INTELIGENCIA EMOCIONAL
Diofelis21 de Mayo de 2014
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INTRODUCCIÓN
Actualmente la sociedad vive en un entramado que parece descomponerse aceleradamente, una época en la que el egoísmo, la violencia y la mezquindad espiritual parecen socavar la bondad de la vida colectiva.
Existe la creciente evidencia de que las actitudes éticas fundamentales que se adoptan en la vida se asientan en las capacidades emocionales manifestadas por el individuo. Hay que tener en cuenta que el impulso es el vehículo de la emoción y que la semilla de todo impulso es un sentimiento expansivo que busca expresarse en la acción.
Se podría decir que quienes se hallan a merced de sus impulsos —quienes carecen de autocontrol— adolecen de una deficiencia moral porque la capacidad de controlar los impulsos constituye el fundamento mismo de la voluntad y del carácter, así como la habilidad para comprender las emociones de los demás.
De ahí la importancia de la inteligencia emocional, que como funcionarios policiales se debe manejar, porque constituye el vínculo entre los sentimientos, el carácter y los impulsos morales.
Dentro del contexto se analizará todo lo relacionado con el tema de la inteligencia emocional, en lo referente a su concepto, origen, beneficios, influencia, manejo de emociones, responsabilidad y el stress y la activación emocional.
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Orígenes del concepto de inteligencia emocional.
Aunque las definiciones populares de inteligencia hacen hincapié en los aspectos cognitivos, tales como la memoria y la capacidad de resolver problemas, varios influyentes investigadores en el ámbito del estudio de la inteligencia comienzan a reconocer la importancia de los aspectos no cognitivos. Thorndike, en 1920, utilizó el término inteligencia social para describir la habilidad de comprender y motivar a otras personas.
David Wechsler en 1940, describe la influencia de factores no intelectivos sobre el comportamiento inteligente, y sostiene, además, que nuestros modelos de inteligencia no serán completos hasta que no puedan describir adecuadamente estos factores.
En 1983, Howard Gardner, en su Teoría de las inteligencias múltiples Frames of Mind: The Theory of Multiple Intelligences introdujo la idea de incluir tanto la inteligencia interpersonal (la capacidad para comprender las intenciones, motivaciones y deseos de otras personas) y la inteligencia intrapersonal (la capacidad para comprenderse uno mismo, apreciar los sentimientos, temores y motivaciones propios).
Otro de los orígenes de la inteligencia emocional está en Joseph Ledoux, como influencia más reciente, a partir de su libro "El cerebro emocional (1996), en él divulga sus hallazgos acerca de los circuitos neuronales del cerebro y afirma que la emoción precede al pensamiento, también explica por qué los procesos de raciocinio que tienen lugar en el neocórtex van muchas veces a la zaga o en contra de los impulsos de la amígdala.
El primer uso del término inteligencia emocional generalmente es atribuido a Wayne Payne, citado en su tesis doctoral: Un estudio de las emociones: El desarrollo de la inteligencia emocional (1985). Sin embargo, el término "inteligencia emocional" había aparecido antes en textos de Leuner (1966)., seguido por Salovey y Mayer (1990) y Goleman (1995).
La relevancia de las emociones en los resultados del trabajo y la investigación sobre el tema siguió ganando impulso, pero no fue hasta la publicación del célebre libro de Daniel Goleman: Inteligencia emocional (IE)
En 1998, la revista "Time" fue el primer medio de comunicación interesado en la IE que publicó un relevante artículo de Nancy Gibbs sobre el libro de Goleman. A partir de entonces comenzaron a aparecer cada vez con mayor frecuencia artículos sobre el tema, desde muy diversas entidades académicas y puntos de venta populares.
HABILIDADES PRÁCTICAS DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL.
Autoconciencia
"El dolor termina sólo a través del conocimiento propio, de la lúcida percepción alerta de cada pensamiento y sentimiento, de cada uno de los movimientos de lo consciente y lo oculto". J. Krishnamurti.
La Inteligencia Emocional comienza con la autoconciencia. El término conciencia se usa para distinguir, entre las funciones mentales, las características que se refieren tanto al llamado 'estado de conciencia', o para designar los procesos internos del hombre de los que es posible adquirir conciencia, y es en este último sentido se utiliza el término autoconciencia.
Un ejemplo de la autoconciencia dentro del ámbito policial sería la necesidad de controlar la irritabilidad al momento de enfrentar a una persona que agreda verbalmente. Se debe ser consciente de cuál es el o los agentes desencadenantes, y cuál es el proceso por el que surge tan poderosa emoción; sólo entonces se podrá aprender a aplacarla y a utilizarla de forma apropiada.
