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Kant. La gran iluminación de 1769 y la «Memoria» de cátedra de 1770

Maria536Resumen2 de Marzo de 2023

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KANT  (1724-1804): fue el pensador más brillante de la edad moderna. Llevó a cabo en la filosofía una revolución que él mismo asimiló -debido a su radicalidad- a la que Copérnico realizó en astronomía.

I. La gran iluminación de 1769 y la «Memoria» de cátedra de 1770 

Kant escribió que el año 1769 le había aportado «una gran iluminación». Esta gran iluminación consistió en el desvelamiento de una perspectiva revolucionaria, lo que él denominará su «revolución copernicana», que le permitirá superar el racionalismo y el empirismo, el dogmatismo y el escepticismo, y abrirá una nueva era en la filosofía. Esta revolución, sin embargo, implicaba un radical replanteamiento de todos los problemas que hasta entonces había investigado Kant. En 1770 quedó vacante la cátedra de lógica y metafísica, y por ello Kant tuvo que escribir su memoria. En ésta obra, Kant, en primer lugar, se propuso establecer la diferencia que existe entre 1) el conocimiento sensible y 2) el conocimiento inteligible.

1) conocimiento sensible: El primero está constituido por la receptividad del sujeto, que en cierto modo se ve afectado por la presencia del objeto. En cuanto tal, el conocimiento sensible me representa las cosas como se le aparecen al sujeto y no como son en sí, y por eso me presenta fenómenos, lo cual significa precisamente las cosas como se manifiestan o aparecen (tesis que Kant no tiene necesidad de demostrar, porque era un hecho aceptado por todos en su época).

2) En cambio, el conocimiento intelectivo (o inteligible) es la facultad de representar aquellos aspectos de las cosas que, por su misma naturaleza, no se pueden captar mediante los sentidos. Las cosas, tal como son captadas por el intelecto, constituyen los noúmenos y me brindan las cosas “en sí”. Son conceptos propios del intelecto, los cuales -obviamente- no proceden de los sentidos. Por lo tanto esta facultad de representar las cosas como son, (no como aparecen) es la facultad de la razón, del conocimiento inteligible.

Esta distinción es fundamental porque toda la metafísica se basa en estos dos conceptos, y también la crítica de la razón pura.


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Hasta Kant, se pensaba que la realidad era lo que se nos imponía. De la flor me llega lo que aparece, y junto a lo que aparece, lo que hace mi razón con ella también es importante. Por lo tanto, no es tanto la realidad que se me imponga, sino lo que yo pongo en la realidad, mi conocimiento depende más de mí, del sujeto, que del objeto que tengo delante.

Si bien Kant no tenía que demostrar su tesis sobre el conocimiento sensible, porque ya era un hecho aceptado por todos en su época, sin embargo, también introduce una novedad con respecto a este conocimiento: Kant empieza a hablar en el conocimiento sensible: de la intuición, espacio, y tiempo.

Todo conocimiento sensible tiene lugar en un espacio y en un tiempo. No hay nada que se pueda conocer sensiblemente que no esté inscrito en un aquí y en un ahora. Es decir: dónde conozco la flor?: aquí, cuándo?: ahora. Por lo tanto, todo conocimiento pasa por la criba del espacio y el tiempo. Pero éstos no son propiedades de las cosas, sino formas de la sensibilidad, que son condiciones estructurales de la sensibilidad; todas las cribas por las que atraviesan los fenómenos de las cosas hasta llegar a mi intelecto. Todo este proceso, que todavía es del conocimiento sensible es lo que Kant llama intuición.

Aquí surge la gran pregunta de Kant: quién se adecúa a qué… es el sujeto el que se adecua al objeto o alrevés? Para la antigüedad griega, y la filosofía medieval, ahí estaba la flor y el sujeto se adecuaba a la flor. Con Kant, hay un cambio de perspectiva: se empieza a afirmar lo contrario: es el objeto el que se adecua al sujeto. Es decir, en el conocimiento es más lo que yo pongo en la flor que lo que la flor me dice de sí misma.


II. La «Crítica de la Razón pura»

Inmediatamente después de escribir la Memoria de cátedra, Kant consideraba que podía escribir una obra en que ésta gran luz recibida (en 1769), para esclarecer todos los problemas. Sin embargo, esta obra le costó doce años de meditación, y la Crítica de la Razón pura se publicó en 1781.

