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La Familia


Enviado por   •  23 de Marzo de 2015  •  8.907 Palabras (36 Páginas)  •  209 Visitas

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LA gloria

Experimentando

la atmósfera del cielo

Ruth Ward Heflin

Apocalipsis 4:7-8

En ese momento vi que en la plataforma, por encima de los querubines, había una piedra de zafiro en forma de trono. Ezequiel 10:1

Durante la noche del 20 de junio de 1971, yo fui visitada por los cuatro seres vivientes. En breves momentos mi vida dio un giro de ciento ochenta grados. Supe que viviría en Jerusalén y que sería parte del plan de Dios para esta ciudad y su gente. A través de los años, he visto aspectos de los seres vivientes una y otra vez. Son aquellos que ponen en alto el trono de Dios. Los seres vivientes ejemplifican, para mí, el trono de Dios, el círculo de la gloria alrededor del trono, y la actividad del trono, y su autoridad en toda la tierra. Tal como otros seres celestiales están sobre las naciones o áreas de la tierra, personalmente creo que los seres vivientes son los que velan por Israel y el cumplimiento de los propósitos de Dios en ella. A mis amigos creyentes con quienes yo he estado en la nube de la gloria de Dios A los innumerables amigos y peregrinos de las naciones quienes han alabado y glorificado en la gloria con nosotros en Jerusalén. A todos los hambrientos que anhelan, como yo, a El y Su gloria revelada en toda la tierra.

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INDICE

INTRODUCCION………………………………………………………………………4

La alabanza..........................................................................................................5

La alabanza: instrumento de cosecha…..............................................................7

La alabanza: celebración…................................................................................19

La alabanza: un arte militar.................................................................................24

La alabanza: un ascenso....................................................................................35

La adoración……….............................................................................................38

La extensión natural de la alabanza…………… .................................................39

Adorando al Rey: majestad.................................................................................46

Adorando al Amado: intimidad............................................................................52

La gloria… ………………………………….....................................................61

El ámbito de gloria..........................................................................................62

La gloria trae libertad......................................................................................68

La gloria trae revelación................................................................................. 71

La gloria trae conocimiento.............................................................................82

La gloria trae perspectiva................................................................................87

INTRODUCCION

Nací en la gloria un domingo por la tarde. Mis padres fueron pioneros. Para el tiempo en que yo nací, ellos estaban viviendo en Richmond, Virginia. Cuando yo era una jovencita, iba directamente de la escuela a la iglesia en las tardes de los miércoles. Los fieles de la iglesia se reunían en oración de la una a las cuatro. Yo asistí a la mayoría de esas reuniones de oración. Durante las dos primeras horas ellos hacían sus peticiones e intercedían ante Dios. Durante la última hora ellos tan sólo se reconfortaban al abrigo de Su presencia. Esos eran los mejores momentos. Toda petición en la que ellos pudieran pensar había sido hecha. Ahora, el Espíritu Santo tomaba dominio. Sonidos de gloria fueron rociados en mi espíritu de aquellos años y han permanecido en mí mientras he viajado alrededor del mundo en el ministerio. He estado en miles de reuniones, y he oído miles de sermones. Pero la mayor influencia en mi vida han sido aquellos gloriosos sonidos que surgían en las últimas horas de aquellas reuniones de oración donde la familia de Dios tocaba el ámbito eterno. Como el aire en la atmósfera de la tierra, la gloria es la atmósfera del cielo. Nos levanta sobre lo terrenal hacia la misma presencia de Dios. Más tarde, cuando fui a Jerusalén para vivir y adorar a Dios en el Monte de Sion, El me empezó a mostrar la progresión de la alabanza, a la adoración, y a la gloria; y la relación entre estas tres. Me encontré a mi misma compartiendo estas simples verdades con el pueblo de Dios alrededor del mundo. Si puedes capturar los principios básicos de la alabanza, la adoración, y la gloria, tan simples que a veces los pasamos por alto, podrás tener todo lo demás que desees en Dios. No importa si estás solo y no tienes a nadie que se una contigo en oración. No importa en qué estado estés de tu desarrollo espiritual. ¡Muévete al ámbito de la gloria, y todo se hace posible! Del Señor es la tierra y lo que contiene; el mundo y todos sus habitantes; pues Él la edificio sobre los mares, Y la puso más arriba que las aguas. ¿Quién subirá a la montaña del Señor? ¿Quién estará de pié en su santo recinto? El de manos limpias y de puro corazón; El que no pone su alma en cosas vanas, ni jura con engaño. Ese obtendrá la bendición del Señor, y la aprobación de Dios, su salvador. Así es la raza de los que Le buscan, de los que buscan Tu Rostro ¡Dios de Jacob. ¡Ea puertas, levanten sus dinteles, elévense, portones eternos, y que pase el Rey de la gloria! ¿Quién es el Rey de la gloria? El Señor, el fuerte, el poderoso, el Señor, valiente en la batalla. ¡Puertas levanten sus dinteles , elévense, portones eternos y que pase el Rey de la gloria. ¿Quién es ese Rey de la gloria? Yahvé, Dios de los ejércitos, Él es el Rey de la gloria.

Salmo 24:1-10

La alabanza

Alaba ...

hasta que el espíritu de adoración llegue.

Alaba ...

hasta que

el espíritu de Adoración

llegue.

Adora ...

hasta que

la gloria

llegue.

Luego ...

¡Permanece en la gloria!

