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PROSPECTIVA ORIGENES Y CORRIENTES

Baztos27 de Abril de 2015

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Unidad 1 Prospectiva Orígenes Corrientes y Representantes

1.1 ¿Qué es la Prospectiva?

Es la disciplina encargada de analizar el futuro para lograr su comprensión y, así, ejercer una influencia sobre él en la medida de lo posible.

La prospectiva, en este sentido, anticipa potenciales escenarios que se desarrollarán en el porvenir. A partir de dicha anticipación, permite realizar una planificación que posibilita actuar en sintonía con aquello que, en teoría, va ocurrir.

1.2 ¿Porque se estudia la Prospectiva?

La prospectiva se estudia por la simple razón de que un país sin prospectiva es un país sin visión y progreso, una empresa sin prospectiva es una organización disfuncional y quebrada que no sobreviviría en un mundo de alta competitividad y constantes cambios, un persona sin prospectiva es una persona sin futuro, que fracasaría y no podría alcanzar la prosperidad, mejor calidad de vida y la felicidad.

1.3 Historia de la Prospectiva: desde los chinos hasta el Siglo XXI

El futuro nos atrae y nos intriga a todos. Queremos conocerlo para poder manipularlo, para poder cambiarlo. Por ello, y para ello, han surgido las artes adivinatorias, las premoniciones, las predicciones y muchas de las creencias en la magia, en la brujería y en gran número de ritos. Desde siempre, encontramos al hombre buscando conocer su futuro. En cada página de la historia, en los actos religiosos y en todas las escenas de la mitología, desde el Oráculo de Delfos hasta los más ortodoxos de los científicos modernos, es patente que el hombre ha dedicado (y sigue dedicando) tiempo y esfuerzo para conocer su futuro, el de la humanidad, el de un determinado país o región, el de una disciplina dada, etc. unos por temor y otros con esperanza; unos por caminos más subjetivos y emocionales y otros con pretendida objetividad y apego a la ciencia; unos muy centrados en su persona, en algún aspecto amoroso o en su fortuna; otros con mayor interés y dedicación a dimensiones sociales, o incluso a la humanidad en general; todos nos hemos interesado en conocer el futuro.

1.4 Corrientes y Autores de la Prospectiva

En el Siglo IV aC, por ejemplo, los hombres que deseaban conocer el futuro, acudían a los oráculos, siendo el más conocido el de "Delfos", ciudad de la antigua Grecia, donde se encontraba el templo dedicado al dios Apolo.

Desde antes de la era cristiana, historiadores y filósofos efectuaron importantes aportaciones, pues recopilaron datos sobre la historia de las culturas, a través de la tradición oral y escrita. Los primeros historiadores llevaron su indagación sobre las visiones antiguas del futuro más allá de las simples inscripciones y de la tradición; a ellos se les ha considerado como antecesores de los "futuristas modernos".

En el seno de la cultura griega del siglo V a. c., destacan Tucídides y Platón (428-348 aC). El primero anotaba ya que el modo de vivir de la sociedad ateniense no solo no era el único que existía, sino que los estilos de vida se modificaban a través del tiempo.

Por otra parte, con "La Republica", Platón inicia la tradición utópica al conformar el primer macroescenario ideal de la sociedad ateniense antes de la era cristiana.

Cabe decir que en esta sociedad gobernaban los reyes - filósofos y los príncipes -servidores de "la ciudad"- quienes velaban par la felicidad del pueblo, desterrando las contradicciones econ6micas (riqueza vs. pobreza).

Posteriormente, con el cristianismo -según el teólogo Harvey Cox surgen tres diferentes aproximaciones sobre el futuro: apocalíptica, teológica y profética.

La primera se caracteriza por un rígido dualismo entre este mundo y el próximo, así como por su fatalismo y el distanciamiento de los quehaceres terrenales.

Además, influida por religiones orientales, crea una compleja organización en la que participan seres angelicales y demoniacos.

La teológica, percibe el futuro como el desarrollo de un propósito inherente al universo mismo y en función de Dios. La tercera, en cambio, mantiene la noción hebrea del futuro como una posibilidad abierta a la esperanza y responsabilidad del ser humano. Las profecías de los hebreos eran un medio para motivar al pueblo a cambios de conducta, pues planteaban que el futuro podía ser logrado par el hombre, si bien en apego a sus creencias religiosas.

Durante el periodo medieval, el interés sobre el futuro se dirige más a los efectos después de la muerte, que a lo terrenal que pueda obtenerse; la inquietud del hombre por el futuro se orienta más hacia el cielo que a la tierra.

