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LA REVOLUCION EN EL MODO DE VER EL HOMBRE


Enviado por   •  2 de Octubre de 2021  •  Tareas  •  6.659 Palabras (27 Páginas)  •  57 Visitas

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LA REVOLUCION EN EL MODO DE VER EL HOMBRE

        (La Verdad de la Vida Vol. 33 Capítulo 4)

 Hace algún tiempo fue representada en el auditorio Hibiya en Tokio, una obra teatral de mi autoría denominada Yaso-den ( La vida de Jesucristo). Como hoy vine  a hablar respecto al cristianismo tal vez haya personas que piensen que Seicho-no-Ie sea un grupo religioso que se dedica a la divulgación de la doctrina cristiana. Para evitar tal equivocación, cumplo en aclarar lo siguiente: Seicho-no-Ie predica la Verdad que abarca todo y a todos, la Verdad de la Vida, la Verdad de que todo ser humano precisa captar; por lo tanto es natural que la enseñanza de Seicho-no-Ie coincida con todas las doctrinas basadas en la Verdad de la Vida- sean cuales fueran las sectas religiosas: cristianas, budistas, sintoistas o Tenri. En Japón hay personas que tienen ideas erróneas acerca del cristianismo y piensan que los cristianos menosprecian los templos budistas y sintoistas. Ocurre que ellas desconocen  aquel pasaje de la Biblia que muestra cuanto Jesucristo respetaba los templos. El referido pasaje (Juan 2.13-16) narra el episodio en que Jesús habiendo ido al templo de Jerusalén y encontrando allí vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y cambistas sentados (en sus mesas) los expulsó a todos  a latigazos y derribó la mesa de los cambistas. ¿Por qué Jesucristo, que predicaba la paz entre los hombres que repudiaba la violencia y que enseñaba “si alguien te hiere la mejilla derecha, preséntale también la otra” practicó tal acto de violencia? Porque él tenía verdadero respeto por el templo y quiso mostrar claramente que allí era un lugar sagrado donde las personas se comunican con Dios, y no un lugar para ejercer actividades comerciales. Como podemos constatar, Jesucristo jamás dijo que “venerar los templos equivale a mera idolatría”. Así como en los días actuales, también en aquella época  existían personas supersticiosas – seguidoras de creencias erróneas que construían estatuas de bueyes y otros animales y las reverenciaban. Jesús advirtió  a esas personas a no ofrecer culto a imágenes, pero jamás dijo que  deberían despreciar los templos o dejar de venerarlos. Por lo contrario, él tenía tanta convicción en cuanto a la santidad de los templos, que para preservarla no dudó en obrar con violencia a pesar de predicar la no-resistencia y la no-violencia. Por lo tanto tengo la certeza de que el cristianismo en el Japón no es contrario al hecho del pueblo venerar templos budistas y sintoistas.

La Verdad de la Vida

        De acuerdo con ese punto de vista, Seicho-no-Ie se identifica con todas las religiones que predican la Verdad, y por eso tiene mucho respeto por el cristianismo. Por lo tanto no hay nada de extraño en el hecho de yo haber escrito la obra teatral Yaso-den (La Vida de Jesucristo). Si Seicho-no-Ie fuese una religión presa al sectarismo, yo habría escrito una obra con el título La historia de Seicho-no-Ie. Pero en lugar de eso escribí la obra Yaso-den. Eso prueba que Seicho-no-Ie no es una religión sectaria, y también demuestra nuestra posición de que el cristianismo no es en modo alguno una religión que no corresponda a la característica nacional del Japón.