La alabanza:

instrumento

de

cosecha

¡La alabanza es un poderoso instrumento de cosecha! Si hay algo que nosotros, la familia de Dios, pensamos que sabemos hacer, es alabar al Señor. Podremos estar conscientes de otras cosas inadecuadas, pero cuando se trata de alabar, de alguna manera, sentimos que ya tenemos un doctorado en ello. Cuando el Señor nos llevó a Jerusalén para que residiéramos ahí, en el otoño de 1972, El nos habló en lo concerniente al ministerio a los judíos: Ustedes no saben nada. Pero, no se preocupen por no saber nada. Yo les enseñaré por Mi Espíritu.

No me molesta la reprensión del Señor. Cuando la gente nos reprende, nos dejan sintiéndonos mal. Pero cuando el Señor nos reprende, El nos da la respuesta a aquello que nos hace falta. En ese día, palabra de Yahvé, responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra. Y la tierra responderá al trigo, al vino nuevo y al aceite, y estos harán honor a Jezrael. Yo sembraré para mí en el país, tendré compasión de No amada y diré a No mi pueblo: {Tú eres mi pueblo}; y el me contestará: {Tú eres mi Dios.} Oseas 2: 23 – 25.

Dios mío estaba incorrecto, El dijo: Yo les enseñaré el camino. Habíamos estado en Jerusalén sólo unas semanas. Junto con veinte y cinco jóvenes, provenientes de Ashland, Virginia, estábamos alabando y adorando al Señor en el Monte de Sion cuatro noches en la semana en San Pedro en Gallicantu (una bella iglesia católica construida sobre el sitio tradicional de la casa de Caifás, el sumo sacerdote en el tiempo de Cristo). Durante el día, asistíamos a las clases de hebreo cinco horas diarias. Una noche un ministro americano de visita, quien había estado trabajando en Nigeria, nos habló. Miró a nuestro grupo de jóvenes, vio que todos eran saludables y robustos, y tuvo la idea de que ellos debían repartir folletos del evangelio. Debido a su experiencia pudo visualizar como podríamos alcanzar la totalidad de la ciudad de Jerusalén en poco tiempo, y estaba calculando cuántos miles de folletos podrían ser distribuidos. Deben salir a sembrar la semilla., dijo. Todo lo que el hermano dijo era bíblicamente verdadero. Nosotros creíamos en sembrar la Palabra, y habíamos hecho grandes programas de distribución de la Biblia y de porciones de ella en otros países. En Nepal, incluso rentamos helicópteros para llevarnos a remotas áreas con nuestras porciones, y cruzamos barreras, con la ayuda de la familia real, para distribuirlos. Pero en Jerusalén, había ciertas restricciones. Si íbamos a vivir ahí, tendríamos que atenernos a la ley para hacerlo. Lo que el hermano dijo era bíblico, pero simplemente no era la respuesta de Dios para Jerusalén en ese momento. Para cada país, Dios tiene un plan. No existe necesariamente una sola respuesta que funcione en todas partes o una solución práctica que se ajuste a toda situación. Mientras el hermano hablaba, sin embargo, pude sentir que nuestros jóvenes se sentían dispuestos a aceptar el desafío. Ya podía yo ver a veinte y cinco jóvenes alineados a la mañana siguiente diciendo: ¿Dónde están los tratados? Estamos listos para repartirlos. Esa noche oré: Señor, dame Tu respuesta para ellos. En medio de la noche, el Señor me habló y dijo: Ustedes siembren en los cielos, y yo sembraré en la tierra. Y, de esa manera, nació nuestro ministerio de alabanza en el Monte de Sion. Yo no tenía un versículo preciso de las Escrituras a la mano para respaldar lo que Dios estaba diciéndome. Y no entendía todavía todo lo que El quería decir con: Ustedes siembren hacia el cielo, y yo sembraré hacia la tierra. Pero estaba decidida a aprender. Noche tras noche, nos reuníamos para alabar al Señor. El nos habló y dijo: Ustedes están tan sólo empezando a alabarme. Yo les enseñaré por mi Espíritu cómo alabarme. Todavía estoy aprendiendo. Cuando ya lo habíamos alabado por un tiempo, recibiríamos una palabra profética en la cual el Señor nos diría: Su alabanza me deleita, conmueve mi corazón, me agrada, pero quiero que me alaben más. Pronto aprendimos que la alabanza deleita tanto al Señor que siempre quiere más.

2

Hay quienes dicen que la alabanza es para el inmaduro, pero que la intercesión es para aquellos que son espirituales. No podría estar más lejos de la verdad. En Apocalipsis, uno de los más grandes libros de alabanza en la Biblia (en verdad, es el libro de alabanza y adoración del cielo), leemos: Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Apocalipsis 19: 5-6.

¿Quiénes son estos siervos que son llamados a alabar en el último tiempo del calendario de Dios, como es el capítulo diecinueve de Apocalipsis? Son todos Sus siervos. Si la alabanza es inmadura, ciertamente deberíamos llegar más allá antes de la eternidad. La gente que El llama a alabar en este pasaje es descrita más adelante como la que le teméis, y finalmente como así pequeños como grandes. Todos nosotros debemos alabar al Señor. Este es un ámbito en el que todos somos iguales. El llama tanto a los pequeños como a los grandes a alabar. Todos nosotros somos uno en el ámbito de la alabanza. En respuesta al llamado de Dios, Juan describe lo que él oyó como la voz de una gran multitud. El mayor instrumento de alabanza que Dios nos ha dado es la voz. Aprende a levantarla hacia Dios. Descubrimos que no sólo la alabanza deleitaba a nuestro Dios, y que El deseaba más de ella, pero también que a El le gustaba en alta voz. No solamente nos insta: Alaben al Señor. Nos habla de alabar con voz de acción de gracias. (Salmo 26:7), con voz de júbilo (Salmo 47:2), y con voz de cántico Salmo 98:5).

