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La Retórica a través de los años

makawakaInforme27 de Agosto de 2018

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LA RETÓRICA

A TRAVÉS DE LOS AÑOS

Informe de la Cocina de la Escritura de Daniel Cassany


Makarena Sierra Alcayaga

9 de Agosto, 2018

ÍNDICE

  1. Introducción        3
  2. Primeros años y orígen de la palabra        5
  3. Retóricos fundacionales        7
  4. 3.1. La antiretórica de Platón        7
  5. 3.2. La retórica de Aristóteles        8
  6. 3.3. La mirada de San Agustín        11
  7.  La nueva retórica        13
  8. Principios de la retórica según Daniel Cassany        15
  9. La retórica en la actualidad        17
  10. Conclusión        18
  11. Referencias bibliográficas        20


  1. INTRODUCCIÓN

En un mundo profundamente globalizado, comunicarse es fundamental, y esta nace de la necesidad del ser humano por expresar lo que siente. Quizás los medios de comunicación han ido cambiando con el pasar de los años, desde las cartas hasta los mensajes por aplicaciones de mensajería instantánea, pero su objetivo sigue siendo el mismo: transmitir información.  

Aunque todos nos comuniquemos, no todos lo hacemos de igual forma. Hay muchas diferencias dependiendo de qué parte del mundo somos, en dónde crecimos o las jergas que usamos, pero lo más importante es que no todos sabemos usar esa comunicación como un medio para convencer o conmover a nuestro receptor acerca de una materia en específico. Aquí es donde nace el concepto de retórica y sus múltiples funciones.

Debido al avance en distintas tecnologías, el mundo para la retórica y su función social no es la de hace unos siglos atrás, ya que en la actualidad nos enfrentamos a nuevos tipos de discurso, distintas situaciones, concepciones de la realidad y formas de relacionarnos entre grupos humanos. Esto constituye a un cambio de paradigma, por lo tanto, se hace necesario su estudio y su constante reformulación y actualización.

Es por esto que el objetivo de este trabajo es un análisis de las distintas concepciones que ha tenido la retórica a través del paso del tiempo, pasando por la boca de diferentes autores y momentos importantes, para una posterior reflexión de su implicancia en nuestra vida cotidiana actual y en el futuro. También es de vital importancia que, con este trabajo, el lector pueda percatarse del uso habitual que le da a su propio lenguaje y responsabilizarse de él, sabiendo que tiene en sus manos un poder del que no muchas veces somos conscientes.


  1. PRIMEROS AÑOS Y ORIGEN DE LA PALABRA

Si buscamos el significado de “Retórica” en el diccionario de la RAE probablemente nos saldrá algo como esto:

retórico, ca:

1. adj. Perteneciente o relativo a la retórica.

2. adj. Versado en retórica. U. t. c. s.

3. adj. despect. Vacuo, falto de contenido. Una disculpa retórica.

4. f. Arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover.

5. f. Teoría de la composición literaria y de la expresión hablada.

6. f. despect. Uso impropio o intempestivo de la retórica.

7. f. pl. coloq. Sofisterías o razones que no son del caso.

La cuarta definición es la que más acomoda ahora, concibiendo a la retórica como el ingenio del emisor para saber comunicarse, atrapar al lector y tentarlo con algún discurso, ya sea oral o escrito.

Entonces, el significado de esta palabra se entiende como la disciplina transversal en diferentes áreas de conocimiento que se preocupa de examinar la utilización del lenguaje como una técnica atendiendo a una necesidad de persuasión o estética para una finalidad comunicativa.

Mortara Garabelli (1991) afirma que el nacimiento de la Retórica está unido también al descubrimiento y al reconocimiento del valor cognoscitivo y educativo de la reflexión sobre la lengua (p.19). Quizás porque si se le toma el peso de la función creativa de la lengua, se es consciente también de lo que se puede llegar a lograr y si esta es usada de forma elocuente.

Proveniente de la Antigua Grecia, su significado fue concebido por antiguos tratadistas clásicos como la técnica de expresarse de manera adecuada para lograr la persuasión del que oye el discurso y sería rápidamente acogida por autores a través de manuales donde establecerían sus instrucciones, teorías y consejos para un uso óptimo.

El reconocimiento al “padre de la Retórica” se le ha acuñado a Empédocles de Agrigento (S. V a.C), sin embargo el primer manual de retórica fue escrito por Córax y Tisias de Siracusa (S. V a.C), documento que sirvió de ayuda a los ciudadanos de Siracusa ante la necesidad de saber hablar bien en asambleas de jueces para defender sus derechos y recobrar las tierras que habían sido expropiadas por los tiranos Gelón y Gerón en favor de los soldados mercenarios. Dada la situación, como no era posible presentar pruebas que demostraran la veracidad de las reclamaciones, los ciudadanos tuvieron que valerse de argumentos de probabilidad y verosimilitud con el principio fundamental del manual en cuestión que reza “más vale lo que parece verdad que lo que es verdad”.


