La Naturaleza De La Filosofía Y De La Educación.

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Ensayo:

La naturaleza de la filosofía y de la educación, temas filosóficos.

Este trabajo es presentado como requisito parcial

de los requisitos de la materia:

Fundamentos históricos y filosóficos de la Educación.

Docente: Mtra. Rosa Angélica González Díaz

Discente: Olga Rebollar Estrada

Tijuana, Baja California, 17 de octubre de 2013.

Universidad de Navojoa

Facultad de Ciencias de la Educación

Maestría en Educación

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LA NATURALEZA DE LA FILOSOFÍA Y DE LA EDUCACIÓN, TEMAS

FILOSÓFICOS.

INTRODUCCIÓN

En el ser humano existe una búsqueda por obtener una plena realización. No parece ser

feliz quedándose a la vera del camino. Lucha y se esfuerza. Para lograr sus fines se ocupa

en una diversidad de actividades. Pero ninguna actividad en la que se ocupe es de mayor

importancia a la educación que debe obtener, porque todos los demás quehaceres que

realice estarán modelados de alguna y de muchas maneras por la preparación con la que

se cuente. Para que la educación que se transmita, y por consiguiente se adquiera, debe

existir una fundamentación adecuada, una filosofía bien definida. En este ensayo se plantea

la necesidad de que se analicen los fundamentos sobre los cuales se construye la labor

docente, principalmente por quienes hemos estado dedicados a esta noble labor, y deseamos

seguir contribuyendo a la formación de nuevas generaciones, que serán quienes tomen las

decisiones de mayor importancia, pues trazarán el rumbo que siga este planeta que afronta

diversas crisis, seguramente como nunca antes.

DESARROLLO

En primer lugar quiero proceder a hacer algunas consideraciones sobre el contacto

y la interacción que se da entre el docente y el alumno. No es posible conceptuar

adecuadamente a un docente que realiza su trabajo “sólo por hacerlo”. Esta es una labor

de grandes repercusiones y de trascendentales resultados. Conviene citar en esta parte del

trabajo la declaración de White (1955:78) “El que trata de transformar a la humanidad,

debe comprender a la humanidad”. Y ya que la obra de la educación y la de la redención

tienen los mismos propósitos, entonces deben los docentes reconsiderar su fundamentación,

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es decir, la filosofía de la educación cristiana. El alumno está para ser dirigido, instruido

y orientado. Quien funge como guía y mentor debe haber comprendido este principio

indiscutible: “El amor, base de la creación y de la redención, es el fundamento de la

verdadera educación”. White (1955:78). El pedagogo y filósofo John Dewey, por su

parte, declara algo que debe ser considerado: “Los que recibieron educación son los

que la dan; los hábitos ya engendrados tienen una profunda influencia en su proceder”.

(Citado en Savater 1997:157). No podemos enfatizar demasiado el hecho de que además

de la preparación que el docente recibe, debe acompañarla en la práctica con un servicio

abnegado hacia los demás.

Quiénes educan. Este es otro aspecto al que le dedicaré atención aquí. No siempre las

cosas marchan bien en los ambientes de escuela. Aunque este es un ejemplo antiguo, quiero

citar el caso de Agustín (1980:17), quien llegó a ser muy renombrado por su sabiduría.

Dice en su relato que le molestaba grandemente que se mofaran de él sus profesores, otros

adultos e incluso sus padres. Aunque las circunstancias vayan cambiando, no siempre son

en favor de los alumnos. Ahora

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