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Las Corrientes de la Sociología de la Religión.


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2016  •  Tesinas  •  34.128 Palabras (137 Páginas)  •  235 Visitas

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Universidad de Chile
Facultad de Ciencias Sociales
Escuela de Sociología

Seminario

Las Corrientes de la Sociología de la Religión.

Antecedentes para una Propuesta de Investigación en Sociología de la Religión.

Nombre: Andrés Urrutia

Profesor: Iván Pincheira

Índice

Introducción        

Desarrollo        

Sociología de la Religión centrada en la estructura.        

Sociología de la Religión centrada en la agencia.        

Sociología de la Religión centrada en la intersubjetividad.        

Sociología de la Religión centrada en las emociones.        

Conclusiones Preliminares.        

Propuesta de Estudio Preliminar.        

Biopoder y Estado        

Diseño de Políticas Públicas        

Propuesta de Metodología        

Bibliografía        

Introducción

 El interés investigativo que guía el presente trabajo es el de realizar una revisión de los conceptos y teorías que ha acuñado la Sociología de la Religión, desde sus raíces, primeros intelectuales, los clásicos, y las teorías actuales. Esta revisión tendrá como objetivo encontrar una Sociología de la Religión que se encargue principalmente de comprender el fenómeno emotivo, en miras de poder hacer una conjunción entre la Sociología de la Religión y la Sociología de las Emociones.

 Nos basaremos en los planteamientos de Archer, según el cual la teoría sociológica ha visto dividida debido al debate ontológico entre sociedad e individuo, entre estructura y agencia. Ambas formas de teorías pueden ser comprendidas como “la ciencia de la sociedad” y el “estudio de lo humano” (Archer, 2009). El mismo Archer dice: “si la primera niega la importancia de la constitución humana de la sociedad, la segunda anula la importancia de lo que es, ha sido y será constituido como sociedad en el proceso de interacción humana. La primera niega que los poderes reales de los seres humanos son indispensables para hacer de la sociedad lo que de hecho es. La segunda le quita poderes reales a la sociedad al reducir sus propiedades a los proyectos de sus hacedores. Ambas apoyan por tanto el epifenomenalismo al sostener, respectivamente, que la agencia o la estructura son inertes y variables dependientes. De esta forma, ellas hacen de lo problemático algo tratable, pero solo al precio de evadir la especificidad de la realidad social y tratarla como algo distinta a sí misma –por hacerla ya sea superior a las personas o subordinarla fundamentalmente a ellas.” (Archer, 2009) Estas son por tanto teorías conflacionistas, que reifican la realidad en relación a un solo elemento omnicomprensivo. El mecanismo genérico más tradicional que usan las teorías conflacionistas es el epifenomenalismo, en sus versiones de reducción ascendente o descendente.

 Estamos sumidos en un “caos teórico”, y para poder salir de él, es necesario reconocer “las conexiones tripartitas entre ontología, metodología y teoría social práctica y aseguramos la consistencia entre ellas”.

 De este modo, tanto como para Archer como para este trabajo, se entenderá que “que toda ontología social tiene implicaciones para la metodología explicativa en que se apoya –y en la que puede consistentemente apoyarse.” (Archer, 2009)

 Así, actualmente, el problema ha estado en el problema de la escala, que ahora reemerge como el  vínculo  micro-macro. (Archer, 2009). Así por ejemplo: “el macroanálisis o ‘macrosociología’ se enfoca en las características de gran escala y más generales de la sociedad tales como las organizaciones, las instituciones y la cultura”, mientras que el microanálisis o microsociología se enfoca en las características del individuo, “las características relevantes del contexto social están, para decirlo de algún modo, incorporadas al individuo” (Lukes, 1968, en Archer, 2009). Ahora bien, por otro lado, también existen movimiento teóricos (especialmente surgidos después de los años 60’s) que han intentado o bien conciliar o bien subvertir este dilema teórico. Así nacen dos posturas, llamas por Archer como “elisionismo (porque trascender el dualismo entre individuo y sociedad consistía en reemplazar uno mediante la insistencia en su constitución mutua) y emergentismo (porque la estructura y la agencia son ambas vistas como estratos emergentes de la realidad social y su vinculación consiste en examinar su juego mutuo)” (Archer, 2009)

 Por nuestra parte, llamaremos a estas tres corrientes: Corrientes teóricas centrada en la estructura, Corrientes teóricas centrada en la agencia, y Corrientes teóricas centradas en la intersubjetividad.

 Esta revisión no estaría completa en cuanto a los objetivos del trabajo si no revisamos los conceptos entendidos por la Sociología de las Emociones. En cuanto al debate conflacionista, Nussbaum dice respondería que los procesos emotivos no carecen de racionalidad, así como los procesos racionales no están exentos de influencias emocionales (Pincheira, 2013]. Por otra parte, en cuanto al ámbito religioso y sus contenidos culturales (creencias, ritos, prácticas), “las  emociones,  por  sus  propias  características,  constituirían  indicadores  de  la relevancia o de la indiferencia, del grado de interiorización, del compromiso o del rechazo con que los contenidos culturales son asimilados por grupos e individuos dentro de una misma comunidad. En esta visión, entonces, se asume que las percepciones y las creencias juegan  un rol central en las experiencias emocionales” (Solomon, Calhoun 1989). Si bien este enfoque corresponde más ampliamente a los estudios en emociones enfocados en la sociedad (y por tanto, la construcción social de la realidad), también veremos aquellos estudios que se enfoquen en teorías biológicas o neurobiológicas.

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