La voz que Juan oyó era la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos. Nuestra alabanza se eleva hasta que truene como las cataratas de Niágara o de Livingston. Tan grandioso es el torrente de sonido que surge de juntar una voz con otra. Crece hasta que es como grandes truenos. Las voces que Juan escuchó estaban diciendo: ¡Aleluya, porque nuestro Dios Todopoderoso reina! . Una voz de alabanza es siempre una voz de victoria. Es por eso que el enemigo lucha contra la alabanza. No puedes estar alabando por mucho tiempo sin entrar en victoria. Puedes, a veces, orar por ciertas cosas, y mientras más declaras el problema y oras sobre ello, más tu fe empieza a tambalearse. Al principio tú ves el problema como realmente es. Luego, se hace más grande de lo que en realidad es. Y, finalmente, se hace abrumador. Pero cuando tú alabas, siempre entras en victoria. Alabar es entrar. ¡Entren por sus puertas dando gracias, en sus atrios canten su alabanza; (Salmo 100:4).

La alabanza no es el final. Es el principio. Es el entrar.

3

Mucha gente pentecostal y carismática ha aprendido a entrar a través de la alabanza, pero no han sabido cómo continuar hasta la adoración, y, más adelante, hasta la gloria. La alabanza es justamente el entrar en la presencia de Dios. Entramos por puertas de alabanza. Para cuando llegó el día de Año Nuevo, habíamos estado alabando en el Monte de Sion cerca de seis semanas, constantemente impulsados por el Señor para alabar más y más profundamente. Estábamos alabándole no sólo con nuestros labios, le estábamos alabando con aplausos, levantando nuestras manos, y con danza, todas maravillosas y bíblicas formas de alabanza.

El día de Año Nuevo, el Señor nos habló y dijo: Aún en estos momentos, mientras me están alabando, estoy derramando mi Espíritu en otra parte de la ciudad. Nos entusiasmamos mucho. Difícilmente pudimos esperar al siguiente día para ver lo que Dios había hecho en otra parte de la ciudad. El siguiente día supimos que un grupo de veinte y cinco jóvenes árabes bautistas habían tenido una reunión social en la tarde cuando de pronto el Espíritu Santo había sido derramado sobre ellos, y habían empezado a hablar en otras lenguas. Veinte y cinco en ese tiempo en Jerusalén eran como dos mil quinientos en otras partes. ¡Qué conmovidos estábamos! Estábamos aprendiendo, como dice el profeta Miqueas, en los caminos de Dios. Irán a verlo todas las naciones, y subirán hacia el muchos pueblos diciendo: Vengan subamos al cerro de Yahvé, a la casa del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y caminemos por sus sendas. Porque la enseñanza irradia de Sion, de Jerusalén sale la palabra de saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Yahvé. Miqueas 4:2

Dios había prometido enseñarnos, y lo estaba haciendo. La Iglesia ha tratado por mucho tiempo hacer la obra de Dios con los métodos del mundo. Hemos tratado de hacer la obra de Dios con los métodos del hombre. Hemos tratado de hacer la obra de Dios con nuestro propio entendimiento. Pero, cuando nosotros hacemos la obra de Dios a la manera de Dios, obtenemos los resultados de Dios.

Teníamos tanto que aprender. No éramos tan intrépidos y liberados como somos ahora. Dios ha venido trabajando con nosotros por un tiempo. Pero, una vez que encuentras que algo funciona, quieres probarlo otra vez. Empezamos a llegar a las reuniones con mayor anticipación y a alabar al Señor con mayor fervor. Algunas semanas más tarde el Señor habló una noche y dijo: Mientras ustedes me alaban, Yo estoy derramando Mi Espíritu en Gaza. Y empezamos a oír noticias del derramamiento del Espíritu Santo en Gaza. Unas semanas pasaron. Dios nos habló de un derramamiento de su Espíritu en Galilea.

Subsecuentemente oímos del derramamiento del Espíritu en Galilea. Un poco de tiempo pasó, y el Señor nos habló y dijo: Vendré a mi pueblo, los judíos, y me revelaré a Mí mismo a ellos donde ellos estén en los Kibuts, en los campos, en las fábricas. Gente judía empezó a llegar a nuestro lugar de alabanza, contándonos que ellos habían recibido una revelación personal de Jesús. Aprendimos que podíamos alabar a Dios en Jerusalén, sembrando en los cielos, y que Dios tomaría nuestra alabanza, y la sembraría en la tierra en Jerusalén, Gaza y Galilea, en todo Israel. Más tarde nuestra mente se abriría a entender que esa alabanza, de la misma manera, lograría una cosecha hasta los confines de la tierra. La alabanza es uno de los instrumentos más poderosos en la cosecha del reino de Dios. Hace algunos años, aparecieron en todas partes calcomanías para guardachoques con la leyenda: ¡Alaba a Dios de todas maneras! El significado era: Alaba a Dios si así lo sientes y también hazlo si no lo sientes así. Si llegas a rastras del trabajo, y has tenido un mal día, sólo levántate y comienza a alabar a Dios de todas maneras. Cuando oía a alguien decir esto, turbaba mi espíritu. Le pregunté al Señor por qué ese concepto me daba tantos problemas. El me mostró en el Antiguo Testamento que cuando cualquier sacrificio era ofrecido a Dios tenía que ser perfecto, sin mancha. Nosotros habíamos sido enseñados que podíamos ofrecer cualquier alabanza a Dios, y que sería aceptada. Yo dije: Pero, Señor, es cierto. Hay veces cuando venimos a la Casa de Dios en que no nos sentimos bien. No siempre nos sentimos como para alabarte. Hay un elemento de verdad en esta enseñanza. Enséñame la respuesta a esto. Todos nosotros aprendimos el versículo concerniente al sacrificio de alabanza: Así que, ofrezcamos a Dios en todo tiempo, por medio de Jesús, el sacrificio de alabanza, que consiste en celebrar su nombre. Hebreos 13:15