Muchos años después, con el descubrimiento del Nuevo Mundo, el acelerado desarrollo científico, artístico y tecnológico y gracias a una mayor comunicación entre los pueblos, el hombre se sumerge en una vorágine de cambios que propicia, entre otras cosas, una mayor reflexión sobre el mañana.

En su obra "Utopía", Tomas Moro (1478 - 1535) presenta como sociedad ideal aquella en donde los deseos individuales son determinados por el bien de la comunidad. Moro maneja una concepción integral de la sociedad ideal y conforma con ella un macroescenario social.

En "New Atlantis, Francis Bacon (1561 -1626) describe una comunidad ideal con base científica, siendo el primero en formular tanto la idea de progreso como el papel del científico en el mundo del futuro.

En el siglo XVIII, destaca la obra de autor anónimo "EI reino de Jorge VI, 1900 - 1925" la cual constituye el primer pronóstico de tipo político - militar. Sin embargo, presenta la característica de mantenerse "anclado" al presente, sobre todo en aspectos sociales y culturales.

"El año 2440" de Sebastian Mercier (1740-1814), muestra un mundo de paz en el que la rivalidad entre Francia e Inglaterra ha sido reemplazada par una alianza indestructible. Es uno de los primeros ejemplos de "ficción-profética".

Con "Esquema de un cuadro histórico de los progresos del espíritu humano" Condorcet (1743 - 1794)5 no solo afirma la presencia del progreso y del bienestar social, sino que trata de pensar en su naturaleza, pronosticar su dirección y determinar su meta. Toma así el avance del conocimiento como la clave principal en el desarrollo del hombre.

Por otra parte, la aportación de Malthus (1766 -1834) en este campo radica en el empleo de la matemática para llevar a cabo predicciones. En su "Ensayo sobre el principio de la población" presenta una visión diferente del futuro, en el que el aumento constante de la población generara hambre, miseria y desolación, por lo que aconseja la limitación de los matrimonios y los nacimientos.

Durante el siglo XIX, una abundante mezcla de ciencia y ficción deslumbra al mundo a través de la literatura; Julio Verne, Edward Bellamy y Charles Richet son representantes destacados de este fenómeno. El primero, especialmente gracias a su prolífera obra, ayuda a sus lectores a imaginar otros futuros en los que la inventiva y los descubrimientos científicos mejoran las condiciones de vida del hombre. Así, por ejemplo, en "Vuelta al Mundo en 80 días", "20 Mil Leguas de Viaje Submarino", "De la Tierra a la Luna" y "Cinco Semanas en Globo", lleva a cabo notables pronósticos: submarinos, aviones, viajes a la luna, etc. Utiliza la ciencia como materia para la ficción, basándose en una salida infraestructura de hechos.

En "Looking Backward (2000 – 1887), Bellamy aporta tal vez la primera Utopía Predictiva. Richet en su obra "100 Años", presenta una proyección estadística del crecimiento de la población mundial entre 1892 y 1992, tocando algunos aspectos cualitativos; para él, las naciones más poderosas en 1992 serán Rusia y los Estados Unidos.

Para fines del siglo XIX, Herbert George Wells atrae la atención de científicos y lejos al escribir sobre el futuro, analizando las tendencias en la sociedad, sin recurrir a la ficción. Su método consistió en emplear las historias como medios para esbozar la trayectoria crítica de la probabilidad. Wells sostenía que no solo debería conocerse el pasado, sino también intentar conocer el futuro. Mencionaba que si la ciencia había dado acceso al hombre a conocer su historia también podrá ayudar a descubrir su porvenir.

EI trabajo de Wells marca así la división entre los viejos modos de la ficción-predictiva y los términos modernos de pronóstico. Asimismo, hace un llamado explícito para la creación de estudios sobre el futuro como disciplina organizada.

Ya en el siglo XX, surgen en la literatura numerosos autores preocupados de una u otra manera por el futuro y creando diversas imágenes sobre el (Aldous Huxley, George Orwell, Alvin Toffler, Anthony Burgess, entre otros). En el campo de la ciencia se da esta misma riqueza; por ejemplo, Bertrand Russel propicia la discusión del futuro en varios campos, inclusive cuestionando el papel de la ciencia y llegando a afirmar que esta es la responsable del terrible futuro que nos acecha.

Por otro lado, el padre de la "Aproximación tecnológica" William F. Ogburn (durante el gobierno de F. D. Roosevelt), lleva a cabo un reporte sobre "Tendencias tecnológicas y política nacional, inclusión de las implicaciones sociales de los nuevos eventos". Enfatiza la importancia de los esfuerzos nacionales para llevar a cabo un ajuste,

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