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MEDICINA EVOLUTIVA


Enviado por   •  10 de Octubre de 2011  •  2.222 Palabras (9 Páginas)  •  767 Visitas

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MEDICINA EVOLUTIVA

La herramienta fundamental del ser humano en la lucha por la vida es su capacidad de hacer modelos dinámicos de la realidad. Gracias a su sentido temporal y su memoria, el ser humano percibe que ciertas causas van seguidas de ciertos efectos y, luego, al reunir varias de estas cadenas causales, arma modelos mentales con los que representa e interpreta la realidad. Hace funcionar estos modelos en su cabeza (de ahí lo de “modelos dinámicos”) para imaginar posibles contingencias y escoger la alternativa más adecuada.

Un ser humano es tanto más exitoso cuanto mayor es el número de variables que puede manejar, cuanto más aptos son sus modelos teóricos y cuanto más larga es su “flecha temporal”, es decir, la cantidad de futuro que puede tener en cuenta.1 Por eso toman ventaja los individuos con flechas temporales cada vez más largas o con mayor capacidad de memoria, que pueden incorporar un número más grande de cadenas causales, de circunstancias. Asimismo, quienes poseen mayor capacidad de aprendizaje, es decir, aquellos que pueden reconocer procedimientos exitosos o desgraciados de sus congéneres e incorporarlos o desecharlos, aunque ellos mismos no hayan experimentado dichas contingencias.

La facultad de evaluar un futuro cada vez más remoto otorga ventajas. Si el conocimiento da ventajas y seguridades, la ignorancia es entonces una fuente de peligro y angustia ante la muerte. Ha de haberse extinguido el homínido capaz de encogerse de hombros ante lo desconocido, ante lo que entiende-que-no-entiende. La muerte pone un límite final a la capacidad de conocer, puesto que nadie sabe lo que habrá de suceder después. La muerte plantea una angustia existencial total y atroz. Sur- gen entonces los modelos religiosos que apaciguan al individuo, pues lo convencen de que todo dependerá de su comportamiento, del grado en que cumpla ritos, de la habilidad de sus sacerdotes para encauzarlo hacia destinos menos aterrorizadores.

• Los modelos para interpretar la realidad

El monoteísmo constituye un paso trascendental, pues sólo un dios gobierna la realidad y, puesto que tiene una única mente, se le supone cierta coherencia. En el politeísmo cada dios actúa a su antojo, de modo que las causas que mueven la realidad no están sistematizadas, pero en el monoteísmo uno puede llegar a deducir los criterios del Dios, buscar regularidades entre sus características y encontrar lo que habrá de hacerse para complacerlo, o lo que estará vedado para no enfadar a personaje tan poderoso, para no desencadenar iras y castigos.

El monoteísmo ha actuado entonces como un terreno fértil para que brotara la ciencia, el modelo más avanzado y reciente para interpretar la realidad. La ciencia incorpora todos los saberes de una manera sistemática, con un mínimo de contradicciones y con una mayor capacidad de predecir. Al revés de los modelos sagrados, el de la ciencia no tiene verdades absolutas, pues en ella todo conocimiento es provisorio, y dura hasta tanto esa continua confrontación con la realidad lo contradiga, o surjan mejores modelos explicativos, teorías más abarcadoras y eficaces. Por otra parte, el ser humano elabora epistemologías, que funcionan como verdaderas aduanas del saber, que sólo dejan pasar e incorporan al cuerpo de conocimiento general aquellos conocimientos que cumplan con requerimientos más y más exigentes. En ciencia no se incorporan saberes porque estén basados en la autoridad de sabios, o porque quien los pro- pone asegure que se lo reveló una deidad, o cuando la explicación de tal o cual fenómeno incluya milagros.

• Modelos teológicos vs. modelos científicos

La teología usa modelos creacionistas, es decir, interpreta la realidad como una entidad creada por Dios tal y como la vemos, es decir, con los seres humanos, cocodrilos, montañas, ríos inmutables. Por el contrario, para la ciencia la realidad es perennemente cambiante, resultado de una disipación de energía comenzada con una formidable explosión (el Big Bang) hace unos 15.000 millones de años, que fue creando partículas, átomos, estrellas, galaxias. En un momento dado, dicha disipación originó el Sistema Planetario Solar, la Tierra, la Luna, donde tuvo origen una complejísima reacción química prebiótica que se fue agrumando aquí y allá en entidades efímeras llamadas “organismos”, que iniciaron la evolución biológica.

Pero la ciencia no ha podido remplazar a las religiones en su papel de calmar las eternas angustias existenciales, y sólo ha ayudado al ser humano en un número irrisorio de situaciones. Por eso las religiones han conservado un papel por ahora insustituible, sobre todo si se tiene en cuenta que el modelo científico sólo es comprendido por un número demasiado exiguo de seres humanos. Tampoco debemos limitar nuestra descripción de la lucha entre ciencia y teología a un torneo de eficiencia explicatoria, sino que cada cúmulo de saberes es usufructuado por per- sonas y entidades muy diversas. El escenario es entonces un mosaico de conocimientos, poderes, prácticas sociales, éticas, recursos económicos y bélicos, que disuade cualquier interpretación simplista.

La adaptación (o mutilación) más evidente de la ciencia es su progresivo confinarse a la mera investigación. Así, mientras la ciencia es funda- mentalmente una manera de interpretar la realidad sin recurrir a dogmas, milagros, revelaciones ni al principio de autoridad,4 la investigación es en cambio una tarea mediante la cual un profesional entrenado toma una porción del caos de lo desconocido, lo analiza, lo explica de modo convincente y epistemológicamente aceptable. Idealmente, un investigador debería ser un científico, pero no siempre coinciden ambos atributos en la misma persona. Alguien podría ser un genio intuitivo, tener suerte, ser hábil, conseguir apoyo, tener colaboradores idóneos y hacer grandes avances en el conocimiento, sin ser necesariamente un científico.

• La medicina evolucionista

Puesto que la ciencia tiene una concepción evolucionista de la realidad, interpreta la vida y todo los fenómenos biológicos con base en una evolución comenzada hace unos tres mil quinientos millones de años. Ése es justamente el enfoque que ha comenzado a usar también la medicina, pues esta disciplina es en el fondo una rama de la biología que se ocupa de aquellas desviaciones que resultan incompatibles con la salud.

Como sabemos, la medicina se maneja con síndromes, que son con- juntos de signos y síntomas que caracterizan a las diversas enfermedades. Esos

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