un país. En el vago programa inicial figuraban los "estudios herméticos", la filantropía y la cábala.

Por esta razón se recurre al idealismo de George Berkeley de quien El filósofo alemán Arthur Schopenhauer escribió: “Berkeley fue, por tanto, el primero en tratar el punto de partida subjetivo realmente en serio y en demostrar irrefutablemente su absoluta necesidad. Es el padre del idealismo....” Cuyo principal logro fue el desarrollo de la filosofía conocida como idealismo subjetivo, resumido en la frase esse est percipi (ser es ser percibido). Esta teoría propone que los seres humanos sólo pueden conocer directamente sensaciones e ideas de objetos, pero no abstracciones como la materia extensa (rex extensa cartesiano) y el ser. Berkeley propuso que no se puede saber si un objeto es, sólo puede saberse un objeto siendo percibido por una mente.

El Onceno Tomo deja entender que tres razones capitales determinaron la victoria total de ese panteísmo idealista. La primera, el repudio del solipsismo; la segunda, la posibilidad de conservar la base psicológica de las ciencias; la tercera, la posibilidad de conservar el culto de los dioses. Schopenhauer (el apasionado y lúcido Schopenhauer) formula una doctrina muy parecida en el primer volumen de Parerga und Paralipomena.

Berkeley Declaró que los seres humanos no pueden conocer los objetos reales o la materia que causa sus percepciones, resulta gratuito suponer la existencia de una sustancia real que sustente las propiedades de los cuerpos. Los conceptos abstractos de Locke no existen para Berkeley, ni en la naturaleza ni en el espíritu, es una ficción. Las ideas siempre conservan su particularidad. No es la abstracción, sino el lenguaje, lo que hace posible extender observaciones particulares a lo general.

Las naciones de ese planeta son -congénitamente- idealistas. Su lenguaje y las derivaciones de su lenguaje -la religión, las letras, la metafísica- presuponen el idealismo. El mundo para ellos no es un concurso de objetos en el espacio; es una serie heterogénea de actos independientes. Es sucesivo, temporal, no espacial. No hay sustantivos en la conjetural Ursprache de Tlön, de la que proceden los idiomas "actuales" y los dialectos: hay verbos impersonales, calificados por sufijos (o prefijos) monosilábicos de valor adverbial. Por ejemplo: no hay palabra que corresponda a la palabra luna, pero hay un verbo que sería en español lunecer o lunar. Surgió la luna sobre el río se dice hlör u fang axaxaxas mlö o sea en su orden: hacia arriba (upward) detrás duradero-fluir luneció. (Xul Solar traduce con brevedad: upa tras perfluyue lunó. Upward, behind the onstreaming it mooned.

En consecuencia, los objetos percibidos son los únicos acerca de los que se puede conocer. Cuando se habla de un objeto real en realidad se habla de la percepción del objeto. La filosofía tlon es idealista. En Tlön Todo conocimiento del mundo empírico se obtiene a través de la percepción directa. El relato Tlön, Uqbar, Orbis Tertius sugiere que el idealismo filosófico es una teoría verdadera. En Tlön el materialismo es herejía.

Este monismo o idealismo total invalida la ciencia. Explicar (o juzgar) un hecho es unirlo a otro; esa vinculación, en Tlön, es un estado posterior del sujeto, que no puede afectar o iluminar el estado anterior. Todo estado mental es irreductible: el mero hecho de nombrarlo -id est, de clasificarlo- importa un falseo. De ello cabría deducir que no hay ciencias en Tlön -ni siquiera razonamientos.

El lenguaje de Tlön carece de la capacidad de abstracción, al designar un objeto se hace una declaración conjunta de las cualidades accidentales del objeto. Esta es una lógica nihilista donde la percepción temporal del universo, la conciencia de que cada objeto es irrepetible, supone un realce de lo sensorial, de la cosa que se nos está escapando a cada momento, buscando aproximarse a ser del objeto. El término designa a la cosa en función de una inmediatez total de la percepción de los objetos. Sería inadmisible obtener sustantivos abstractos de esa suma de propiedades, dado que los accidentes de la cosa dicha en ese lenguaje son propiedades observables. Parece que entre las palabras y el objeto designado no media un concepto, sino una experiencia sensorial interna, un eco o una imagen mental.