Ciertamente habla del sacrificio de alabanza. Pero, muchos que usan este versículo, lo hacen con un significado de la palabra sacrificio que nunca existió en el pensamiento del Antiguo Testamento. Los judíos tienen muchos errores, pero nunca se quejaron de tener que sacrificar a Dios. Sacrificio, para nosotros, se ha convertido en aquello que es difícil de hacer, aquello por lo cual, aparentemente, hay que pagar un precio. De esta manera, la gente dice: Vamos a ofrecer el sacrificio de alabanza queriendo decir: sea que así lo sintamos o no. Un día yo estaba leyendo en Isaías: Haré que les brote la risa de sus labios...

Isaías 57:19

De pronto nació la luz en mí de que si vamos a ofrecer un sacrificio y que el sacrificio es fruto de [nuestros] labios, y si Dios lo creó [lo produjo de la nada], no debería requerir un gran esfuerzo de nuestra parte.

5

Cuando venimos a la Casa del Señor, podemos decir: Dios, crea alabanza dentro de mí. Entonces, de pronto, empezamos a sentir un pequeño brote desde lo más profundo de nuestro ser, y encontramos un aleluya, un amén, un alabado sea Dios, u otras palabras de alabanza que surgen. Nos encontramos alabando en formas en que nunca antes lo habíamos hecho. Una vez vi a una dama de pie ante el Señor con un pequeño papel en su mano. Ella lo miraba ocasionalmente mientras alababa. ¿Qué es eso que tiene?, le pregunté. Este es mi vocabulario de alabanza, respondió. No me molestó, sabía que era muy sincera. Ella quería ofrecer a Dios bellas alabanzas. Pero, deja de preocuparte por un vocabulario de alabanza. Una alabanza creada que viene desde lo más profundo de nuestro ser, aún si es tan sólo un amén, es más grande que la más magnífica de las alabanzas que sale sólo de los labios. En algún momento, me encontré repitiendo: ¡Amén! ¡Amén! ¡Amén!. El Espíritu Santo me estaba enseñando que El es el Amén en mi vida, la Ultima Palabra, el Así Sea, El que hace que algo pase, El que produce que algo sea. Yo no lo leí de un libro, pero el Espíritu Santo empezaba a hacerlo nacer dentro de mí. Si tú nunca dices nada más que aleluya, pero ese aleluya es un aleluya creado, es suficiente. Yo siempre le digo a la gente que el aleluya que yo acabo de decir no es el aleluya que aprendí cuando de niña. Tampoco es un aleluya que le ofrecí a Dios la semana pasada en Jerusalén.

Este aleluya es nuevecito. Es tan sobrenatural como cuando mi boca se abre para hablar en lenguas. Es creado. Cada uno de esos aleluyas tiene un profundo significado. Cuando dices: Te amo a tu esposo(a), esas dos palabras tienen un cierto significado básico, pero ellas tienen también una revelación más completa. Una vez, las estás diciendo en un contexto, la próxima vez en otro. Las palabras no son estáticas. Ellas son fluidas. Tienen vida en ellas. Y esta es la vida que brota de las palabras. Eso es lo que ocurre cuando alabo. Ese aleluya no es estático. Es un aleluya que fluye con vida, con alabanza a un Señor vivo. Yo he hablado en lenguas desde que tenía nueve años. No entiendo nada de lo que digo en lenguas, ni siquiera una frase. En una ocasión, Dios me dio nombres de personas o lugares en lenguas. Me acuerdo de aquellos. De otra manera, no recuerdo nada más. El hablar en lenguas no viene a través de la mente. Viene por el Espíritu. Así, es la alabanza creada de la que hablo. No estoy pensando, Yo quiero alabar al Señor. Vengo a Su presencia, abro mi espíritu a El, y mi boca automáticamente empieza a proclamar sus alabanzas, mientras el Espíritu de Dios empieza a moverse dentro de mí. Me encuentro a mí misma alabando a Dios, y, a través del ministerio de alabanza, vengo a conocerle a El de maneras en que nunca antes Le conocí. Esto es lo que Dios quiere decir con ofrecer sacrificio de alabanza.

No es un sacrificio penoso. Este sacrificio es complaciente y aceptable al Señor y, también, para mí. Me encuentro a mí misma en la presencia del Señor, no con las palabras trabadas, pero con afluencia, efervescencia, no pudiendo contenerme a mi misma. Las palabras vienen fácilmente: Eres tan maravilloso, Jesús. ¡Cuán deleitable eres Tú! Tú eres hermoso, mi Amado, tan hermoso. Necesitamos leer el libro de los Salmos e internar su vocabulario en nuestra alma, hacer nuestro su contenido. Necesitamos leer el Cantar de los Cantares y permitir a Dios causar que nuestra lengua se convierta, como dice la Escritura, en un lápiz de escritor. (Salmo 45:2).

Una pluma que empiece a escribir y declarar las alabanzas del Señor. Dios desea que tengamos ese fluir del Espíritu en nosotros, de manera que no nos quedemos ahí callados.

