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Proceso Penal Miserias

polize31613 de Octubre de 2012

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I. LA TOGA

Para el autor, la “Toga” es una “Divisa”, que significa dividir, discernir o distinguir; la “divisa” constituye el signo de la autoridad; también es llamada uniforme, lo que alude a una unión.

Ahora bien, atendiendo a los dos significados de la “Toga”, se establece que la misma separa a los magistrados y a los abogados de los profanos, para unirlos entre sí.

La “Toga” de los magistrados no es solamente el signo de la autoridad, sino también el de la unión; es decir, el signo del vínculo que los liga conjuntamente. Pro otra parte, con relación a la “Toga” del acusador y del defensor, significa que lo que hacen es hecho en servicio de la autoridad, es decir, que en apariencia están divididos, pero en realidad están unidos en el esfuerzo que cada uno realiza para alcanzar la justicia que se espera sea realizada.

La “Toga” del magistrado, del acusador y del defensor, da al proceso penal, un aspecto solemne; sin embargo, se puede establecer que si la solemnidad resulta oscurecida, por negligencia de los abogados y de los magistrados, que no respetan como deberían la disciplina, ello redunda en menoscabo de la civilidad.

El juez, como elemento indispensable en un proceso, tiene que estar presente durante este para poder alcanzar el fin justo; de manera que desde ya se le denota como una figura que demuestra conocimiento, grandeza, autoridad, se le ve como un ser supremo. La toga es uno de los elementos que lo hace distinguir del resto y da aire que inspira respeto ya la presencia de la justicia pura; si bien es cierto que ante la ley y ante Dios todos somos iguales, este distintivo le da un carácter de seriedad y solemnidad al proceso y grafica una línea imaginaria que establece una división entre el que ejerce la acción (Juez) y los receptores de esta. Las pocas veces que he pisado un tribunal durante la realización de un juicio oral y público, ha sido de gran satisfacción e inspiración, desde el momento en que todos se ponen de pie para recibir a la excelentísima autoridad (juez) hasta que esperamos el dictamen de sentencia, da esa sensación de que él sabe realmente quien tiene la razón en el proceso, la manera en que va a impartir justicia en ambos, no he visto una sola audiencia en la que el juez se presente sin toga pues aunque sucumbimos en un mundo al que cada vez le importa menos, los valores, lo establecido , lo tradicional, hace ver que aun hay respeto al acto en el que se imparte justicia, desde el punto de vista solemnidad.

Es un símbolo de división entre los superiores en las cortes o palacios de justicia. Los magistrados que las usan están mostrando un signo de autoridad que los separa o distingue de los demás. La toga de un magistrado no solo es símbolo de autoridad, también es signo de un vinculo. Es interesante la comparación que se emplea para visualizar su atuendo con la de la comunidad religiosa y dado que la mayoría convive con esa figura de superioridad hacia el sacerdote, lo mismo pasa con los que se dedican a la justicia. Lo que al parecer muestra una especie de división con jerarquía; la toga y los que la usan al momento de un proceso sobre todo le dan un aspecto solemne.

II. EL PRESO

A diferencia del mundo, es visto como lo peor, como la escoria, como el adefesio que irrumpe el orden público. Como bien puedo entender el autor establece una diferencia entre delincuente y preso que la mayoría de veces entre el vulgo popular se cree es lo mismo. Si bien es cierto, el preso, puede ser un anterior delincuente o un error del proceso (inocente) pero cualquier ser humano, rodeado por tres paredes y una hilera de barrotes que priven de ver el resto del mundo y que te mantendrán ahí hasta tu ultimo día de vida o cumplimiento de tu condena, tiempo en el que envejeces, tiempo perdido, tiempo perdido por tu actuar ilícito o error procesal, no deja de sentir pena y sensaciones encontradas de lastima y lecciones de vida, pues es cuando del error ajeno se aprende. Creo que básicamente es lo que el legislador pretendía al crear la sanción ya que es una manera de prevenir la comisión de este u otro hecho contario a la ley.

Señala que los sabios que continúan considerando la pena, según una formula famosa como un mal que se hace sufrir al delincuente por el mal que él ha hecho sufrir, ignoran u olvidan que no es con el mal con lo que se puede vencer al mal.

Nos remitimos después de observar una figura superior, solemne que está por encima del mismo hombre, aparece, el que por mucho, está debajo de casi todos nosotros, es decir aquel que se encuentra detrás de la reja de una jaula. Este hombre cuando se convierte en delincuente deja atrás la figura de hombre, ya que se convierte en un animal furioso por así decirlo. Y no es hasta que acude el encargado para apaciguar y lo sujetan con las esposas. ¿Porque hasta la fecha encarcelar a los que delinquen se les hace pagar con encierro y aislamiento el mal que hicieron?, hago este cuestionamiento porque hoy en día sigue igual, y estas personas que por muy peligrosas que parezcan al final solo son seres humanos, este castigo que deben cumplir termina alimentando su furia.

