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La Madurez ética en el Desempeño del Trabajador Publico


Enviado por   •  18 de Septiembre de 2019  •  Ensayos  •  2.230 Palabras (9 Páginas)  •  180 Visitas

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La Madurez ética en el Desempeño del Trabajador Publico

Cristian Max Custodio Loyola

El presente ensayo busca sustentar la alta importancia de la madurez ética en el desempeño del trabajador municipal,  para ello debemos entender que cuando hablamos del desempeño en la organización, debemos desarrollarlo bajo el marco de los programas que puedan desempeñar estos, es donde ahí donde tomamos lo que Carol Weiss (1998) señalaba, que la evaluación es la medición sistemática de la operación o impacto de un programa o política pública, comparada con estándares implícitos o explícitos en orden a contribuir a su mejoramiento.

El buen desempeño de la persona dentro del contexto ético,  individual o hasta su   conjunto como sociedad, no permite que ésta sea excluida de cualquier actuación de la vida, ya que en ocasiones pudiera pensarse solamente en lo económico tratando de obtener el máximo de utilidades sin tener en cuenta el aspecto ético, lo cual además de ser no decente ni honrado, al final no traería saldos positivos para la organización en su entorno. Ya que la ética como parte de la vida social y como reflejo del ser social es una dimensión de toda la actividad humana, esto no sólo debe constituir el placer individual de alcanzar nuestro propósito, sino debe ser una necesidad, de todos, por todos y para que todos los individuos de manera objetiva y real sean mejores seres humanos.

Actualmente en las entidades gubernamentales, se ha propuesto enfrentar los nuevos desafíos que la sociedad propone día a día, mediante el refuerzo de la lógica gerencial que busca alcanzar eficacia y eficiencia. Asegurar la constante optimización del uso de los recursos públicos en la producción y distribución de bienes públicos como respuesta a las exigencias de más servicios, menos impuestos, más eficacia, más eficiencia, más equidad y más calidad. Garantizar que el proceso de producción de bienes y servicios públicos, incluidas las fases de asignación y distribución, así ́como las medidas para mejorar la productividad, sea transparente, equitativo y controlable. (Franciskovic, 2013).

Sin embargo, lo que la sociedad percibe es contrario a esto, pues la corrupción que en el pasado solo se mencionaba como algo superficial, y que acostumbrados a ello, no se hacía nada para eliminarla, ha cambiado y actualmente se nota el gran trabajo que se está realizando para detectar el problema antes de que se haga más difícil de acabarla, es por esto que en el año 2013, la Secretaría de Gestión Pública de la Presidencia del Consejo de Ministros, creó la “Política Nacional de Modernización de la Gestión Pública”, en la cual, la propuesta central de la gestión pública del Perú es la gestión orientada en el resultado, a fin de promover en el País una Administración Pública eficiente, enfocada en resultados y que rinda cuentas a los ciudadanos.

Sin embargo el tema del desempeño cobra una importancia mayor en la medida que a diferencia del sector privado los parámetros para identificar el cumplimiento de resultados requiere construir medidas explicitas de lo que se considera un buen desempeño. Las instituciones públicas o privadas, no cuentan con un sistema que pueda medir este cumplimiento de objetivos mensuales, lo que sí tienen las instituciones privadas a través de los beneficios o pérdidas de su gestión. En efecto, la justificación de la existencia pública de esa entidad gubernamental, está dada por un mandato legal, que la faculta a realizar dicha producción de bienes y servicios.

Es ahí cuando empezamos hablar de una madurez ética, la cual debemos entenderla como un proceso por el cual las personas van creciendo en su formación como seres humanos, proceso por el cual la persona es cada vez más única y capaz de actuar, de manera que  pueda tomar decisiones o elegir de acuerdo con una serie de valores morales, pero todo esto no sería posible si es que no podemos tener una referencia ética total mente clara.

Albert Einstein decía que “La madurez comienza a manifestarse cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos”. Y no estaba lejos de la realidad, pues el hombre cuando actúa lo hace como una unidad consciente, voluntaria, libre y responsable, pero el modo de actuar ha de estar regulado por una serie de valores que le dan la cohesión y la coherencia necesaria para que el proceso de madurez sea ascendente y no vaya degradándose.

Es por esto que cuando nos cuestionamos que es lo que pasa en américa latina, cuando vemos que en la encuestas, una de las regiones del mundo que tiene mayores índices de corrupción, es la nuestra, la cual la entendemos como la utilización del poder y los recursos públicos o privados para beneficio personal o de un grupo (Emmerich, 2004).

Por otra parte podemos buscar el mejoramiento al cual se aspira va de la mano de los valores que podamos tener cuando realizamos nuestro trabajo, Según opinan García y Dolan (1997), los valores éticos son estructuras, del pensamiento que se mantienen pre configurados en el cerebro humano; identificados como, honestidad, lealtad, solidaridad, responsabilidad, respeto de los derechos humanos, entre otros. Estos valores se practican en relación con las demás personas, y al incorporarlos, si no se traducen en conductas consecuentes tienden a generar sentimientos de culpabilidad o, al menos, de malestar consigo mismo.

Sin embargo a diferencia del sector privado, las instituciones públicas enfrentan un conjunto de dificultades para precisar e identificar claramente el tema del mandato que se entiende como lo que se debe producir, los usuarios y los parámetros con los cuales se juzgará el buen o mal desempeño.

Entre las dificultades más relevantes podemos mencionar, Ambigüedad de los objetivos que tienen que cumplir los organismos públicos; La escasa precisión de los productos relevantes o estratégicos; No existe claridad de quiénes deben responder por los resultados.

Dado algunas de las dificultades que se presentan actualmente en la gestión gubernamental,  la ética podemos definirla como el código de conducta que en el servicio público es una declaración en la que se definen las actitudes esperadas por parte de los servidores públicos. Debemos señalar además que estos principios éticos son aplicables en su ámbito laboral y esto abarca también un compendio de valores y antivalores así como una lista de responsabilidades y obligaciones jurídicas. Ya sean de carácter legal o administrativo, los códigos desempeñan un papel orientador y de control al establecer las restricciones de comportamiento.

Es por eso cuando vemos en conjunto la ética y a el desempeño, lo vemos como la base fundamental para alcanzar el éxito en los negocios y en este caso es conveniente mencionar lo que  Enrique de Mulder-Duclós y José María Ortiz-Ibarz (2001) decía, “quienes ratifican que en los tiempos de hoy la ética surge como el mejor navegador de los comportamientos correctos en las relaciones de convivencia para transitar por un mundo globalizado y plantear relaciones mercantiles atractivas que permitan apuntarle al ganar-ganar como el mejor camino para alcanzar el crecimiento socioeconómico colectivo”.

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