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LA METAFÍSICA SCHELLINGNIANA DEL YO ABSOLUTO COMO “UNA ÉTICA A LA SPINOZA”


Enviado por   •  13 de Junio de 2013  •  7.319 Palabras (30 Páginas)  •  187 Visitas

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LA METAFÍSICA SCHELLINGNIANA DEL

YO ABSOLUTO COMO “UNA ÉTICA A LA

SPINOZA”

Luis Fernando Cardona Suárez1*

RESUMEN

En el presente trabajo examinaremos el primer escrito del

joven Schelling de 1795, Vom Ich als Princip der Philosophie

oder über das Unbedingte im menschlichen Wissen, a la luz

de la intención programática de desarrollar una “ética a la

Spinoza”. Este propósito no sólo implica ir más allá de la

intención metodológica de la filosofía crítica de inspiración

kantiana, sino que busca atender también de manera plena a la

exigencia humana de alcanzar un saber incondicionado, que

vaya más allá de los presupuestos metodológicos y temáticos

tanto del criticismo como del dogmatismo precrítico. Para

atender a este llamado del idealismo, el joven filósofo buscó

armonizar el clamor de la libertad con la naturaleza de lo

absoluto, según Spinoza. Pero esta armonía no la encontró en

el despliegue de una simple exigencia teórica, sino más bien

en la plena realización práctica de aquello que concebimos

y experimentamos como lo incondicionado. Esta realización

se cumple en la articulación del yo, lo absoluto y la libertad.

La realización de esta articulación determinó el rumbo y las

posibilidades de la filosofía en el siglo XIX.

Palabras claves: Schelling, Spinoza, libertad, absoluto, Yo

* Pontificia Universidad Javeriana. Recibido: 30.06.11 Aceptado: 28.10.11

Universitas Philosophica 57, año 28: 87-122

julio-diciembre 2011, Bogotá, Colombia

De 1781 hasta 1831, esto es, entre la aparición de la primera edición

de la Crítica de la razón pura de Kant y la muerte de Hegel en Berlín,

nacieron una serie de trabajos teóricos orientados a desarrollar una

filosofía claramente especulativa que pudiera contrarrestar las limitaciones

programáticas de la empresa crítica de inspiración kantiana. Estos años

de la historia de la filosofía se los conoce comúnmente como la época

del idealismo alemán, época en la que la filosofía fue llevada más allá de

sus propios límites, y época que se caracterizó, ante todo, por una gran

cantidad de obras sistemáticas que fueron publicadas en un lapso de tiempo

relativamente corto.

Procedentes de la filosofía trascendental de Kant, pensadores como

Fichte, Schelling, Hegel y Schopenhauer se esforzaban por culminar paso

a paso la obra kantiana. De manera acertada, Rüdiger Safranski caracteriza

a esta época de la evolución del pensamiento filosófico de la modernidad

como los años “tormentosos de la filosofía” (1990: 11), años en los que

la filosofía se desarrolló una vez más, y quizá, por última vez, de forma

realmente espléndida. En este contexto, podemos ver que la primera

obra filosófica de Schelling nació en discusión directa con los problemas

surgidos en el seno de la filosofía postkantiana, asumiendo de manera

particular el problema de la autoconciencia1.

Fichte descubre en la autocerteza del ‘yo pienso y actúo’ el fundamento

irrebasable e inamovible de la reflexión filosófica, mientras que Schelling

piensa de un modo más radical los sedimentos filosófico-trascendentales

de la propuesta crítica de Kant. El punto de partida es ahora para Schelling

la conciencia de la libertad2. Bajo el modelo de una reflexión fundamental,

1 Según Dieter Henrich, la modernidad alcanza su máximo desarrollo cuando se logra

articular el despliegue de la autoconciencia con la exigencia de alcanzar un sistema anclado

en un cierto monismo renovado. Para alcanzar esta articulación un paso decisivo fue el

impulso dado por el joven Schelling a este proyecto (1982: 145).

2 Reinhard Lauth ha demostrado de manera clara cómo el joven Schelling ya desde un

principio buscaba, inspirado inicialmente en las intuiciones fundamentales de la Doctrina

de la ciencia, llevar el proyecto filosófico-trascendental kantiano a su máximo desarrollo.

Consideraba, para ello, que si la idea de la causalidad del Yo absoluto era ya la idea de un

poder absoluto, se hacia necesario entonces que el Yo absoluto fuera un principio inmanente

en el cual la libertad y la naturaleza fuesen idénticos. En este sentido, la conciencia de

la libertad se erigía como el único principio viable para desplegar un auténtico sistema

monista (1975: 21).

90 Luis Fernando Cardona Suárez

universitas philosophica 57, Año 28, jul-dic 2011: 87-122

los filósofos del llamado idealismo alemán intentaban penetrar así, de

modo

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