Metodologia

¿La ciencia mejora toda la sociedad?

El posterior ensayo tiene la finalidad de indagar sobre la validez de la ciencia como un instrumento de mejora para la sociedad, y responder también ciertas cuestiones como:

a) ¿La ciencia de quién es?, hay una tolerancia sobre su posesión o hay un adueñamiento indiscriminado.

b) ¿La ciencia solo es para la ciencia?, es abierta y respetuosa o egocéntrica y egoísta.

c) ¿Por qué para todo el mundo es relevante tener una metodología y una ciencia que responda las cuestiones políticas, educativas, sociales, etc.?

Introducción

¿Qué implicaciones trae la ciencia al poder y al hombre?

La concepción de la forma en que el humano controla a los demás humanos, cómo los civiliza teniendo un método muy minucioso, tomando como principal herramienta sus adelantos científicos, la esperanza y el miedo.

“La esperanza no es más que una alegría inconstante, nacida de la imagen de una cosa futura o pasada, de cuyo éxito dudamos; el miedo es una tristeza inconsistente, aunque nacida de una cosa dudosa”.

Para ello hay que observar que en la historia como todos lo sabemos lo que corrompe al hombre (casi siempre) es el poder o la sapiencia sobre algo. Por ello el hombre se vale de la ciencia de las esperanzas y de los miedos de la sociedad para lograr su cometido.

Como lo menciona Nietzsche en su libro las razones del bien y el mal; el humano creo el conocimiento (y la ciencia con el tiempo) para no ser tan indefenso ante los demás a su alrededor, creó este conocimiento como mecanismo de defensa y a través de la historia se ha ido transformando ahora más bien en un sentido extremo el conocimiento se hace un mecanismo de dominación, de obtener el tan ansiado poder.

a) ¿La ciencia de quién es?

Como ya lo menciono Paul Feyerabend al hacer una pregunta: ¿qué ventajas tiene la ciencia?

Y dice que al responder: “Los científicos y los filósofos de la ciencia actúan aquí como lo hicieran con anterioridad los defensores de la Primera y Única Iglesia Romana: diciendo que es la única, la verdadera y todo lo demás es pagano o carece de sentido”.

Como ya lo analizó Feyerabend no hace mucho tiempo somos y vivimos en una sociedad libre donde hay lugar para muchas creencias, para el libre culto de religiones e ideologías, para seguir las doctrinas que deseemos y para formar parte de instituciones extrañas, conocidas o nuevas de proposiciones controvertidas, ofrecimientos de prohibición científica o social.

Un ejemplo es quien podría decir que la religión no es la constante de la creación universal, si lo sé cualquiera, pero ¿se le creería?, tal vez sí o tal vez no, podría ser solo una moda pasajera que no puede marchar en contra de un gigante social (tabús, tradiciones, costumbres etcétera), un monstruo científico (análisis de la manta de Jesús, de cuadros, estatuas, pinturas, etcétera) o de un universo religioso (biblias, mandamientos, pecados, etcétera).

Pero desgraciadamente el supuesto de la superioridad de la ciencia ha ido más allá de las libertades y se ha convertido en convenios científico-Estado, en una fe para casi todo el mundo, sea o no se sea científico, ya que se han dejado convencer por los medios, la política y la misma ciencia.

La ciencia es libre para estudiarse y “al vivir en una democracia” hoy en día, se puede realizar prácticamente cualquier cosa en el país, pero en realidad de estos estudios o simples ideologías ¿cuántas se tomarán en serio?; la verdad casi ninguna porque el intelectual o científico se siente de élite, de otro nivel.

A más de uno le ha tocado convivir con personas que se hacen llamar intelectuales o científicos que se creen más por ser especialistas de algún campo, presienten que el mundo es suyo y que los demás hombres y mujeres son terrenales e ignorantes en ocasiones. La verdad no quiero caer en posturas radicales de intolerancia cayendo en lo irrespetuoso y generalizando a todos los científicos, pero la verdad es que así son algunos.

“Es hora de que nos demos cuenta de que los intelectuales no son más que un simple grupo bastante codicioso que se mantiene unido por una tradición general y un tanto agresiva”.

Con la cita anterior nos damos cuenta que las humanidades no son parte del curriculum del científico y que lo que desprecian es parte añeja de sus ciencias e ideologías ya que su madre es la filosofía y las humanidades.

Denotan pues su ignorancia ya que no hay ética, ni moral y mucho menos principios en sus presunciones y en sus palabras muy rebuscadas y extremadamente analizadas, debe quedar claro que la ciencia no es mala, la hacen mala los que la manipulan bajo intereses perversos. Muchos de estos intelectuales caen en lo que Feyerabend llama ignorancia, porque no saben de quién es la ciencia.

b) ¿La ciencia es solo para la ciencia?

¿El campo de la investigación científica esta solamente cerrado hoy en nuestros días solo a un grupo selecto de investigadores, que lógicamente provengan de la misma ciencia?

“Es hora de que nos demos cuenta de que la ciencia es también una tradición particular y de que su hegemonía ha de ser revocada por medio de una discusión abierta en la que participen todos los miembros de la sociedad”

En sociedad cualquier otro campo que no sea ciencia y que quiera demostrar alguna teoría, unidad o cosa es falseado de inmediato ya que se omiten, se menosprecian e invalidan sus opiniones, porque todo lo que se pueda descubrir e inventar debe provenir de la ciencia, dogmática-racional.

No hay equidad e igualdad como lo pedía Feyerabend o Popper hay consentimientos, más no consensos, apertura critica o aceptación de diálogo reconstructivo.

“El Estado y la Ciencia funcionan en estrecha relación y asociación; se gastan inmersas sumas en el desarrollo de las ideas científicas. Las relaciones humanas se someten a un tratamiento científico: como los programas educativos, los proyectos de reforma penitenciaria, el adiestramiento militar, etc.”

Feyerabend pues nos llama

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