  1. RETÓRICOS FUNDACIONALES

  1. LA ANTIRETÓRICA DE PLATÓN


Platón (427-327 a.C) sostiene un pensamiento fundamentalmente en contra de los sofistas de la época. La connotación negativa que adquirió la palabra en un contexto donde estos se valían de sus conocimientos en el área para cobrar precios excesivos por sus servicios, fue la razón de la oposición de Platón a este arte de hablar. No obstante, este autor es uno de los que han tenido más de una opinión en el tema.  

Basándose en las intervenciones de Gorgias, Polo y Calicles, sofistas de la época, considera a la Retórica como una práctica inútil e inmoral ya que se dedica a distraer y alagar a un auditorio ignorante, a través de un método de persuasión que no se basa en la verdad filosófica sino en meros recursos decorativos, moviendo los sentimientos del público para aprovecharse de su ingenuidad. (Gorgias, 1871)

Sin embargo y a medida que pasa el tiempo, la concepción platónica de Retórica va cambiando. En su diálogo el Fedro, se plantea el sentido moral y el fundamento de esta, preocupándose de entenderla como un instrumento para el análisis de argumentos a través de la contraposición de dos posturas, una “verdadera”, la Retórica filosófica, y otra “falsa”, la Retórica sofista. De este modo, se entiende a la primera como una disciplina basada en la Dialéctica, en el “ser” y el conocimiento filosófico de las ideas para así “ganarse verdaderamente al auditorio”. Por otra parte, concibe a la segunda como la mera “apariencia” de la verdad. (Fedro, 1871)


  1. LA RETÓRICA DE ARISTÓTELES


“Sea la retórica la facultad de hallar en cada caso lo adecuado para conseguir persuasión”

-ARISTÓTELES


Uno de los autores más canónicos acerca de la retórica fue sin duda Aristóteles. Su sistema es hasta hoy ciencia y sabiduría, teniendo gran impacto en la teoría de la comunicación actual.

Remontándose a los intentos de definir la comunicación, y muy por el contrario de su maestro Aristóteles, concibe a la retórica no como un truco, sino como un arte con su respectiva técnica, una herramienta muy útil a la hora de comunicar, una filosofía que transmite la única verdad posible: la que es transmitida por el lenguaje y toma a el hombre mismo como objeto de este. Además, aparte de ser fuertemente pedagógica, también tiene altísimo poder político-social. (La Retórica, 1933)

Primero que todo, es importante hacer la diferencia entre Dialéctica y Retórica. Ambas son formas diferentes de presentar información, pero con fines distintos. Mientras que la Dialéctica es más abstracta y se ocupa de analizar argumentos, la retórica es mucho más específica y persigue un único objetivo dependiendo del tipo de discurso, que puede ser deliberativo, judicial o epidíctico

El discípulo de Platón, describe a la retórica como una técnica que se puede aprender a usar de forma útil para conseguir la persuasión de la audiencia, a través de medios o argumentos, los que divide en extraartísticos y artísticos. Los primeros son los que no nacen del emisor y se basan en pruebas infalibles y conocidas. Los segundos, en cambio, son los que provienen directamente del emisor para influir de manera positiva en el receptor. Estos últimos se podrían dividir, a su vez, en 3 tipos:

  1. El ethos, que significa “ética” y tiene que ver con el carácter de la persona que está emitiendo el argumento. Es decir, la habilidad para transformarse en lo que el oyente quiere que sea, motivando las cosas para bien y así conseguir la persuasión.
  2. El pathos, que está ligado al oyente y apela a la sentimentalidad y estado de ánimo de este para influir en su juicio y sus pasiones.
  3. El logos, relacionado a la forma de exposición argumentativa y netamente, al mensaje.

Se refiere también a la relación orador-oyente: el carácter del primero y las emociones del segundo. Acerca de esto, es importante destacar el desarrollo de la “psicagogía” que hace Aristóteles en esta parte de su Retórica. Este concepto, que significa “conductor de almas”, era una cualidad que le asignaba antiguamente a quién fuera capaz de evocar a los muertos, pero que más tarde se entendería como una virtud que poseía el hablante que no se basaba en una demostración rigurosa, sino que pretendía provocar, más que una atracción racional, una reacción emotiva sobre los oyentes.

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