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Paradigma de la razonabilidad crítica y compartida


Enviado por   •  29 de Septiembre de 2020  •  Biografías  •  1.931 Palabras (8 Páginas)  •  61 Visitas

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Universidad Pontificia Bolivariana, sede Palmira.

Docente: Iván Mauricio Lotta Sánchez

Estudiante: Ana Gabriela Díaz Medina

Paradigma de la razonabilidad crítica y compartida

     Hans Jonas nació el 10 de mayo de 1903 en Mönchengladbach y muere en Nueva York el 5 de febrero de 1993. Fue un filósofo judío-alemán dedicado al estudio de la filosofía gnóstica, teología e historia del arte en las universidades de Friburgo, Berlín y Marburgo.  En 1928 realizó su tesis doctoral sobre San Agustín y el problema de la libertad. En 1933, debido al ascenso al poder de Adolf Hitler y la implantación de su régimen nacional-socialista, abandonó Alemania, consideraba que el nazismo era la expresión de un mundo en que Dios ha renunciado al poder para que el hombre pueda existir, siendo el punto de partida la existencia del mal.

Razón por la cual emigró a Londres, en1935 viajó a Palestina, donde fue profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén hasta 1938 época en la que se marchó a Canadá, para continuar su carrera como docente en la Universidad McGill de Montreal (1949) y en la Universidad Carleton de Ottawa (1950-1954). Finalmente se trasladó a Estados Unidos y fue profesor de la New School for Social Research de Nueva York hasta 1976.

Entre sus primeros trabajos se encuentran: la tesis doctoral Gnosis y espíritu antiguo tardío, esta fue publicada en los años 1934 y 1954 en dos volúmenes basados en la filosofía griega, el pensamiento de san Agustín de Hipona y el gnosticismo, movimiento filosófico que Jonas unió con el existencialismo contemporáneo. Posteriormente, hace publica una de sus obras más conocidas “el principio de responsabilidad” (1979) en la cual propone una ética, basada en la responsabilidad del hombre contemporáneo a llevar una existencia digna en un ambiente natural íntegro, bajo el conocimiento supremo de las ciencias naturales y la tecnología.  

Hans, tomó como referente la crisis de la modernidad para realizar un análisis exhaustivo de la civilización tecnológica y se preocupó por hacer una ética que partiera de la premisa de que el hombre es el único ser con la responsabilidad y posibilidad de escoger conscientemente una acción. Por ello, la responsabilidad es un deber, una exigencia moral que se ha visto permeada porla sociedad tecnológica.

 La ética propuesta por Jonas tiene un componente deontológico, producto de las nuevas condiciones de vida provocadas por la amenaza tecnológica. La responsabilidad moral inicia por el respeto a la vida, en todas sus formas y la vulnerabilidad de la naturaleza por la intervención de la técnica del ser humano. Según el autor, la acción humana ha tenido una transformación abrupta en las últimas décadas ocasionando que la naturaleza y la humanidad estén en peligro. En tiempos pasados, las intervenciones de los hombres en la naturaleza eran muy reservadas y no ponían en peligro el equilibrio natural, hoy en día es todo lo contrario, el medio artificial y la explotación del planeta, ponen en peligro la biosfera, la naturaleza, la existencia y esencia humana.

En el primer capítulo de su libro se plantean los cambios a lo largo de la historia de la humanidad, poniendo el acento en la vocación tecnológica del homo sapiens y en lo que esto representa desde el punto de vista de la relación entre el hombre y la naturaleza y de las relaciones entre los hombres. Por lo que se hace evidente que hay ausencia de una ética orientada al futuro, en particular con las que denomina utópicas.

Teniendo en cuenta lo anterior, para los arcaicos la potencia humana era limitada y el mundo infinito, hoy la situación se ha invertido, la naturaleza es débil y se encuentra amenazada, por lo que el ser humano tiene el deber moral de protegerla y ese deber aumenta en la medida que sabe lo fácil que es destruir la vida.

Esto implica que la ética debe tener en cuenta las condiciones globales de la vida humana y de la misma supervivencia de la especie.  Por ello surge la interrogante: ¿por qué nuestro deber es para con el futuro? Jonas parte del principio de que “toda vida plantea la exigencia de vida” éste es un derecho que hay que respetar. Lo que no existe no puede exigir, pero no implica que sus derechos puedan ser vulnerados, es por estos que el filósofo plantea una ética orientada hacia todo lo que todavía no es, “los no nacidos”. El derecho de los no nacidos no se puede fundamentar, pero es necesario pensar en que vendrán, velar por los seres humanos futuros, por ello los del presente deben cuidar la naturaleza para la humanidad del futuro.

Parece que es casi obvia la idea de que debemos ser responsables con el planeta y el futuro porque es lo único que queda por hacer si se quiere la continuidad de la especie, pero a veces las decisiones y actos que se realizan son los que generan los mayores problemas. Por lo menos la mayoría de los individuos no están dispuestos a asumir sus nuevas condiciones de vida para ser responsables con el planeta, a la mayoría se les dificulta vivir sin derrochar energía y asumir las prácticas de ahorro de la misma, es decir, cuesta dejar el consumismo para sólo consumir equilibradamente.

El ideal de la utopía, ha llenado de esperanzas vacías a un grupo de seres humanos que creen que sólo en el futuro, las condiciones de vida que nos llevan al desastre, cambiarán. Los hombres del presente apuestan por hombres del futuro para que éstos arreglen el desastre que ellos dejaron convirtiéndose la utopía en una justificación de los actos humanos en decadencia del planeta. Jonas muestra un claro ejemplo de esta justificación al considerar al hombre del presente como un actor inauténtico viviendo una ética falsa, si alguna carga moral se tiene, esta es subsanada con un voto de confianza en el futuro, porque no queremos seguir haciendo daño al planeta y la solución que se da es que ese proceso de deterioro tenemos, más adelante, las generaciones siguientes podrán llegar a arreglar ese desastre. Ellas serán más conscientes y adoptarán nuevas prácticas, pero ¿qué pasaría si las generaciones futuras siguen pensando de esta forma? Nadie puede afirmar que ellas serán mejores que las nuestras. El futuro del que se habla solo existe en la fantasía, plagada de buenas intenciones. Por esta razón es que Jonas es un enemigo radical de las utopías, el consideraba que en el mundo todo era posible y nada estaba escrito, pero la experiencia de la bomba atómica, de Hiroshima, Nagasaki fueron pruebas suficientes para demostrar que moralmente, la utopía puede acabar siendo la justificación del asesinato a gran escala y de la destrucción del planeta. La utopía decía a los hombres “Tú puedes hacerlo; y, en cuanto puedes, debes”.

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