La Filosofia

Nació en Königsberg (Prusia) en 1724. Se educó en el racionalismo escolar de C.Wolff. Obtuvo la cátedra de Lógica y Metafísica en su ciudad natal, donde murió en 1804. A su período de madurez filosófica se le conoce como el período crítico, una vez la lectura de Hume le despierta de su “sueño dogmático”. Sus obras fundamentales son:

• Crítica de la Razón Pura

• Crítica de la Razón Práctica

• Crítica del Juicio

• Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres

• La paz perpetua

Los planteamientos racionalistas resultaban dogmáticos porque mantenían una confianza ciega en la razón humana, sin someter antes a un análisis a sus capacidades y límites. Por otro lado, el empirismo radical de Hume había conducido a la razón a una postura escéptica: imposibilidad de fundamentar racionalmente el conocimiento. Kant tendrá, por tanto, como objetivo fundamental, la crítica a la razón. Dicha crítica se articula en torno a tres preguntas: ¿qué puedo conocer?, ¿qué debo hacer? Y ¿qué me cabe esperar? Al responderlas estamos a su vez respondiendo a otra pregunta aún más general, ¿qué es el hombre?

La crítica a la razón humana tendrá como consecuencia el abandono de la “minoría de edad” del sujeto humano, el uso racional y autónomo de sus propias capacidades. El hombre será juez de su propia razón. Este es el ideal ilustrado de Kant, condensado en la sentencia latina Sapere aude! (¡atrévete a saber!).

PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO

En su obra Crítica de la Razón Pura, Kant analiza el uso teórico de la razón, intentando responder a la pregunta qué puedo conocer. Trata de esclarecer a qué llamamos conocimiento verdadero, es decir, ciencia. Ha habido tres campos del saber tradicionalmente considerados ciencias: las matemáticas, la física y la metafísica. ¿Qué requisitos ha de cumplir todo saber para ser científico? ¿Estos tres saberes los cumplen? Los requisitos son: proporcionar siempre un saber universal y necesario sobre el mundo, y ampliar nuestro conocimiento del mismo. Así pues, habrá que averiguar qué tipo de juicios reúnen estos requisitos. Kant va a establecer que son los juicios sintéticos a priori. Por ser a priori, independientes de la experiencia, garantizan un saber universal y necesario. Al ser sintéticos amplían nuestro conocimiento de la naturaleza. El desarrollo de la Crítica de la Razón Pura nos mostrará cómo es posible que las matemáticas y la física se expresen mediante juicios sintéticos a priori, es decir, sean consideradas ciencias, mientras que la metafísica tan sólo lo pretenda. Estudiaremos la Doctrina trascendental de los elementos. Ésta se divide en:

o Estética trascendental

o Lógica trascendental: a su vez , encontramos dos cuerpos teóricos, Analítica trascendental y Dialéctica trascendental

ESTÉTICA TRASCENDENTAL: analiza la primera facultad del conocimiento humano, la sensibilidad, es decir, nuestra capacidad de intuir fenómenos. La sensibilidad posee unas formas a priori o condiciones trascendentales que le pertenecen al sujeto. Son independientes de la experiencia. Precisamente hacen posible tener experiencia empírica de dichos fenómenos. Estas formas a priori son el espacio y el tiempo. Mediante la intuición sensible obtenemos fenómenos, es decir, aquello que cae bajo las formas de espacio y tiempo. Por lo tanto, la forma del fenómeno es siempre a priori, mientras que la materia del fenómeno son datos empíricos. Este análisis permitirá a Kant fundamentar las matemáticas como ciencia. Los juicios matemáticos son a priori porque, por un lado, la geometría trabaja definiendo el espacio puro, y por otro lado, la aritmética procede de igual modo con el tiempo. A su vez, son juicios sintéticos porque se aplican a la experiencia ampliando su conocimiento.

ANALÍTICA TRASCENDENTAL: consideremos ahora la segunda facultad que interviene en el proceso de conocimiento: el entendimiento. Se define como la capacidad de formular juicios. El fenómeno obtenido por intuición sensible pasa al entendimiento para englobarse o enlazarse en un concepto. Los conceptos del entendimiento pueden ser de

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