6

Cuántas veces deseamos oír Su voz. Pero en el Cantar de los Cantares, el novio le dice a la novia: Quiero ver TU rostro. Yo quiero oír TU voz. Dios nos ha dado una voz para ser levantada en alabanza a El. Si no tenemos nada más que ofrecerle, tenemos esa maravillosa voz. Una vez estuve en un accidente automovilístico. Tengo un pequeño hoyuelo en la quijada que me lo recuerda. Mi mandíbula me dolía mucho como para no hablar por un par de días. Yo oía a la gente decir: Es lo mismo, puedo alabar a Dios por dentro. Yo descubrí que no era lo mismo. Hasta ese entonces no había podido refutarles y decirles que era lo mismo o que no era lo mismo. Pero, cuando tuve esa experiencia de no poder alabarle en voz alta, de pronto supe que no era lo mismo. Existe una libertad que viene de poner tu alabanza en palabras audibles. Libera al río de Dios para fluir fuera de ti, mientras abres tu boca, y empiezas a declarar la bondad del Señor en la tierra de los vivientes, declarando el milagro del Señor, declarando la sanidad del Señor, declarando la victoria del Señor, declarando la novedad del Señor, usando tu voz como una trompeta, haciendo sonoras las bendiciones del Señor. Mientras más declaras Sus bendiciones, más tienes para declarar. Mientras más hablas de Su bondad, más tienes para hablar. El Amor del Señor por siempre cantaré, tu fidelidad proclamaré de siglo en siglo. Salmo 89:2

Yo las daré a conocer, voy a usar esta voz, y la voy a usar para el reino de Dios. La usaré para la gloria de Dios, alabándole. Felices los que habitan en tu casa, se quedarán allí para alabarte. Salmo 84:5

No nos cansemos de alabarle. Alabaremos perpetuamente al Señor. Yo quiero ser contada entre los que le alabarán perpetuamente.

7

No estaré entre los criticones o los murmuradores. Una vez, cuando nuestros amigos fueron a Egipto, la hermana Susan volvió con una revelación maravillosa. Ella dijo: Ruth, de pronto supe que el espíritu de murmuración es el espíritu de Egipto. Ese espíritu todavía existe ahí hasta el día de hoy. Dios no desea que tengamos ese espíritu de Egipto sobre nosotros de ninguna manera. El quiere que seamos como los ejércitos del cielo. Ellos le alaban. Nosotros tenemos una razón mayor para alabarle. Hemos sido redimidos por la sangre preciosa del Cordero. Sin embargo, ellos están en Su presencia continuamente, y nunca cesan de darle alabanza, día y noche. Para mucha gente, es difícil, en su joven espiritualidad, entender el verso que habla de la alabanza continua. En medio de nuestras muchas actividades, hay momentos en que conscientemente alabamos y adoramos. Pero, una vez que nos internamos en la alabanza y la adoración, aún cuando estemos trabajando, hay un fluir inconsciente de alabanza que asciende hacia Dios. Aún cuando estás durmiendo, hay una alabanza y una adoración inconsciente. Alguien podría oírte en la noche hablando en otras lenguas. No es que seas tan espiritual, porque no implica un esfuerzo de su parte. Tan involuntariamente como respirar, hay un ámbito en Dios de alabanza perpetua. Tú conoces la fidelidad del Espíritu Santo, que El, el Espíritu dentro de nosotros ha tomado, posesión, y alaba, aún en los momentos de ansiedad.

En un nivel, tú estás preocupado por la situación próxima a ti. Y cuando, de pronto, te miras a ti mismo, miras que mientras en este nivel, tú has estado preguntándote por la solución al problema, y has estado ansioso, en otro nivel el Espíritu Santo ha estado cantando una canción a través de ti. Has estado cantando todo el tiempo, sin saber, siquiera, que estabas cantando. Cuando, de pronto, te oyes cantando, te das cuenta que el Espíritu Santo estaba alabando, el Espíritu Santo no estaba preocupado. El Espíritu Santo, dentro de ti, estaba en paz. Esa dimensión de alabanza estaba totalmente en control. Sólo necesitaste permitir que ese lado natural marchara y que el Espíritu se manifestara y se elevara en alabanza. Sobre tus murallas, Jerusalén, he puesto centinelas para que estén alerta día y noche. Ustedes, que deben recordárselo a Yahvé, no se queden allí parados. Isaías 62:6

Me gusta esto ¿Ves el contraste en el verso? Por un lado, hay una intensidad: no callarán jamás, no reposéis. Persistan en ello. Háganlo todo el tiempo. Por el otro lado, hay algo sencillo de hacer: los que os acordáis de Yahvé.

Oímos la expresión: Necesitamos bombardear el cielo con nuestras peticiones. Dios dice: no callarán jamás los que se acuerdan de Yahvé.

Hay una suave libertad en ello. Es esa canción del Señor, esa alabanza del Señor, no un duro esfuerzo de oración. Hacemos de la oración algo tan duro que todos necesitamos ser Atlas o Supermanes espirituales. Eso no es necesario. Tan sólo acuérdate del Señor. Di, .Jesús, Tú eres tan maravilloso. Bendito sea el nombre del Señor. Sólo sigue cantando, sigue alabando. Y, si despiertas en la noche, en vez de sentirte angustiado y turbado, puedes cantar. Ni le dejen tranquilo, hasta que restaure a Jerusalén, y la ponga en un trono de honor en medio de la tierra. Isaías 62:7

Dios ha escogido a Jerusalén, y en Su deseo nada hay más grande para la Ciudad Santa que ponerla por alabanza, y ponerla por alabanza en toda la tierra. Eso es lo que Dios desea de ti y de mí. A veces nuestras propias aspiraciones son muchas. Pero si fuéramos tan sólo un pilar de alabanza, una torre de alabanza, una alabanza en medio de la tierra, una alabanza en medio de la gente, Dios nos levantaría. Poco tiempo después de haber empezado a sembrar hacia el cielo en Jerusalén, alguien nos señaló la verdad de Oseas. En ese día Yo responderé, dice Yahvé, Yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra; Y la tierra responderá al trigo, al vino nuevo y al aceite, y estos harán honor al nombre de Jezrael. Y la Sembraré para mí en el país, y Tendré compasión de No Amada y diré a No mi pueblo: {Tú eres mi pueblo mío, y él me contestará: {Tú eres mi Dios}. Oseas 2:23-25.