Además de la referida obra, escribí también otra acerca de Sakyamuni (Buda) que fue representada hace algún tiempo en el auditorio Okuma. Seicho-no-Ie se identifica también con el budismo, pues en su esencia, la doctrina de Buda predica la misma Verdad – la Verdad de la Vida. Seicho-no-Ie acoge igualmente a todas las religiones  que en su esencia predican la Verdad de la Vida. Algunas personas piensan que la finalidad de la religión es predicar la salvación del hombre después de la muerte. Pero, la verdadera religión predica la salvación del hombre en esta vida, enseñando la Verdad de la Vida. Tanto el cristianismo como el budismo tienen como esencia la Verdad de la Vida – por lo tanto son religiones verdaderas. Si la religión no pudiese salvar al ser humano en esta existencia, ¿Cómo podría garantizarnos la salvación después de la muerte? Y aunque nos garantice la salvación después de la muerte, no hay razón para que no busquemos la salvación en esta vida. Pienso que es justamente la salvación en esta vida la que nos conduce a la salvación después de la muerte. ¿En que consiste entonces la salvación en esta vida? Algunos piensan que ser salvado es ser liberado  de los sufrimientos y de las dificultades y pasar a disfrutar de una vida de abundancia y bienestar, tal como un pez liberado de la red y soltado en el océano. Pero, la verdadera salvación no consiste simplemente en alcanzar una mejor situación económica u obtener la cura de la enfermedad.

El “despertar” y el “arrepentimiento”

Pienso que en último análisis, alcanzar la salvación es alcanzar la verdadera libertad que nos es inherente – la libertad de la Vida. Refiriéndose a eso Sakyamuni usó el término gedatsu, que significa “ser salvado”, o sea, liberarse de todos los apegos, aflicciones y sufrimientos y alcanzar el satori – la iluminación. El satori del budismo corresponde al “arrepentimiento” de la doctrina cristiana. El arrepentimiento no consiste solamente en reconocer el error cometido y tomar la decisión de no volver a equivocarse. Eso es solamente un “arrepentimiento parcial”. El arrepentimiento completo  consiste en la transformación total de la postura mental. Algunas personas traducen la palabra inglesa conversion simplemente como el acto de adherir  a una doctrina; pero el verdadero significado de esa palabra es “arrepentimiento completo en que la persona cambia por entero la postura mental, y como consecuencia de eso, su mundo se transforma totalmente”. El “mundo” a que me refiero aquí no es el mundo físico, sino el mundo interior. Cambiar completamente la postura mental, abandonando del todo la idea de que somos criaturas llenas de pecados, y descubrir nuestro “Yo verdadero” exento de pecado y sufrimiento – ese es el verdadero arrepentimiento. En otras palabras, el verdadero arrepentimiento  consiste en abandonar completamente la idea de que somos  seres constituidos de cuerpo carnal, sujetos a pecados, y concientizarnos de que somos hijos de Dios, exentos de pecado. Esa es la verdadera conversión. En último análisis, el verdadero arrepentimiento consiste en dejar de pensar que somos mera existencia material y alcanzar la sublime concientización de que somos hijos de Dios, y por lo tanto, existencias espirituales. Jesucristo predicó: “Haced penitencia porque está próximo el reino de los cielos” (Mateo, 3.2). Leyendo la Biblia en Inglés constaté que el referido versículo dice: “The Kingdom of Heaven is at hand”. En la traducción del inglés para el japonés el término “at hand” es usado con la connotación de “estar aproximándose”; debido a eso, muchos piensan que el reino de los cielos “está por llegar”. Pero, el referido término inglés significa también “al alcance”, y en el mencionado versículo fue usado con ese significado. Por lo tanto, la advertencia de Jesucristo no fue en el sentido de que “debemos prepararnos, arrepintiéndonos de los pecados porque el reino de Dios va a llegar dentro de algún tiempo”. La referida afirmación “at hand” significa “estar a mano” o “estar al alcance para ser disfrutado desde ya”. Siendo así, siempre que nos arrepintamos verdaderamente, podemos pasar a disfrutar inmediatamente las gracias del reino de los cielos. Este es el verdadero significado del referido pasaje bíblico. El verdadero arrepentimiento no consiste en intentar redimirnos cada vez que cometemos un error, de manera de mejorar gradualmente, sino en abandonar de una vez por todas, la idea de que somos criaturas pecadoras, y comprender  que somos hijos de Dios, creados  a imagen del Padre, que es existencia  espiritual y eterna. Quien se arrepiente verdaderamente ha de encontrar el paraíso aquí y ahora en esta vida terrena.

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