JUSTO SIERRA

1. INTRODUCCIÓN

Hablar sobre el Maestro Justo Sierra es remontarnos al periodo del porfiriato pues en esta etapa el país alcanzo grandes avances en materia educativa debido a aquellos intelectuales mexicanos considerados como pioneros de la educación pública y que forjaron una obra legislativa cuyo objetivo era la LIBERTAD DE ENSEÑANZA.

La teoría de la pedagogía mexicana también influyó en la acción de una brillante generación de educadores mexicanos quienes durante el porfiriato establecieron las bases de la educación moderna y científica quedando manifestados los esfuerzos de investigadores, secretarios de ramos y autores de texto. Pero las condiciones económicas del país eran tan deplorables, que se volvió en un factor detonante para originar problemas sociales y políticos y que a su vez se verían reflejadas en la educación.

Un balance de la obra educativa del Porfiriato ha de considerar las realizaciones del gobierno de Don Porfirio Díaz en materia educativa a lo largo de toda su administración, abarco pues, por lo menos, la gestión de tres ministros: Baranda, Fernández y Sierra; y ello sin perjuicio de incluir, siquiera sea marginalmente, a otros de más breve participación.

No hay que olvidar que el Porfiriato surgió como resultado del difícil acomodo de las tradiciones liberales de la Reforma a las condiciones de la vida del país, rudamente conmovidas por el impacto de la invasión francesa y lamentablemente distorsionada por el imperio de Maximiliano. Y que aún a pesar del origen de esta etapa del país, se cometieron muchos atropellos que solo fueron un retroceso para el país en todos los aspectos y que finalmente repercutieron en la educación, y me refiero a la copia de un feudalismo moderno de aquella época llamado hacendados. Pero a pesar de ello figuras como Barreda, Baranda, Fernández, Sierra entre otros fueron sin duda el frente a estos obstáculos, de manera que si tenemos que preguntarnos a quien se debe la educación actual es sin duda a los mencionados y a los que me faltó por mencionar.

2. MARCO HISTÓRICO

Posterior a la muerte de Juárez y con la llegada del Gral. Porfirio Díaz al poder, la educación a la que se le puede llamar pública, presentó en nuestro país características definidas. En esta fase del cambio colaboraron algunos intelectos que trataron de imponer ideales liberalista aunque en su mayoría sustentaban ideas positivistas introducidas por Barreda (encargado de la educación en el país) y aunque estas dos posiciones generaron una situación de controversia, frecuentemente se llegó a la conciliación y por fortunas ambas tendencias apoyaron la introducción de la tecnología al país sirviendo de base para generar programas que fortalecieran la educación.

El positivismo, doctrina en aquella época, es eminentemente una forma de pensar naturalista y su método es apoyado en la experimentación, planteando que las demás ciencias deben utilizar este método. La teoría de esta vertiente es apoyada en principios como amor, orden y progreso, y su sistema planeaba 3 premisas: ley de los 3 estados, Clasificación de la ciencia y Religión. Y cada una sirvió de base para la educación educativa permitiendo el progreso para el país. Por ende esta vertiente fue un factor importante para el desarrollo de la educación pública en México.

La posición del positivismo era neutral lo cual afianzó la consolidación del Estado y por ende el triunfo de la educación pública sustituyendo a la educación religiosa y apartándola de la misma (Laicismo).

Durante el periodo 1882 a 1901 Joaquín Baranda elegido por el Gral. Díaz, celebró Congresos de Instrucción Pública para tratar temas como el número de escuelas asimismo su competitividad, contando este con un equipo conformado: Justo Sierra, Enrique Rebsamen, Manuel Cervantes, Luis Ruiz, José Bonilla, cuyo objetivo fue discutir los problemas de la educación en México y encontrar la solución.

El Maestro Sierra siempre hizo hincapié al laicismo así como la obligación y compromiso que debería de existir de parte del gobierno y el padre hacia su hijo ante la educación. Si no fue el personaje más impactante de su época, si fue una pieza importante para el desarrollo futuro de la educación pública, ya que con sus obras, programas educativos, libros de texto y sobre todo el papel desempeñado en los congresos, le dio un giro de 360 grados a la educación pública, separándola principalmente de la influencia religiosa, sin que esta se sintiera ofendida, todo ello gracias a la diplomacia empleada del Maestro Sierra ante la Religión, sobre todo la Iglesia Católica.

3. JUSTO SIERRA (VIDA Y OBRA)

Justo Sierra Méndez nació en Campeche, en plena guerra de castas, cuando la ciudad amurallada estaba asediada por los indios insurrectos. Su padre Justo Sierra O´ Reilly, escritor magnifico y político muy infortunado, estaba en los Estados Unidos desempeñando una misión que habría de pesarle toda la vida.

De niño, Justo Sierra conoció los infortunios de la política por la expulsión de su padre de la ciudad amurallada, decretada y realizada por los fundadores del estado. La casa fue allanada y Don Justo Sierra fue injuriado, sus pertenencias destruidas.

La Familia Sierra Méndez se refugió en Mérida, no por muchos años, porque el doctor Sierra estaba herido de Muerte. El niño Sierra contra lo que pudiera creerse, no fue un escolar formal prefería vagar por las afueras de la ciudad en compañía de otro niño que después se convirtió en un eminente poeta: Francisco Sosa.

La personalidad de Justo Sierra era vigorosa y poliédrica, señoreaba la escena pública de su tiempo con extraordinario brillo y notable solidez. No era el ministro más poderoso pero si el más espectacular: historiador, maestro, periodista, tribuno filósofo y poeta. Abogado desde 1871, había ocupado cargos importantes en el poder judicial, incluso el de Ministro de la Suprema Corte; político sagaz y orador impetuoso.

Interesado por los problemas de la educación, tuvo una actuación destacada en los Congreso Nacionales de Instrucción; colaboró con Baranda y Fernández en la Secretaria de Justicia e Instrucción Pública; ejerció el magisterio en los más altos niveles del plan educativo; y colaboró con Barreda como catedrático de la Escuela Nacional Preparatoria. Su contribución de trabajo fue para las mejores causas del progreso y la cultura. Profesó la filosofía positiva, participó en debates que la fueron ubicando como fuerza política. En 1908 se enroló en la crítica de esta corriente de pensamiento y en 1910 propicio los

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