III. EL ABOGADO

Es la persona a la que se acude ante un caso que implica proceso judicial y que solo no puedes echártelo al hombro, de la misma manera en que buscas asesoría hace las veces de sacerdote al exponer ante este la verdad, confesar los hechos si quieres lograr un desenlace favorable. Este sujeto es quien te va a representar, a defender, como el escudo al soldado en una guerra, es alguien con conocimientos muchas veces ajenos a ti, que se las va jugar por ti en ejercicio de su trabajo durante un proceso legal. El abogado es visto como la persona que lo sabe todo, como la persona culta, como la justicia andante; lamentablemente hay muchos “abogados” que están prostituyendo el honor que se ha ganado quien ejerce la profesión, haciéndola blanco de críticas como que ¡el abogado se compra fácil! O por su preparación ¡ese abogado es un inútil! A mi parecer al poner en práctica la profesión está en juego la justicia, tu reputación y tu ética profesional así como la de los colegas, ay que recordar que la justicia es ciega, esta simplemente a favor de lo justo, no de lo que me conviene sea justo.

La gente concibe al abogado como un técnico, al cual se pide una obra, que quien la solicita no sería capaz de realizar por sí, así como asiente que es verdad no es del todo cierto, ya que quien se aproxima al abogado es aquel que se encuentra necesitado, y es entonces que al abogado se le define el que es llamado a socorrer, se le pide ayuda. La manera en que el autor redacta la relación que une al imputado y al defensor es la necesidad de amistad. Sin analizarlo esto me parecería un tanto descabellado pero si se ve más allá, es que el abogado debe situarse en la al nivel del imputado para poder rogarle al juez el “derecho a tener”, como lo denominaban los romanos; sin este vinculo es casi imposible compartir con la persona que pidió su ayuda la necesidad de pedir y ser juzgado que es único que se pide al tratarse de un proceso penal.

IV. EL JUEZ Y LAS PARTES

A menudo se observa la figura del juez como alguien digno que merece superioridad. Pero que cuando adentramos a analizar esta figura surgen diversos cuestionamientos. Por otro lado está la figura de las partes, aquellas que están por debajo del juez, nos dice Carnelutti que se denominan partes porque están divididas, ya que cada uno tiene un interés opuesto al del otro; al decir verdad muchas veces me había preguntado porque se llamaban así, esta explicación me parece bastante lógica y responde mi pregunta. Volviendo a la figura del juez, el autor explica que ser juez no es fácil, ya que quien es realmente digno para poder juzgar a alguien que en ese momento se vuelve inferior.

Durante un litigio dicho acto está protagonizado por tres elementos, el imputado representado por su abogado de defensa, la victima puesto en escena con la fiscalía y el tercero imparcial, el juez, no todos indispensables a excepción del juez. Debido a la visión previa de percances posibles de ocurrir, por ejemplo, que el acusado ya iniciado un proceso se dé a la fuga o que la victima este hospitalizada, eso sí, no podemos dejar solo el cuartel de manera que sus representantes (fiscal- defensa) tienen que estar presente durante todo el proceso. Las partes a como se les conoce son las que ante el juez extienden su mano y piden justicia, los que ante el árbitro se quejan de una falta por el equipo contrario. Sin embargo, hay ocasiones en las que el juez actúa por conveniencia favorece a los que quiere. Según yo, la justicia es ciega y en ejercicio de ella se debe ser imparcial, simplemente en base a la razón y la ley determinar quien está en lo correcto. La figura del juez como alguien digno que merece superioridad.

V. PARCIALIDAD DEL DEFENSOR

Cuando el juez acude a un proceso a juzgar este se encuentra en duda sobre que parte tiene la razón, por lo tanto cuando juzga establece de qué parte está la razón. Las razones como dice Carnelutti en este capítulo son aquella fracción de verdad que a cada uno de nosotros nos parece haber alcanzado. Por esto es que el defensor debe ser parcial, es decir tener preferencia e inclinación por quien defiende, porque esa es su finalidad convencer al juez con su favoritismo que el imputado es inocente.

Todo esto puede parecer absurdo. Y, sin embargo, la clave del proceso está aquí. Malo sería si el juez se contentase con razonar así: el imputado ha confesado haber matado. Por lo tanto ha matado. Hay

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