La clave de la autoconciencia está en saber ubicar con inteligencia las Sensaciones, Sentimientos, Valoraciones, Intenciones y Acciones de que se disponen en un momento dado. Esta información ayuda a comprender cómo responder, nos comportarse, comunicarse y funcionar en diversas situaciones.
Al procesamiento de toda esta información es a lo que se llama autoconsciencia. Una herramienta clave de la autoconciencia es la toma de conciencia del propio cuerpo y de sus señales de excitación.
Para un funcionario policial que tiene una carga tan imperante como lo es el garantizar la sana convivencia, es imprescindible el autocontrol. Puesto que, si una persona tiene poca autoconciencia o conocimiento de sí mismo/a, ignorará sus propias debilidades y carecerá de la seguridad que brinda el tener una evaluación correcta de las propias fuerzas, dejando que las emociones tomen el control de la situación.
Las personas que tienen autoconciencia también pueden ser capaces de energizar a los demás, de comprometerse y confiar en quienes desarrollan una tarea con ellos.
Control Emocional.
Forma parte de la sabiduría universal el hecho de que los sentimientos alteran el pensamiento: cuando se está ”ciego de rabia”, “enfurecido como un toro de lidia” o “locamente enamorado”, el propio lenguaje indica que la razón y el pensamiento, en tales situaciones, no tienen la más mínima oportunidad de éxito.
Las emociones básicas están arraigadas biológicamente en la naturaleza del ser humano y forman parte de él, se esté o no de acuerdo con éstas. En cambio, el modo en que se manejen este tipo de formas de comportamiento innatas está en el control de si mismo. Se tiene la libertad de sopesar las diferentes posibilidades de actuación y de decidir de acuerdo con los propios motivos y criterios.
Por su parte control emocional no es ahogar o reprimir las emociones, sino regular, controlar o eventualmente modificar estados anímicos y sentimientos o su manifestación inmediata cuando éstos son inconvenientes en una situación dada.
En este sentido, debido al compromiso del funcionario policial con su responsabilidad ante la sociedad, éste debe desarrollar la habilidad de moderar la propia reacción emocional a una situación, ya sea esa reacción negativa o positiva. No sería conveniente expresar excesiva alegría ante unas personas que están pasando en ese momento por situaciones problemáticas o desagradables. Por ejemplo que hayan sido víctimas de robo, y vía telefónica el funcionario recibe el mensaje de que acaba de nacer su hijo.)
No se pueden elegir las emociones. No se pueden simplemente desconectar o evitar. Pero está en la forma de actuar, poder conducir las reacciones emocionales y completar o sustituir el programa de conducta congénito primario, por ejemplo, el deseo o la lucha, por formas de comportamiento aprendidas y civilizadas como el flirteo, el intercambio de opiniones o la ironía, todo va a depender del ambiente. Donde se lleve a cabo la situacion
Lo que se hagamos con las emociones, el hecho de manejarlas en forma inteligente, depende del de Inteligencia Emocional.
Motivación.
La tercera habilidad intra-personal de la Inteligencia Emocional es la motivación. Puede ser vista en sus dos aspectos: una habilidad interna y una habilidad externa o de relación. La definición más simple del término Motivar es dar causa o motivo para una cosa. La base de toda motivación, es, pues, el deseo.
Las emociones son una fuente de motivación emocional. Desde un punto de vista técnico, la motivación es la capacidad para enviar energía en una dirección específica con un propósito específico. En el contexto de la Inteligencia Emocional significa usar el sistema emocional para catalizar todo el sistema y mantenerlo en funcionamiento.
De esta manera “el deber ser” de la motivación que debe tener el funcionario policial está en la satisfacción de cumplir con el deber para el cual se ha formado, voluntariamente: Servir a la comunidad.
Empatía.
Es reconocer los sentimientos de las demás personas, comprenderlas razones por las que se sienten de una u otra forma, es la habilidad de “sentir con los demás”, de experimentar las emociones de los otros como si fuesen propias.
Cuando se desarrolla la empatía (la cuarta de las habilidades prácticas de la Inteligencia Emocional) las emociones de los demás resuenan en nosotros. Sentimos cuáles son los sentimientos del otro, cuán fuertes son y qué cosas los provocan. Esto es difícil para algunas personas, pero en cambio, para otras, es tan sencillo que pueden leer los sentimientos tal como si se tratase de un libro.
La
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