“Una de las escuelas de Tlön llega a negar el tiempo: razona que el presente es indefinido, que el futuro no tiene realidad sino como esperanza presente, que el pasado no tiene realidad sino como recuerdo presente”

La visión del mundo materialista, tiene como base el sustantivo, modificado por el adjetivo; este lenguaje es reflejo de una división del mundo físico en términos de sustancia y accidentes. El idealismo en Tlön, en cambio, es sucesivo, temporal, no espacial y carece de sustantivos, ya que el mundo es visto como una sucesión de actos, por ende, la base del lenguaje es el verbo, el cual se hace acompañar de adverbios. Esto nos recuerda a algunos posicionamientos de Nietzsche cuando decía que el “YO” debe ser construido. Un “YO” pragmático, un “YO “de la experiencia. Digamos que en Tlön las cosas deben ser construidas siempre en la experiencia.

Las palabras originales de Tlön designan acciones, no objetos. El sustantivo se forma por acumulación de adjetivos, entonces el término se forma en función de un conjunto de elementos particulares percibidos en virtud de una manera de observar determinada. Para Ribas Casayas “Podría haber sustantivos y adjetivos en un lenguaje de base verbal, sólo que éstos tendrían una función pasiva: la sustancia no acometería acciones, sino que serían el tiempo y el acontecer quienes repercutiesen en las cosas ”.

De tal manera que el lenguaje derivado de este pensamiento tiene por base el verbo modificado por el adverbio. Lo que es verdadero en la Tierra (el mundo empírico) es falso en Tlön. Este lenguaje también concuerda con una visión idealista del mundo en lo que respecta al mundo visto como sucesión de hechos. Nietzsche desconfiaba de la estructura de sujeto y el predicado como categorías lógico-filosóficas, afirmando que no se habían podido fundamentar otras categorías lógicas básicas que la de sujeto y objeto porque ésta era precisamente la estructura básica de las lenguas neolatinas.

Otra discusión que discurre en el cuento es si el lenguaje determina el pensamiento o viceversa.

“a lo largo de la narración se da a entender que lenguaje y pensamiento son interactivos, y que entre uno y otro ha de haber una prioridad lógica de tal modo que un elemento influya sobre el otro. Es decir, o bien el pensamiento influye sobre la expresión lingüística, o viceversa, el lenguaje determina al pensamiento” .

El lenguaje de Tlön genera una discusión sobre la realidad, para el mundo empírico o pragmático lo material precede al pensamiento, según esta concepción el mundo y por extensión el universo es material, existente objetivamente fuera e independientemente de la conciencia. La materia es primaria y la conciencia y el pensamiento son propiedades de ésta a partir de un estado altamente organizada. Esta es la postura del materialismo, en contraposición en Tlön el único saber seguro es el de la percepción y la memoria, esto es, la psicología. En la narración la idea de que el lenguaje determina el pensamiento es recurrente, pero de manera contradictoria, a veces el cuento parece plantear lo contrario, según Ribas Casayas:

“ambas ideas se excluyen mutuamente. Son numerosos los pasajes del cuento en que se expresa, explícita o implícitamente, una idea u otra, aunque parece que la línea narrativa se centra en el hecho de que el pensamiento depende del lenguaje (tesis relativista). Así, por ejemplo, para explicar el pensamiento, el narrador debe primero describir el lenguaje. Pero en cambio, antes de explicar el lenguaje ha señalado el presupuesto idealista ”.

