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Miserias Del Proceso Penal


Enviado por   •  29 de Octubre de 2013  •  1.478 Palabras (6 Páginas)  •  693 Visitas

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Ensayo:

“Miserias del Proceso Penal.

Francesco Carnelutti “

Francesco Carnelutti nos muestra en su obra llamada “Miserias del Proceso Penal” las falencias de este, tanto en el proceso en sí, como en las partes que se ven involucradas en este, así como en las relaciones que se desprenden en el proceso entre juez y defensor, ministerio público y acusado, además de las relaciones entre ellos analiza a los distintos sujetos del proceso: el preso, el abogado (desde la perspectiva del defensor), el juez, y también su relación con el imputado. Señala en cada uno de ellos sus características en una forma simple y a la vez muy completa.

De lo anterior podría comenzar diciendo que el juez no es considerado como una parte dentro del proceso penal puesto que este es el encargado de llevar a cabo la difícil tarea de abstraer la realidad y así poder emitir su sentencia absolviendo o culpando al imputado. Por lo tanto el juez se diferencia de las demás personas que participan en el proceso penal, porque está por encima de todos, aquel que tiene que estar presente durante este para poder alcanzar el fin justo; de manera que desde ya se le denota como una figura que demuestra conocimiento, grandeza, autoridad, se le ve como un ser supremo.

La toga es uno de los elementos que lo hace distinguir del resto y da aire que inspira respeto; si bien es cierto que ante la ley y ante Dios todos somos iguales, este distintivo le da un carácter de seriedad y solemnidad al proceso y forma una línea imaginaria que establece una división entre el que ejerce la acción (Juez) y los receptores de esta.

El preso se considera que es el más pobre de todos, ya que este tiene una carencia de espíritu. Como menciona Carnelutti: “El hombre encadenado o encerrado en jaula es la verdad del hombre; el no hace mas que revelarla” queriendo decir que no nos asemejamos a los animales por estar en esta jaula, sino que estamos en ella por parecernos a ellos, y lo que nos diferencia de ellos es la potencia que tenemos de amar.

El abogado es quien brinda la ayuda al preso, se pone en su nivel para poder acompañarlo en esta difícil tarea de que la sociedad este en su contra. Se caracteriza por “llevar la cruz del otro” en este camino, poniéndose al lado de él ante el juez, podríamos decir que es una especie de mejor amigo del imputado que esta ahí en esta lucha codo a codo, haciéndose una parte importante de esta situación.

El defensor, aquel que expone sus peticiones y conclusiones ante el juez, y tiene un solo interés: “la libertad del imputado”. Con esto se inicia el diálogo entre el defensor y el acusador, cada uno exponiendo sus peticiones y conclusiones y donde el juez debe ver mas allá de esto, superar estas contradicciones de las partes y tomar una decisión a beneficio de una de ellas, de no hacerlo, la inocencia impone la absolución.

El cometido del proceso penal es saber si el imputado es inocente o culpable. Se vera a través de las pruebas que sirven para reconstruir la historia. Se tiene el riesgo de equivocar el camino si la información es mal captada o no es verídica. Lo cual puede producir si esta información es errónea una sentencia desfavorable, ósea condenatoria para aquel que se encuentran juzgando.

La relación del juez con el imputado, ya que el primero debe, de acuerdo con la ley, reconstruir la historia del hecho. También hay que conocer la historia del imputado. El delito es una porción mínima de la historia de la persona. Y no puede juzgarse solo ese hecho. Aunque esto es también imposible. No existen los medios ni el juez dedica el tiempo suficiente a este intento de conocer. Además, la historia de un hombre está compuesta también por su futuro, el cual no se puede predecir.

Dando a conocer una pequeña reseña de que trata el texto debo decir que el nombre llama la atención, “Las miserias del proceso penal”, lo que no se quiere o puede ver a simple vista, “los trapos sucios” del proceso penal, que sólo después de reflexionar y vivirlo podríamos descubrirlos y entenderlos. Lo que hace Carnelutti en su libro, llamarnos a la reflexión para que veamos con otros ojos las realidades humanas

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