Pricipios, Practicas Del Ocultismo
zayijoise9 de Agosto de 2013
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PRINCIPIOS
FUNDAMENTALES
DE LA
PRÁCTICA
DEL OCULTISMO
Traducido por
CELIA PASCHERO
Este libro fue pasado a formato Word para facilitar la difusión, y con el propósito de que así
como usted lo recibió lo pueda hacer llegar a alguien más. HERNÁN
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ENSAYO SOBRE LOS PRINCIPIOS
FUNDAMENTALES DE LA PRÁCTICA
DEL OCULTISMO.
La cuestión es ésta: "¿Qué debo hacer para desarrollar los poderes latentes en mi interior?" Si bien no es
posible dar una respuesta directa a semejante pregunta, podemos, en cambio, arrojar algo de luz sobre el tema,
aclarando los principios fundamentales sobre los cuales se establecieron las Escuelas Ocultistas de todos los
tiempos, como instituciones de cultura filosófica, ética y religiosa.
Las Escuelas de los Misterios están integradas por hombres y mujeres iluminados, que han sido aceptados
junto a los inmortales. Alcanzar esta posición superior requiere una suma de trabajo preparatorio casi
inconcebible; pues el hombre que quiera confraternizar con estos avanzados ejemplares de la humanidad, debe
elevarse hasta su mismo plano.
Comprendiendo que nada es más peligroso que la indiscriminada difusión de los secretos ocultos, los Misterios
establecieron sus escuelas con el propósito de guardar, más bien que de revelar el conocimiento. Eran los
originarios y únicos custodios de todas las ciencias y artes divinos, cuyas secretas claves sólo revelaban a
quienes consideraban aptos para recibirlas. Cuanto más aumentan los poderes del hombre, por obra de su
conocimiento, los secretos de las fuerzas sutiles de la Naturaleza no le pueden ser revelados hasta no haber
pasado por estos Misterios, que ponen a prueba sus motivaciones, y que le exigen ciertos patrones de excelencia
moral y filosófica.
Antes de que el candidato esté en situación de comenzar sus estudios de filosofía ocultista (que, si son
completados con éxito, culminarán en su condición de discípulo y en su final admisión en los Misterios), deberá
primero poner las bases familiarizándose con determinados sistemas de ética y conquistar un conocimiento por lo
menos aceptable, de varias artes y ciencias concretas.
1. El candidato debe comprender el valor de la educación. Si bien el ignorante puede ser capaz de desarrollo
espiritual, persiste el hecho de que el progreso ético se ve gravemente retardado por el desconocimiento de las
artes y ciencias prácticas. Al desconocer el gran valor de la disciplina, muchos estudiosos de las ciencias ocultas
ridiculizan los modernos sistemas de educación, que tienen el mérito de disciplinar la mente. Aprender a estudiar
es un prerrequisito del estudio eficaz. Antes de poder pensar, es necesario entrenar la mente en la razón, la
coherencia y la lógica: fundamentos del pensamiento. En un último análisis, todas las artes y ciencias llamadas
prácticas son reflejos de la secreta sabiduría. Un hombre con conocimientos matemáticos no podrá menos que
conocer mejor el plan divino, que quien carece de aquéllos. Pitágoras exigía capacitación en la música, las
matemáticas y la astronomía, a todos los candidatos que desearan ser admitidos en su escuela.
Antes de que el candidato pueda honestamente aspirar a ingresar en el "Templo de la Sabiduría", debe preparar
sus ofrendas y presentarlas en el Templo. La única posible ofrenda que puede hacer, es la de si mismo, y esta
ofrenda sólo es aceptable si resulta útil para la difusión de la sabiduría. Cuanto más cerca de la perfección se
halle aquel vehículo, mayor será su utilidad. Si puede hablar una considerable cantidad de idiomas, tiene una
positiva ventaja. Si es un experto en química, o está dotado para la oratoria y tiene claro pensamiento posee
valiosas aptitudes que pueden rápidamente ponerse al servicio de la humanidad. Si el candidato, a pesar de su
sinceridad, se presenta a la puerta del Templo ignorante y sin preparación, es necesario, en primer lugar,
pertrecharlo para su trabajo. Este entrenamiento preparatorio requiere años. La persona deseosa de consagrarse
desinteresadamente al servicio de Dios - primer requisito para entrar en el Templo - ciertamente debería anhelar,
primeramente, educarse aprendiendo cuanto el mundo material y concreto puede enseñarle. Nunca debe buscar a
los Maestros de la sabiduría hasta no tener algo de positivo valor para ofrecerles, pues la utilidad está, en gran
medida, determinada por la inteligencia.