En conclusión el cuento de Borges Tlön, Uqbar, Orbis Tertius podría aproximarse más al ensayo filosófico que al mismo cuento, pues más que detenerse en la anécdota lo que prima es las diferentes reflexiones que se plantean sobre la realidad y la ficción en el marco de un profundo debate frente a la capacidad del lenguaje de aprehender la realidad de la cosa, cuestión que es abordada desde varias posturas filosóficas como son el materialismo, el idealismo y el nihilismo entre otras, sin embargo debemos leerlo como cuento si nos atenemos al mismo Borges “ No soy filosofo ni metafísico; lo que he hecho es explotar, o explorar-es una palabra mas noble-, las posibilidades literarias de la filosofía ” ¿cuento? ¿Ensayo? ¿Primero el lenguaje? ¿Primero el pensamiento? ¿Qué es lo real? ¿Qué la ficción? ¿Materialismo, idealismo, nihilismo? EN en Tlön hay dos hemisferios que en lugar de excluirse se incluyen entre sí, el Boreal y el Austral, por lo que conocemos los seres humanos tenemos dos hemisferios, uno que se sustenta en el Logos y el otro que se sustenta en al patos, en la tierra también hay dos hemisferios: Norte y sur, que hacen parte de una misma realidad, tal vez el mundo de Tlön sea tan valido como el nuestro, y tal vez , solo tal vez uno y otro no se repelen sino que se complementan. El mismo Borges tampoco lo sabía si nos atenemos a sus propias palabras “yo no tengo ninguna teoría del mundo. En general como yo he usado los diversos sistemas metafísicos y teológicos para fines literarios, mis lectores han creído que yo profesaba esos sistemas cuando realmente lo único que he hecho ha sido aprovecharlos para esos fines, nada mas ” de tal manera que una vez terminado el cuento seguimos como antes: sin verdades absolutas.

Durante una conversación con Borges, Bioy Casares recuerda que "The Anglo-American Cyclopaedia" (una reimpresión de la Encyclopaedia Britannica de 1902) registraba, en un artículo sobre Uqbar, que "Los espejos y la cópula son abominables porque multiplican el número de los hombres". Al revisar el ejemplar que Borges posee de esa obra, descubren que no contiene dicho artículo, y tampoco figura en el índice. Bioy comenta que Uqbar era una región de Iraq o de Asia Menor.

A los pocos días, comprueban que el artículo sobre Uqbar es la única diferencia entre los volúmenes que ambos tienen de la enciclopedia.Releyéndolo, descubren que su literatura es fantástica, y se refiere siempre a una región imaginaria de Tlön. Borges entra en una cruzada por averiguar algo más acerca de Uqbar, pero no da con el menor indicio de su existencia. Dos años después, descubre en un hotel de Adrogué el undécimo tomo de "A First Encyclopaedia of Tlön", que había pertenecido a un ingeniero llamado Herbert Ashe.En la primera página tenía estampada la inscripción: Orbis Tertius. El libro describe detalladamente diversos aspectos de Tlön, un planeta hasta ese entonces desconocido.

Los habitantes de ese mundo consideran al idealismo como el sentido común. Para ellos, cada uno de los seres del universo es parte de una divinidad indivisible, por lo tanto no existen sustantivos, ya que éstos designan seres individuales. Para nombrarlos, utilizan verbos impersonales calificados por subfijos o prefijos, o una acumulación de adjetivos. Estos sistemas hacen que la cantidad de sustantivos sea innumerable. En Tlön no hay razonamientos, debido a que la explicación de un hecho depende de la imposible vinculación de un estado con otro anterior que no puede afectarlo. La coincidencia de un mismo acto realizado por varios hombres en distintos momentos, se debe a que el sujeto del conocimiento es uno, intemporal y anónimo. La percepción de las cosas es lo que perdura en el tiempo, mientras éstas son percibidas. Por lo tanto, el materialismo es una herejía, ya que presupone la existencia de lo material mientras no es percibido.

En la posdata de 1947, el misterio acerca de Tlön es develado. A principios del siglo XVII, una secreta sociedad de intelectuales (cuyo nombre es Orbis Tertius) se organiza para inventar un país imaginario. Después de dos siglos la fraternidad resurge en América. El millonario Ezra Buckley, propone la invención de un planeta ilusorio, y sugiere plasmar la historia en una enciclopedia. En 1914 se termina la edición de los cuarenta volúmenes de la Primera Enciclopedia de Tlön (que contiene en su portada el nombre de la sociedad secreta) y se envía secretamente un volumen a sus trescientos colaboradores, uno de los cuales era Herbert Ashe. Hacia 1944 se descubren, en una biblioteca de Memphis, los cuarenta volúmenes de la Enciclopedia, y la prensa internacional difunde ampliamente el descubrimiento.

La noticia de un planeta regido por leyes humanas que pueden ser descifradas, embelesa a una humanidad que vive en una realidad también ordenada, pero de acuerdo a leyes divinas. Borges conjetura que la tierra se convertirá en Tlön en pocas generaciones.

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