Inteligencia Emocional

a) ¿Resume en algunos puntos o ideas lo que leíste?

Dentro de la inteligencia emocional uno de los componentes clave es “el conocerse a si mismos”, darnos cuenta de lo que nos sucede en el mismo tiempo que ello ocurra. En otras palabras es la atención continua de los estados internos propios.

Este tipo de consciencia requiere la activación del neocórtex (cerebro racional que controla las emociones y las capacidades cognitivas), especialmente de las áreas del lenguaje.

De acuerdo a William Styron la observación de uno mismo permite tomar conciencia ecuánime de los sentimientos apasionados o turbulentos. Aquí radica la diferencia entre estar violentamente enojado con alguien o aun en medio del enojo tener la conciencia autorreflexiva de que “estoy enojado”. Este pequeño cambio de comportamiento es el camino hacia el control.

Bajo este contexto, John Mayers&Peter Salovey dentro de su teoría de inteligencia emocional mencionan la importancia de la conciencia de nuestros estados de ánimo y de los pensamientos que tenemos acerca de los mismos. La conciencia de un estado de ánimo negativo trae consigo el intento de deshacernos de el.

Hay una clasificación de Mayer para las personas en cuanto a la atención de sus emociones:

• Personas conscientes de sí mismas: Tiene vida emocional desarrollada.

• Personas atrapadas en sus emociones: Abrumados de sus emociones e incapaces de escapar de ellas.

• Personas que aceptan resignadamente sus emociones: Personas que tienen claridad en lo que sienten pero manifiestan pasividad en tratar de cambiar.

Para entender el apasionamiento y la indiferencia, Suzanne Miller menciona que hay gente con tendencia a poner énfasis en los detalles y hay otro tipo de personas que afrontan las situaciones de ansiedad tratando de distraerse. Reforzando lo anterior Edward Diener encontró que las mujeres experimentan con mayor intensidad las emociones tanto positivas como negativas.

Dentro del estudio de estos comportamientos se identifica uno denominado “Alexitimia” que de acuerdo a su etimología griega significa “incapacidad para expresar con palabras propias sus emociones”. Esta incapacidad nos coloca ante seres planos que parecen de otro planeta pues los diagnósticos de cualquier tipo se confunden. El término fue acuñado por Peter Sifneos. Las personas con este tipo comportamiento tienden a somatizar sus sentimientos. Aunque no hay una causa identificada de este tipo de comportamiento se piensa que se debe a una desconexión entre el sistema límbico y el neocórtex.

Existe también el comportamiento que pierde el tiempo en el análisis excesivo de los detalles, es decir se pierde la prioridad. Estas personas no logran asignar una escala de valores a las posibles alternativas dificultando su razonamiento.

Antonio Damasio explica que hay decisiones que no pueden tomarse solo con la razón sino que también se hace necesaria la participación de las sensaciones viscerales y de la sabiduría emocional que nos ha dejado la experiencia.

Dentro de nuestro inconsciente existen motivos neurológicos que justifican que ciertas personas pueden detectar más fácilmente la excitación propia del miedo o de la alegría y así ser más conscientes de sus emociones. Esto es llamado la consciencia de uno mismo, clave para la introspección psicológica.

Finamente se enuncia que hay dos niveles de emoción: nivel consciente y nivel inconsciente y que una vez que un sujeto toma consciencia de los acontecimientos busca desechar los estados de ánimo

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