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Mito de Prometeo y Epimeteo


Enviado por   •  30 de Agosto de 2016  •  Trabajos  •  4.788 Palabras (20 Páginas)  •  315 Visitas

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Mito de Prometeo y Epimeteo:

Se dice que a Prometeo le gustaba provocar a Zeus, hasta que un día lo hizo enojar tanto que decidió por quitarles el fuego a los hombres. Pensaba que así podría castigar a Prometeo.

Pero a Prometeo se le ocurrió entrar al Olimpo sin que nadie lo viera  y robó un tesoro del caro del Dios sol y se los devolvió a los mortales. Zeus lo que pensaba es que debía de castigar la burla que se había cometido, así que mandó llamar a Hefasto y le ordeno que creara una mujer de arcilla, cuando finalmente la había terminado de moldearla, le dio vida y la mandó con Hermes, ante Epimeteo, el cual era hermano de Prometeo.

Esta mujer se llamaba Pandora y con ella llevaba una caja la cual estaba llena de males los cuales no podían ser liberados. Prometeo siempre le dijo a su hermano (Epimeteo) que se alejara de cualquier cosa que proviniera de los dioses, pero Epimeteo estaba perdidamente de ella así que decidió desposarla. Pandora abrió la caja de los males y los males se fueron a todo el mundo. Después Zeus mando a Hefasto para que capturara a Prometo.

 El Dios del fuego mando a Prometeo a lo alto de una montaña donde un águila hambrienta le devoraría el hígado todos los días, pero como él era inmortal se le regeneraba el órgano, así que iba a pasar por un dolor eterno, noche tras noche.

Apología de Sócrates:        

“Tengo muchos acusadores que han dado muy malas referencias diciendo que hay un cierto Sócrates, hombre sabio que indaga lo que pasa en los cielos y en las profundidades de la tierra y que sabe convertir una mala causa en buena. Los que han sembrado estos falsos rumores son mis más peligrosos acusadores, llegan a convencer a los demás de que quienes se dedican a tales indagaciones no creen en la existencia de los dioses.

…Todos conocen a Querefón, mi compañero de la infancia. Un día habiendo partido para Delfos tuvo el atrevimiento de preguntar al oráculo si había en el mundo un hombre más sabio que yo: la Pythia le respondió que no había ninguno. Querefón ha muerto, pero su hermano podrá dar fe de ello.

Tengan presente, que les cuento todo esto para hacerles ver de dónde proceden los falsos rumores que han corrido contra mí…

…Cuando supe la respuesta del oráculo, me dije: ¿Qué quiere decir el Dios?; porque yo sé que en mí no existe semejante sabiduría ni pequeña ni grande. ¿Qué quiere, pues, decir al declararme el más sabio de los hombres? Porque él no miente. Dudé largo tiempo del oráculo hasta que me propuse a hacer una prueba: Fui a casa de un conciudadano que pasa por uno de los más sabios. Yo creía que allí encontraría argumentos para rebatir el oráculo y presentarle un hombre más sabio que yo. Examinando a este hombre, me encontré con que todo el mundo lo creía sabio, que él mismo se tenía por tal y que en realidad no lo era. Me esforcé en hacerle ver que de ninguna manera era lo que él creía ser.

…Razonaba conmigo mismo y me decía: Yo soy más sabio que este hombre, él cree saberlo aunque no sepa y yo, no sabiendo nada, creo no saber. Me parece, pues, que en esto yo, aunque poco más, era más sabio, por que no creía saber lo que no sabia…

…Me parece que sólo Dios es el verdadero sabio y que esto ha querido decir por su oráculo, haciendo entender que toda sabiduría humana no es gran cosa o, por mejor decir, que no es nada; y que el oráculo ha nombrado a Sócrates como un ejemplo: “El más sabio entre vosotros es aquel que reconoce como Sócrates que su sabiduría no es nada”.

…Por otra parte, muchos jóvenes de las más ricas familias se unen a mí de buena gente y disfrutan tanto viendo de qué manera pongo a prueba a todos los hombres, que quieren imitarme con aquellos que encuentran; y no hay duda de que encuentran buena cosecha, porque son muchos los que creen saberlo todo, aunque no sepan nada o casi nada…

 …Van diciendo que hay un cierto Sócrates malvado e infame que corrompe a los jóvenes; y cuando se les pregunta qué hace o qué enseña, no tienen que responder. Melito, Anito y licón hablan de mí con una elocuencia capaz de seducir…  

…Me conduciría de una manera singular y extraña si después de pasar mis días en el estudio de la filosofía abandonara ese puesto por miedo a la muerte. Ésta sería una deserción criminal y me haría acreedor a que se me citara ante este tribunal como un impío, que no cree en los dioses, que desobedece al oráculo, que teme la muerte y que se cree sabio y que no lo es. Por qué temer la muerte no es otra cosa que creerse sabio sin serlo y creer conocer lo que no sabe. Nadie conoce la muerte ni sabe si es el mayor de los bienes. Sin embargo se le teme, como si se supera con certeza que es el mayor de los males.

…Respecto a mí, quizá soy muy diferente de todos los demás y si en algo me parezco más sabio que ellos, es porque no sabiendo lo que nos espera más allá de la muerte sostengo que no lo sé. Lo que sé de cierto es que cometer injusticias y desobedecer al que es mejor y está por encima de nosotros, es lo más criminal y lo más vergonzoso. Yo no temeré ni huiré de males que no conozco, pero temeré y huiré de males que sé que son verdaderos males.  

…Atenienses, les respeto y amo; pero obedeceré a Dios antes que mientras viva no dejaré de filosofar.

…He aquí de qué manera hablaré a los jóvenes y a los viejos, a los ciudadanos y a los extranjeros. Estoy persuadido de que el bien que ha disfrutado ésta ciudad es este servicio continuo que yo rindo a Dios. Toda mi ocupación es trabajar para persuadirles que antes que el cuerpo y las riquezas, es el alma y su perfeccionamiento. La virtud no viene de las riquezas, las riquezas vienen de la virtud.

…Estoy más persuadido de la existencia de Dios que ninguno de mis acusadores; y es tan grande la persuasión, que me entrego a ustedes y al Dios Delfos, a fin de que me juzguen como crean mejor para ustedes y para mí.”[pic 4][pic 5]

Terminada la defensa de Sócrates, los 556 jueces procedieron a la votación y resultaron 281 votos en contra y 275 a favor; condenado por una mayoría de 6 votos, tomó la palabra y dijo:

“Sorprendido estoy con el número de votantes en pro y en contra y no esperaba verme condenado por tan escaso número de votos. Solo por tres votos no he sido absuelto.

Melito me juzga digno de muerte; en hora buena. Yo no escojo más que lo que merezco. ¿A qué multa voy a condenarme por no haber callado las cosas buenas que aprendí durante toda mi vida?.

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