2. El candidato debe comprender la importancia de la continuidad. La maldición del mundo moderno estriba en
su incapacidad para concluir las empresas que comienza. Así como el niño comienza muchas cosas pero no
completa ninguna, así, también, el hombre de mente infantil vacila entre varias actividades. El fracaso en lograr
algo es el resultado de dispersar las energías mentales tratando de abarcar áreas demasiado grandes. El hombre
no debería cultivar cualidad más esencial para su bienestar espiritual, que aquélla de terminar lo que comienza.
No es posible conquistar el éxito en el mundo material sin un desarrollo, por lo menos razonable, del poder de
continuidad. Esto mismo vale para las cuestiones referentes al ocultismo. Una persona que estudia varias
Corrientes filosóficas, puede considerarse a sí mismo como un hombre de mente amplia, pero si no lleva ninguna
de dichas corrientes hasta su culminación satisfactoria, es, en realidad, un "cabeza de chorlito". Una y otra vez,
esa persona se desvía y ensaya un nuevo camino, cuando unos pocos pasos más en la senda antigua, le
hubieran acercado a la meta.
3. El candidato debe reconocer sus deudas con la sociedad. Si en su afán por desarrollar su naturaleza
espiritual, el candidato descuida las tareas cotidianas que le han sido asignadas en el mundo material, no
alcanzará jamás la verdadera espiritualidad. Cada individuo que nace al mundo físico tiene obligaciones, que si no
son asumidas por él, deben recaer sobre otros. Entre los hindúes, por ejemplo, la deuda que el brahmín contrae
con la raza que le dio nacimiento, es muy profundamente sentida. Esta deuda no queda saldada hasta que el
brahmín tiene a su vez un hijo varón, al que prodigará los cuidados y atenciones que antes recibiera él de sus
padres.
¡Desgraciados de quienes descuidan a los suyos para servir a su Dios!. En este mundo es necesario, primero,
merecer el derecho a las horas libres, que son esenciales para el mejoramiento personal. La razón principal de los
problemas que constantemente abruman a las personas, estriba en el hecho de que éstas buscan rehuir, en todo
momento, esos problemas. Muchos dicen: "La vida no es otra cosa que una dificultad tras otra". cuando, en
realidad, se trata de la misma dificultad que se presenta una y otra vez, porque no se la domina. Se obliga al
candidato a enfrentar y solucionar cada problema en su vida. De esta manera se eliminan las confusiones, y se
logra más tiempo libre para el progreso ético. Los prosaicos deberes de la vida diaria son los elementos con los
que se plasma el carácter, y quienes no pueden hacerles frente, tampoco sirven para las cosas espirituales, como
no sirven para las cosas materiales.
El desarrollo ocultista es un proceso extremadamente lento. A menudo son imperceptibles los resultados del
tiempo y la energía empleados. Esto produce desaliento, el candidato abandona la lucha, considerando que la
tarea que tiene por delante es desesperante. El desaliento es una de las tentaciones que los Misterios ponen en
el camino del candidato, pues en cuestiones espirituales, aquel que puede ser desalentado no merece ser
animado. Es por medio del desaliento que se eliminan las mentes mediocres. Reconociendo la dificultad de
conservar la continuidad mental, los Misterios exigen esto de sus candidatos, pues sólo quienes, año tras año,
luchan persiguiendo un mismo fin, tanteando en la oscuridad, pero con perfecta y recta fe, merecen entrar al
Templo: la Morada de los Inmortales.
4. El candidato debe conocer la importancia de las motivaciones. Un análisis de las motivaciones generalmente
revela que éstas son básicamente egoístas, no importa cuán altruistas parezcan ser. Solamente quienes
emprenden el estudio del ocultismo con los móviles más elevados y desinteresados, pueden aspirar al éxito en
esta ciencia superior. En la época actual, casi todas las personas tienen motivaciones ulteriores, la mayoría de
los cuáles se centran en el engrandecimiento del no-ser individual, equivocadamente considerado como el Ser
verdadero. Deseamos el poder, para ser reconocidos como poderosos, aspiramos a la sabiduría, para que se nos
salude como sabios; frecuentamos a las personas importantes, en la esperanza de poder llegar
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