8

La palabra Jezrael significa Dios siembra. El Señor, que se sienta en los cielos, oye lo que sembramos hacia el cielo. El dice: Yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra. En respuesta, porque hemos sembrado hacia los cielos, Dios siembra en la tierra. El no es solamente el Cosechador, es el Sembrador. Nunca hemos tenido problemas en reconocerle a Dios como el Cosechador, El es el Cosechador en Jefe de los campos. Sabemos eso. Lo que no sabíamos era que El es también el Sembrador en Jefe. Pensábamos que habíamos hecho toda la siembra. ¡No! El es el Sembrador en Jefe. Cuando me paro y empiezo a alabarle a El, estoy sembrando hacia el cielo. En respuesta, la tierra está recibiendo el trigo, el vino y el aceite, símbolos de avivamiento. Algunos encuentran difícil de creer que ellos pueden quedarse en casa alabando a Dios y, que, de esta manera, ayudan a traer un avivamiento a su comunidad. Tú podrías afectar no sólo a tu comunidad al sembrar alabanza, puedes quedarte en un lugar y ministrar al Señor y efectivizar un avivamiento hasta en los fines de la tierra. Siembra hacia el cielo. Si no tenemos cuidado, las cosas que aprendimos cuando éramos niños en Cristo, mas tarde las aprenderemos mejor. Por lo menos creeremos que las aprendemos mejor. Abandonamos los primeros conceptos por verdades significativamente más profundas. Entonces, Dios tiene que remecernos y recordarnos que El todavía desea la simplicidad que El ya nos ha enseñado. Hace algunos años estaba en camino a Australia. Adquirí un pasaje especial en un vuelo de las Aerolíneas .Cathay Pacific que salía de Londres y que iría por Hong Kong. Cathay Pacific había estado volando por años desde Hong Kong a Sydney y a Melbourne, Australia. De camino a Londres, sin embargo, vi la ruta de vuelos de Cathay Pacific en el bolsillo del asiento, y me sorprendí al ver que ellos volaban ahora desde Hong Kong a Perth. Volar directamente a Perth me ahorraría cuatrocientos o quinientos dólares. Pero, ¿estarían dispuestos a hacer un cambio en mi pasaje? Usualmente las aerolíneas rehúsan hacer cambios en los pasajes comprados con descuento en el precio. La hermana Alice Ford me estaba esperando en el aeropuerto de Hong Kong. ¿Qué tiempo tienes disponible?, ella preguntó. Bueno, si voy a Sydney, tengo cuatro o cinco horas. Pero, si voy a Perth, entonces puedo quedarme la noche. Espérame un momento, y déjame ver lo posible. Cuando lo cheque con la agente de la aerolínea, dijo: Sí, estaremos gustosos de cambiarlo para que pueda volar a Perth. Nadie en Perth sabía que llegaba, pero cuando llegué ahí, el pastor Don Rogers estaba muy complacido, y me preguntó: Enseñarías tu para nosotros sobre la alabanza, la adoración, y la gloria por tres noches?. Estaba feliz de hacerlo. Enseñé ahí tanto como lo hago ahora, volviendo a contar las experiencias que teníamos en Jerusalén. Después de un día o dos, el pastor me dijo: Hermana Ruth, esto es lo que hemos aprendido: La manera en que lo hacíamos hace tres años, era la manera correcta. Lo estábamos haciendo de esa manera porque el Espíritu Santo nos estaba guiando. Después, en estos dos últimos años, habíamos aprendido ´mejor´. Dios la envió aquí para hacernos saber que la simplicidad con la que comenzamos era el camino del Espíritu. Todo lo que necesitábamos para recobrar el fluir del Espíritu era hacerlo como Dios nos había enseñado al principio. NUNCA progresarás tanto en Dios que podrás descartar la alabanza. ¡NUNCA! Cuando oigas a alguien decir: La alabanza es poco profunda, sabrás que esta persona necesita una revelación más profunda de la alabanza. El Señor nos guía hacia ámbitos mayores, hacia capacidades mayores, habilidades mayores, destrezas mayores. El nos enseña como rendirnos mejor a El en todos nuestros miembros. Nos enseña cómo profundizarnos en la fe para la alabanza, cómo hacer de nuestra fe operante en el área de alabanza. (Así como tenemos nuestra fe operando cuando oramos por los enfermos o ministramos la necesidad de alguien, avanzamos un paso hacia nuevas áreas de alabanza en Dios). Pero, nosotros seguiremos alabándole por todas las edades sin fin de la eternidad. Nunca hiper-desarrollamos la alabanza. La alabanza es eterna, así como Dios lo es, y nosotros lo somos.

Nosotros podemos alabarle con el entendimiento en español, en francés o en inglés.

9

En las reuniones, a veces tenemos cerca de treinta idiomas representados entre la gente. En Jerusalén, tenemos gente de más o menos cien naciones que vienen anualmente a alabar y adorar con nosotros. Qué maravilloso cuando todos nosotros podemos alabar a Dios juntos en nuestros idiomas de origen. Luego, Le alabamos en todas las bellas lenguas que el Espíritu da Daniel pudo ver que todos los pueblos, naciones y lenguas lo sirvieron. Su poder es el poder eterno que nunca pasará; su reino no será destruido (Daniel 7:14).

