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J. J. Rousseau, "El contrato social


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2016  •  Biografías  •  1.410 Palabras (6 Páginas)  •  299 Visitas

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“Que ningún ciudadano sea tan opulento como para poder comprar a otro, ni ninguno tan pobre como para verse forzado a venderse”

J. J. Rousseau, "El contrato social

Jean-Jacques Rousseau (1712- 1778)

Vida y obra

Jean-Jacques Rousseau nació en el año 1712, es decir, en los albores del siglo xviII, el denominado Siglo de las Luces o de la Ilustración. Una época que pretendía iluminar las tinieblas de la superstición religiosa y los estereotipos políticos con las luces de la razón, cuya laica e imponente autoridad amenazaba con desbancar a los poderes enraizados en los tronos y en los altares al mismo tiempo.

Rousseau intenta dar una explicación racional sobre cómo se forman los Estados, y como se puede legitimar el poder político y qué tipo de gobierno es el más adecuado. Él no es el primero que intenta esto. Muchos filósofos en esta época comenzaron a pensar cómo se podía justificar el Estado, ya que hasta ese entonces se creía que el Estado era algo natural en el hombre, que era parte de su relación en sociedad, y tampoco se cuestionaba sobre quien tenía el poder político y cómo lo obtenía, sobre todo si hablamos de las monarquías, ya que los reyes obtenían el poder por herencia o por “derecho divino”.

Para comenzar, Rousseau intenta imaginar cómo sería una vida antes de que se formara el Estado, cómo vivirían los hombres antes de la organización social.  

Para ello se imagina que el hombre, antes de ser un ser social, vivía en un “estado de naturaleza” estado de naturaleza: Antes de la constitución del estado, los seres humanos son libres, iguales y buenos.  “”es un ser, ese hombre en su primer estadio, animal, sin moral, sin necesidades de ningún tipo; está al margen de todo, de la bondad y de la maldad, porque éstos son conceptos ya sociales; carece de odios, porque no hay razón que engendre el amor propio, fuente, con el amor de uno mismo, de las desigualdades; no conoce la guerra porque no son las escasas disputas que el alimento puede ocasionalmente suscitar entre ellos. Pero no dura mucho este feliz estadio: se pasa luego al contacto entre humanos que, en ese primer momento, gozan de una edad de oro en la que se produce otro hecho clave: el amor tanto conyugal como parental, y otros sentimientos de los que no sabemos muy bien si son compañeros o secuelas del anterior: odio, envidia, orgullo, vanidad, etc.

Este estadio en la que el hombre vive con sus necesidades cubiertas no dura para siempre. En algún momento existió el primer hombre que decide decir “esto es mío” y cercarlo, y desde ahí el ser humano sale del estado de naturaleza, y de paso al estado civil.

Para Rousseau el hombre es bueno por naturaleza, pero es la sociedad el que lo corrompe. Por eso al comenzar con el egoísmo, la propiedad privada, se olvida del estado de naturaleza, y es un estado al que nunca más podrá volver porque ya se ha corrompido.

Ahora el hombre tiene nuevas necesidades y necesita resolverlas de otra forma, necesita resolverlas en sociedad.

Contrato o pacto social:

Para los Rousseau todos los hombres son iguales por naturaleza, ninguno ha recibido de esta la misión de mandar o dominar a otros; sin embargo, en la vida social se necesita autoridad, por lo que es obligatorio un contrato un pacto, entre los hombres que constituyen una sociedad, que legitime esa autoridad.

La asociación es el acto más voluntario del mundo y nadie puede someter a otro sin el consentimiento de éste. Como cualquier contrato comercial, el pacto social supone un compromiso mutuo con obligaciones recíprocas para ambas partes, porque ¿se ha visto algo más insensato que la formulación siguiente: “yo hago contigo un convenio enteramente en perjuicio tuyo y enteramente en beneficio mío, que yo observaré mientras me plazca y tu observarás mientras me plazca.”

“cada uno de nosotros pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general; y nosotros recibimos comparativamente a cada miembro como parte indivisible del todo” (Contrato, libro I cap. VI)

Este fragmento supone:

  1. La enajenación total del individuo y la comunidad
  2. en contrapartida la ganancia de lo que se pierde, es decir, cada individuo recibe los derechos que los demás miembros de la comunidad enajenan a esta.

*enajenación: sesión del derecho de patrimonio a otro.

Niega la legitimidad a cualquier autoridad del amo sobre el esclavo, el vencedor sobre el vencido porque no es un verdadero pacto el que hacen, por ejemplo, el pacto de sumisión por el que los ciudadanos confieren el poder a un príncipe o rey, no es más que un pseudo contrato porque el rey es el único dueño de la ejecución del contrato y nada ni nadie puede obligarle a que cumpla su parte del contrato.

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