LA FORMACIÓN Y APOSTOLADO DE COMENIO

LA FORMACION Y EL APOSTOLADO DE COMENIO

Juan Amos Comenio fue discípulo de Asled absorbió la conciencia de la necesidad de reformar a fondo la enseñanza, nació en Moravia la Unidad de Hermanos de Moravos, Comenio regreso a su patria en donde apenas cuatro años mas tarde le sorprendió del estallido de la Guerra de los Treinta Años, el misterio de Comenio se volvió universal e imperecedero, para estudiarse o efectuarse reformas escolásticas de la Universidad Harvard.

EL IDEAL PANSOFICO

La pedagogía comeniana es esencialmente religiosa, pedagógicos se caracterizan, entre otras obras, por una continua presentación de ejemplo y analogías tomadas del mundo, de la técnica y el trabajo manual.

Comenio parte del concepto del hombre como microcosmos, concilia a la actitud religiosa con la actitud naturalista, el microcosmos es un compendio del universo y comprende todas las cosas que por doquier se ven ampliamente esparcidas por el universo pero resulta que el hombre lleva en potencia el conocimiento del universo escible. Después de la caída “el pecado original” La naturaleza humana requiere un auxilio para desarrollarse en plenitud, este auxilio es la gracia divina, pero Comenio considera que la gracia divina, pero Comenio considera que la gracia, en cuanto tal, Dios esta siempre dispuesto a infundírnosla liberalísimamente de modo tal que no su ausencia sino la insuficiente educación es la causa de que tantos hombres malogren.

Entonces lo que el hombre necesita es educación esto no significa negar la gracia divina sino más bien nos llega a través de la educación. Ya que Comenio afirma que todo conocimiento es a través de oportunas experiencias, asumiendo que el conocimiento de los ángeles incluso es experimental. La máxima latitud potencial que todos necesitan de la educación y que todos en una educación apropiada producen buenos frutos, el hombre sin enseñanza en nada se convierte sino en un bruto. En cuanto a la otra cuestión la educación fructífera siempre y en todos Comenio asume la actitud más radical, es decir la más sensata, solo a los individuos tarados, a los idiotas y a los per5versos podrá no aprovechar la educación, pero aun a ellos puede por lo menos dificultarles las costumbres; en cuanto a los demás se trata de darles la educación apropiada para que sus aptitudes rindan frutos seguros.

La educación para todos es una debida concretización de la superabundante gracia divina: para ricos y pobre, para gobernantes y gobernados. La educación es indispensable porque es necesario que los guías de los viajeros tengan ojos, pero también los gobernantes lo necesitan para que sepan juiciosamente sujetarse a quienes los gobernaran con sabiduría, pero no por fuerza, haciendo lo que otros como asnos, sino de buena gana y por amor al orden.

El espíritu humano es memoria o conciencia, intelecto y voluntad. Las finalidades de la educación serán: devoción, instrucción y virtud y serán inseparables como inseparables son el alma y la trinidad divina.

El ideal pansofico es aun tiempo formal y realista, el quiere servir a Dios, el prójimo y a nosotros mismos y es en el fondo un ideal eudemonistico () o de alegría evangélica sin un ápice de rigorismo y tanto menos de ascetismo.

NATURALIDAD, GRADUALIDAD, CICLICIDAD.

Según Comenio, conocer es cosa naturalmente placentera y a ella aspiran todos en mayor o menor medida; si tenemos la impresión de lo contrario ello se debe a que, por lo común, los mismos profesores inspiran con su impericia disgusto por el estudio. Si se respetara la naturaleza, es decir, la naturaleza del hombre en general y también, en cierta medida, la naturaleza de cada alumno, se obtendrían espléndidos resultados “sin golpes, sin rigor y sin coartación”. Comenio intenta una auténtica tipología para indicar el comportamiento que el verdadero maestro debe asumir ante discípulos de índole diversa.

Sin duda Comenio tiene una excesiva confianza en el valor de la organización y sueña con una escuela-reloj que contrasta con las loas que en otros sitios hace del espíritu de iniciativa. Pero le justifica el admirable sentido

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