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Personalismo Y Educacion


Enviado por   •  25 de Abril de 2014  •  615 Palabras (3 Páginas)  •  349 Visitas

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Una filosofía nuestra, que en estos momentos ya tiene un lenguaje a partir de su misma cultura hispana es la del Personalismo comunitario, si bien esta oferta intelectual implica interpretación, pues no requiere de traducciones naturalmente difíciles, como es la filosofía alemana y en general la anglosajona, para que sean aprovechables en nuestra cultura y lenguaje latinos.

La filosofía personalista, pues, es muy de Iberoamérica; aunque también la haya francesa e incluso con representantes italianos (que tienen unión latina con Iberoamérica); y no puedo de dejar de mencionar que en el personalismo también hay representantes alemanes, lituanos, polacos y judíos, y de diversas latitudes con culturas no latinas. Expongo y les propongo, ahora, el cultivo del personalismo hispano, a veces será ineludible la mención de personalistas no latinos.

El líder español de este personalismo es Carlos Díaz, quien nos dice que una filosofía personalista es aquella en la que en el centro del discurso y el pensamiento esté la persona, se trata de una filosofía y educación que se comienza a tejer desde la persona, y más explícitamente atendiendo al cuidado y respeto absoluto de la dignidad de la persona, entendiéndola a ella como fin en sí mismo, nunca como medio.

Ya con lo anterior he dicho cosas íntimas (de hecho lo más íntimo de él es su dignidad) del ser humano entendido como persona; es que no siempre se comprende como persona al ser humano, y ya la indiferencia por la comprensión de la persona es grave, y distinguir al ser humano como persona es urgente.

Es que se ha hecho habitual el atender al ser humano con títulos, por ejemplo, de licenciado, o ingeniero; se dice el licenciado fulano, el doctor sutano, si alguien no posee un título de esos, parece que no tiene reconocimiento humanamente digno; también está la opción de un título no profesional, sino técnico, ser carpintero, plomero, mecánico, etc.

Y una cosa francamente grave [sin satanizar, lo cual es inútil, pero es un fenómeno que hay que atender] es ver cómo entre los jóvenes todos son güeyes o weyes, ya no sólo los varones, sino también las mujeres; y en estas pseudorelaciones juveniles parece que lo más paradigmático del joven de hoy es que sea narcisista, siempre junto a los demás, pero sin relacionarse, pues para que haya comunicación y relación hace falta tener léxico, lo cual es lo más carente entre los jóvenes; ya desde antiguo (pienso en la filosofía griega clásica) la formación del joven había querido ser precisamente moral, para que sea capaz de un atento reconocimiento del otro como prójimo, haciendo comunidad, esto, me parece, hay que recuperarlo.

Se quiere ver lo humano a través del título, aunque sea el de güey/wey; y aplicando esto a la educación, pues resulta que, si bien nos va, pues educamos para que se alcance a tener un título, de manera que las instituciones académicas

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