Ellas Le sirven mientras hablamos palabras de alabanza y adoración. Algunas personas tienen problemas en alabar a Dios con danza. Lo entiendo. Yo era una de aquellos que creen que danzar era bíblico pero estaba feliz que otros lo hacían por mí. En aquellos días, los años sesenta, sólo pocas personas danzaban en nuestra iglesia, mi mamá y otros dos o tres. El danzar no se había difundido como ahora. Siempre me cerré cuando el espíritu de regocijo estaba en medio nuestro. Una de las cosas que se aprende en el trabajo de la iglesia es cómo mantenerse ocupada con actividades santas, negocios santos. Yo siempre estaba en el piano o en el órgano. Yo estaba siempre fuera de la posibilidad de danzar. Entonces, en un día de julio de 1965, el Señor me habló en lo que concierne al momento en que David volvió a Jerusalén danzando delante del Señor. Cuando él regresó a la ciudad, trayendo el arca de Dios, danzó a lo largo de todo el trayecto. Le comunicaron que David que Yahvé había bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que le pertenecía debido al Arca de Dios. David entonces fue para allá y con gran alegría hizo transportar el Arca de Dios desde la casa de Obed-edom a la ciudad de David. Cuando los hombres que llevaban el Arca de Yahvé dieron los seis primeros pasos, se ofreció como sacrificio un buey y un ternero gordo. David bailaba y hacía piruetas con todas sus fuerzas delante de Yahvé, vestido con un efod de lino. David y todos los israelitas fueron llevando el Arca de Yahvé al son de la fanfarria y del cuerno. Cuando el Arca entró en la ciudad de David, Mical, hija de Saúl, estaba mirando desde su ventana. Vio al rey que saltaba y se contorneaba delante de Yahvé, y lo despreció en su corazón. 2 Samuel 6:12-16.

El Señor me mostró que si quisiéramos traer el Arca de Dios, tendríamos que danzar también. Después que David había devuelto exitosamente el Arca a su lugar, distribuyó a todos, tanto hombres como mujeres, a cada uno, un pastel, una porción de carne, un dulce de pasas, y todo el mundo regresó a su casa. 2 Samuel 6:19.

Así, se convirtió en el único en todas las Escrituras que haya alimentado a una nación. Jesús alimentó a cuatro mil en una ocasión y a cinco mil en otra.

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Otras experiencias milagrosas son relatadas en las Escrituras en las que otros fueron alimentados. Sin embargo, nadie jamás, excepto David, pudo alimentar a una nación. El Señor me dijo: Si tú quieres alimentar a una nación, y si quieres darle triple porción, debes danzar. No me dijo que debía danzar para ser salva. No me dijo que tenía que danzar para ir al cielo. No me dijo que tenía que danzar para ser parte de lo que estaba pasando en la iglesia local. El me estaba haciendo saber que la danza trae una unción que alimenta naciones, el derramamiento del Espíritu de Dios. Si yo quería alimentar a las naciones con una triple porción, tenía que empezar a danzar. Yo ya había estado por las naciones. Había servido al Señor en Hong Kong desde 1958 a 1962, había predicado en el Japón, Taiwán y la India. En la India, había predicado a multitudes. Ya había sido bendecida. Había sido testigo del avivamiento en cualquier lugar a donde había ido. Ahora, Dios me estaba hablando de una dimensión mayor del ministerio, un lugar más amplio, en el cual pararme en Dios. ¡Yo amo los desafíos del Señor! Debemos vivir por los desafíos del Espíritu Santo. Algo en nuestra naturaleza humana hace que nosotros nos rebelemos cuando alguien nos da una buena sugerencia. Pero cuando el Señor nos habla, mejor escuchamos. También necesitamos aprender a ser tan receptivos con los siervos del Señor como lo somos con Dios. El siervo de Dios es la voz de Dios para nosotros en muchas circunstancias. Esta era una palabra dura para mí. En realidad, tuve más lucha con esto que cuando el Señor me llamó para el pueblo chino a mis quince años. Dejar el hogar y la familia para ir a Hong Kong cuando tenía dieciocho años fue fácil en comparación de lo que Dios me estaba pidiendo hacer ahora. El Señor se mantuvo pendiendo ante mí esa golosina espiritual: Si tú quieres alimentar a una nación, debes danzar. El me habló de eso hacia principios de las reuniones del campamento ese año. Yo me decía en mi mente cada día que durante esa reunión yo iba a danzar. Las reuniones del campamento duraron como un mes entonces. Ahora continúan por diez semanas y medio. El primer día, yo esta tan consciente de mí misma, tan segura de que todos me miraban, de que todos podrían verme. En nuestras reuniones del campamento cada uno es tomado por el Espíritu de tal manera que difícilmente sabe lo que los otros están haciendo. Cuando el poder de Dios llega, cuando la unción cae, podrías pensar que cada ojo está sobre ti. Pero podrías perderte en la multitud fácilmente, aún si no hubiera una multitud. Hay una multitud de ángeles y de la unción. Y muchas cosas están pasando alrededor de ti. El primer día no creo haber hecho más que mover mis dedos dentro de mis zapatos. Entiendo los problemas que otros tienen en esta área. A menudo digo cuando enseño a la gente: Si no haces nada más que balancear tu peso de un pie a otro, ése es el principio. Pero cada día fui haciéndome a mí misma más asequible para danzar delante del Señor. Día a día, me sentí más y más libre. Al final del mes el Señor me habló a través de mi madre proféticamente. Ella no sabía lo que Dios me estaba diciendo. Nadie se había dado cuenta de que yo estaba tratando de danzar un poco. El Señor me dijo: Voy a cambiar tu ministerio. Voy a enviarte a reyes, reinas, potentados y gente de posición, y les hablarás a ellos de Mí. Yo creo que danzar trae una unción para las naciones. Nunca dejo pasar un día sin danzar. He danzado en los pequeños baños de los 707, 747 y DC10. ¿Cómo lo hago? Para arriba y para abajo. Necesitas esa unción fluyendo en ti cada día, y danzar la trae. Si estás ministrando en algún lugar donde no tienes esa libertad, métete en algún cuarto privado y danza un poco ante el Señor. Si tú tienes esa danza en tus pies, tendrás una unción para alimentar con pan, carne y vino a las naciones. Durante esa misma palabra profética, mamá vio en visión la palabra Katmandú. No mucho después de ello, el Señor me mandó a Katmandú en Nepal, para hablar a la familia real sobre Jesús. (Esta historia y otras como ésta son para otro escrito).