Kant descubre que la naturaleza del conocimiento científico (el conocimiento verdadero para Kant) consiste en ser una síntesis a priori, y por lo tanto todo consiste en descubrir cuál es el fundamento que hace posible esta síntesis a priori. Ésta es la novedad que aporta la Crítica.

El conocimiento científico -es decir, el verdadero conocimiento- consta fundamentalmente de proposiciones o de juicios universales y necesarios.

Lo primero que hace Kant en la Krp es examinar la teoría de los juicios para conocer cuáles son los juicios característicos de la ciencia.

Un juicio a conexión entre dos conceptos, uno de los cuales (A) sirve de sujeto, y el otro (B), de predicado. = Dos conceptos unidos.

Tipos de juicios:

1. Juicio analítico: El concepto que actúa como predicado (B) puede estar contenido en el concepto que actúa como sujeto (A). (El predicado está incluido en el sujeto)

Por ejemplo: “TODO CUERPO (A) ES EXTENSO (B)”: El predicado B, está incluido en el sujeto A.

2. Juicio sintético: predicado no está implícito en el sujeto, sino que le añade algo, que no puedo establecer con un mero análisis.

Por ejemplo: “TODO CUERPO (A) ES PESADO (B)”: El predicado “es pesado” (B), añade al sujeto un plus, porque el concepto de pesado no se obtiene por el análisis del concepto cuerpo.

Además, el juicio analítico funciona A PRIORI (“antes de”), sin necesidad de apelar a la experiencia, ya que con él expresamos de un modo distinto el mismo concepto que expresamos mediante el sujeto. Es decir, decir “todo cuerpo es extenso”, es decir que cuerpo y extensión son equivalentes. Por lo tanto, los juicios a priori son universales y necesarios y no amplían en nada el conocimiento. El juicio analítico a priori, por tanto, no es el conocimiento de la ciencia (porque ésta intenta ampliar el conocimiento).

El juicio sintético, por el contrario, siempre amplía mi conocer, porque siempre me dice del sujeto algo nuevo, algo que no estaba contenido implícitamente en él. Este tipo de conocimiento, el sintético, que me dice del sujeto algo nuevo, se obtiene de experimentación. Y así amplían el conocimiento, basándose en la experiencia por lo tanto es un juicio A POSTERIORI porque primero he tenido que experimentar, y luego se emite el juicio. Y, por lo tanto, no es universal y necesario: no se impone como una evidencia.

Sin embargo, existe un tercer tipo de juicios, (porque si solo trabajo con estos dos tipos de juicios, la ciencia no resulta… porque el juicio analítico, son a priori pero no amplían el conocimiento, los juicios sintéticos, que sí amplían el conocimiento son a posteriori, y al no ser universales y necesarios, no valen como verdad para todos, y lo que buscamos es que valgan para todos, que la ciencia, que es la metafísica elabore juicios universales y necesarios. Por lo tanto, dice Kant que la ciencia se basa en un tercer tipo de juicio:

EL JUICIO SINTÉTICO A PRIORI: coge lo mejor de los otros dos:

Del juicio analítico: el carácter a priori; que sean universales y necesarios

Del juicio sintético: que amplíen el conocimiento 

Por tanto, son sintéticos (en cuanto amplían el conocimiento) y a priori, en cuanto son universales y necesarios.

Kant quiere que todos los juicios de la metafísica sean como los de la ciencia, por lo tanto, deberán aspirar a ser sintéticos a priori, universales y que amplíen el conocimiento.

Llegamos así al punto más importante: una vez establecido que el saber científico está constituido por juicios sintéticos a priori, si descubrimos cuál es el fundamento de la síntesis a priori podremos resolver todos los problemas referidos al conocimiento humano, y también su valor y cuáles son las limitaciones del conocimiento.

Fundamento de los juicios:

1) El fundamento de los juicios analíticos a priori: es el principio de identidad y de no contradicción (ya que son juicios en los que sujeto y predicado son equivalentes).

2) El fundamento de los juicios sintéticos a posteriori, es la experiencia (puesto que son juicios experimentales).

3) Los juicios sintéticos a priori no se basan en el principio de identidad ni en el de no contradicción (porque lo que vinculan no es un predicado igual al sujeto, sino un predicado diferente). Pero tampoco se basan en la experiencia, porque son a priori, mientras que todo lo que procede de la experiencia es a posteriori y son, además, son universales y necesarios, mientras que lo que procede de la experiencia nunca es universal ni necesario. Y por lo tanto es una gran incógnita “X” de momento cuál es el fundamento de los juicios sintéticos a priori, y es lo que Kant se propone resolver en la CRP.

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