La Moral Un Reflejo De Nuestras Vidas

La moral, un reflejo de nuestras vidas

“El bien no puede ser algo ilusorio e inalcanzable. Sin ciertos bienes exteriores, la felicidad será casi imposible de alcanzar” – Aristóteles

Remontándonos a las escuelas filosóficas de los cínicos, escépticos, epicureístas y estoicos nos podemos dar cuenta que tales escuelas tenían una forma de ver la vida de diferentes maneras, claro, mediante las enseñanzas de sus maestros filósofos y su único fin era la búsqueda de la felicidad.

Pero para darnos una idea de los pensamientos de estos filósofos, repasemos cada una de las antes mencionadas.

La escuela de los Cínicos. Creían que la forma de vida en sociedad era un mal y que la felicidad venía dada siguiendo una vida simple y acorde con la naturaleza, tomaban como modelo a seguir la vida de los animales ya que según ellos, éstos se adaptan rápidamente a la situación en que se encuentran.

Está la escuela del Estoicismo, según su modelo a seguir estoico tenían que renunciar a los placeres y soportar los dolores y penalidades propias. En una ocasión mencionamos en clase el parecido a lo que en la actualidad conocemos como la religión atalaya en mi muy particular punto de vista.

Pasamos a la escuela de los Epicureístas, las mujeres disfrutaban de los mismos derechos que los hombres, pero se diferenciaban de las demás en que para que los hombres pudieran gozar de una vida normal, primero deberían luchar contra el temor a los dioses en los que ellos creían.

Por último pero no menos importante, está la escuela de Escepticismo, hoy en la actualidad podemos notar que aún hay gente que no cree en nada, religiones, apariciones, milagros, espíritus en fin, rechazan todo y era lo que distinguía a esta escuela, para que podamos alcanzar la verdad.

Continuando con el tema de los grandes sabios filósofos no podía dejar de mencionar a Platón, filósofo ateniense que desde que conoció a Sócrates, fue su modelo a seguir, para el año de 388-387 fundó la Academia. En esta escuela se enseñaba música, astronomía, matemáticas y, como culminación de los estudios, filosofía.

Aristóteles hablaba de la ética como el medio para alcanzar la felicidad a través de las cuatro virtudes del alma para perfeccionar al hombre en el conocimiento y la verdad. Tales virtudes son la Templanza que consiste en moderar los placeres, la Valentía que es el no ser muy temeros ni muy cobardes, la Generosidad consistía en ser bondadosos con las personas que nos rodean, el poder desprendernos de nuestros bienes para ayudar a los demás, la Prudencia, es decir saber expresarnos según la situación en que nos encontremos y por último la Justicia, a cada quien lo que le corresponde.

Pero vivir bien y obrar bien es lo que llamamos ser dichosos; y así ser dichoso o la felicidad sólo consiste en vivir bien, y vivir bien es vivir practicando la virtud. En una palabra, la felicidad y el bien supremo constituyen el verdadero fin de la vida Por otra parte, como la felicidad es el bien por excelencia y constituye un

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