La importancia de la autenticidad en la vida de la sociedad

ALUMNA: Mera Espejo Emily Pamela

INTRODUCCIÒN

El objetivo del presente ensayo es dar a conocer cuáles son las aportaciones que aporta la autenticidad para armonizar la libertad y la moral. Hablamos de la autonomía, la importancia que tiene en ser uno mismo, actuando tal cual es, sin fingir nada, ya que esta es la manera en que nos vamos a sentir libres, como lo vamos a mencionar posteriormente autonomía es libertad. También trata de comportarnos de acuerdo a nuestros principios y valores de la forma más correcta que contribuyan a la sana convivencia social. Con el presente ensayo podemos conocer más acerca de la autenticidad, relacionándola con la libertad y moral. Autenticidad simplemente significa vivir conscientemente, con una marca propia sobre lo que se hacemos.

“No se puede poseer mayor gobierno, ni menor, que el de uno mismo”. Leonardo da Vinci

En la actualidad es difícil para muchos ser auténtico, ya que nos encontramos en un mundo que no vende la singularidad, sino copias y modelos para imitar, estereotipos que asumimos como normas de conducta, los cuales como seres humanos deseamos imitar, así mismo influencian en la manera en cómo debemos pensar y actuar. Como jóvenes seguimos modelos inadecuados de vida; en lo moral, en lo intelectual, en lo espiritual, en lo social y familiar.

Desde niños se nos ha educado, no tratando de que nosotros descubriéramos lo que somos en nosotros mismos, sino valorándonos siempre en función de nuestras actividades, de nuestro rendimiento, siempre en comparación con los demás. Nunca se nos ha valora¬do, nunca se nos ha educado para que nosotros tratemos de descubrir qué somos nosotros mismos, en nosotros mismos, por nosotros mismos.

Una persona auténtica, no teme de lo que pueda llegar a su vida, no teme de los resultados porque confía y conoce lo que hace, lo que atrae, asume las consecuencias de sus actos, simplemente dejas de hacer lo que todos hacen, dejas de caminar regido por paradigmas y más bien aplicas la conciencia a tu vida.

La autenticidad no es nada más ni nada menos que el aprender a tomar contacto con esa realidad central para poderla expresar en todo momento con inteligen¬cia, de acuerdo a cada situación. Cuando en un ser humano se encuentra así mismo, es el momento en que la res-puesta es auténtica, es lo suyo, es lo más verdadero que hay en él, lo más completo, lo más total. En ese momento es cuando uno es realmente siente satisfacción.

La autenticidad puede entenderse como coherencia personal, ser auténticos es mostrarse ante los demás como realmente somos, sin fingir ni inventar nada. Es hablar con sinceridad de las emociones que tenemos y de las ideas que aceptamos, mostrando la manera de sentir y pensar. También podemos decir que es el sentirnos consientes de quiénes somos y del contexto cultural en el que nos desarrollamos. Ser auténticos nos ayuda a ser feliz realizando y viviendo una vida que es la propia, y que ha de ser vivida del modo en que sólo a uno corresponde. Lograr comportamientos de autenticidad constituye una meta que se va alcanzado progresivamente en el curso de la vida, analizarnos a nosotros mismos y nuestros comportamientos, nos ayudará a identificar si somos personas auténticas.

Muchas veces como jóvenes podemos dejarnos influenciar por otras personas o por querer pertenecer a un grupo empezamos a fingir cosas que son ajenas a uno mismo, si nos damos cuenta de este modo estamos edificando un sistema de valores completamente falso, com¬pletamente artificial, que nos aleja de nosotros mismos, nosotros como seres racionales debemos darnos cuenta que la única posibilidad de ser uno mismo depende de cada uno y no de una alienación o estereotipos que existen y que podemos adoptar. Podemos decir que una persona es auténtica cuando está orientada a lo bueno, procura ser ella misma, evitando modelos socioculturales erróneos, o formas de pensar que destruyen la convivencia humana. La persona auténtica desea ser ella misma y desarrollar un propósito o proyecto de vida, sin la necesidad de imitar a otros.

La autenticidad aporta mucho para armonizar tanto la libertad como la moral, ya que si somos auténticos y nos comportamos tal cual somos sin mostrar caretas, nos vamos a sentir libres, por ende, mostraremos con toda libertad nuestros propios principios e ideas, seremos lo suficientemente capaces para tomar decisiones y, al mismo tiempo, asumiremos una actitud valorativa respecto a la libertad humana. Sin embargo, muchas personas no llegan a ser verdaderamente libres, pues se dejan llevar por sus miedos y temores, muchas veces por las presiones sociales, por ello, la persona debe reflexionar acerca de lo que afecta su manera de actuar tal cual es. Ser uno mismo, es la fuente de toda capacidad de conciencia, de conocimiento y sobre todo de libertad. Todo lo que uno es capaz de compren¬der, de entender, no le viene producido por el exterior. El exterior nos da los datos, nos presenta los hechos, pero la capacidad de comprender la verdad que pueda haber allí es siempre un proceso interno que surge de lo más profun¬do de uno mismo; y significa una actualización de la inteligencia.

Comprendamos que si no somos auténticos no tendremos libertad. Por ello, podemos afirmar junto con Heidegger que: el ser humano de la existencia “auténtica” es su libertad. Por lo tanto, la libertad ha de ser entendida como la individualización de la persona, es decir como el conocerse a sí mismo y cuando no hay tal conocimiento el nivel social, académico, cultural o religioso, harán que nos convirtamos en uno más del montón.

Nosotros, en nuestra esencia más profunda, no somos nada de lo que viene del exterior. En nuestro interior se encuentra esa capacidad de vivir, esa capacidad de crecer, de existir, y utilizar los datos, los hechos, para desplegar esta capacidad que hay en nosotros. Sin embargo, en la actualidad el ser humano comúnmente elige ser inauténtico, es decir “uno del montón”, por comodidad, miedo, o desinterés, eso no significa que es el único modo posible de existir, sino necesidad de cada persona que quiere tener conciencia de que puede ser “sí mismo”. La autenticidad es la expresión más genuina de la liber¬tad interior, libertad ésta que está en oposición a todo con¬dicionamiento, que es la expresión directa de nuestro

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