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El Señor dijo que nos enviaría a alimentar a las naciones, y El ha sido fiel a esa promesa; pero ha venido a través de una unción para danzar. ¡Alabar en la danza es poderoso! Hay ciertos conceptos de medio oriente que son ajenos a nosotros y que nos ayudan a entender a Dios. ¿Cómo fue que Salomé pudo obtener la cabeza de Juan Bautista? Su danza complació tanto al rey que estaba listo a darle cualquier cosa. Engatusada por su madre, ella pidió la cabeza de Juan. En este caso la danza fue utilizada en un sentido negativo. En un sentido positivo, cuando nuestra danza y nuestra alabanza agradan al Rey, podemos obtener cualquier cosa que deseemos. La alabanza crea una atmósfera en la que ocurren milagros. Cuando yo danzo, siempre siento la unción en mis pies, y yo sé que la promesa es que donde quiera que pisen las plantas de nuestros pies, la tierra es nuestra. Todo lugar donde pongan el pie será de ustedes…………Deuteronomio 11:24.

Puedo estar parada en América, y mientras la unción viene sobre mí, yo puedo danzar en el Espíritu alrededor de las murallas de Jerusalén. Yo danzo aquí por la Puerta de Damasco, y más abajo por la Puerta de Herodes, alrededor de la de San Esteban, y por la Puerta Bella, y por la Puerta del Muladar, y por la Puerta de

Sion, y luego hacia arriba, hacia la puerta de Jaffa, otra vez por la Puerta Nueva, y vuelvo a la Puerta de Damasco. Yo puedo danzar alrededor de los muros de Jerusalén con pies ungidos, todo mientras me paro, y creo en Dios por la ciudad. De manera similar, he danzado de nación en nación. Encontré que, al danzar por las naciones en el ámbito del Espíritu, Dios le dará la oportunidad de danzar en ellas físicamente. Soy miembro de la Junta Administrativa de la Escuela Bíblica Católica en Nutbourne, Chichester, West Sussex, Inglaterra. Joan y Michael Le Morvan son los fundadores y directores. Joan dijo: Ruth, recuerdo la primera vez que te oí decir que habías danzado muchas veces por el mapa de Inglaterra, aún antes de jamás haber ministrado aquí. Pensamos que era la afirmación más extraña que jamás habíamos escuchado. Bueno, extraño o no, lo hice. No puse literalmente un mapa bajo mis pies para danzar sobre él, pero conocía el perfil de Inglaterra. Muchas veces dancé por el Mar del Norte, de Escocia a Portsmouth, crucé las Islas Británicas y fui a Irlanda y País de Gales. Lo hice por la carga y la visión del Señor. ¿Es poderoso? Es poderoso. Puedes quedarte en tu pueblo natal y poseer las naciones. Danzar es una de las formas más efectivas de hacerlo. Dios te dará toda la tierra en la que tú pises por El. Nuestros pies están ungidos para poseer. Muchas iglesias tienen marchas de Jericó. Bueno, es tan sólo una marcha de Jericó en el Espíritu cuando la construcción no es visible ahí. Por momentos, Dios me ha tomado en el Espíritu y he danzado alrededor de la Casa Blanca, hacia arriba por un lado de la calle y hacia abajo por el otro, y hacia atrás, y adelante. Tú puedes hacerlo también. Vé por la avenida Pennsylvania, y por la Calle Dieciséis, y atrás rodeando el Mall. Tú, de esta manera, recogerás bendiciones y victorias para nuestra nación. De modo parecido, he danzado por el Palacio de Buckingham, por el número 10 de la calle Downing y por las Casas del Parlamento en Londres. He danzado en la Plaza Roja, alrededor del Kremlin (para la liberación de los judíos soviéticos de Rusia) y alrededor de las Alemanias (por su reunificación). Mientras lo hacía, recordé la visión que mi querida amiga, Debbie Kendrick, había recibido, ocho o nueve años antes, en lo concerniente a la reunificación y la palabra de profecía que ella había dado concerniente al mismo punto. Yo he danzado por la Casa de Estado y los Sitios de Gobierno de nación tras nación. Raro es el día en que yo no dance en todos los continentes mayores. Hay poder en la danza. Hay una unción para las naciones. Verás que tendrás una unción para nutrir a las naciones mientras empiezas a danzar más delante del Señor. No dejes pasar un día en que no dances. Alaba a Dios en la danza. Deja esa unción ir de tu cabeza hasta la planta de tus pies. ¡Alaba a Dios en la danza! ¡La alabanza es un poderoso instrumento de cosecha!

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