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Pál Pelbart, P.: "¡Eu(reka)!" En Filosofía De La Deserción. Nihilismo, Locura Y Comunidad


Enviado por   •  13 de Noviembre de 2012  •  1.334 Palabras (6 Páginas)  •  844 Visitas

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Cada vez nos sentimos más extrañados ante los nuevos modos de pensar, de sentir, de fantasear... Nuestra intimidad se ve cada vez más atrapada en aparatos de codificación y captura.

Subjetividad y posmodernidad

Según Jameson, el capitalismo tardío habría colonizado dos lugares hasta el momento, inviolables: la Naturaleza y el Inconciente.

El inconciente fue acaparado por los medios, la industria publicitaria. Los costos que se pagan al impregnar el capitalismo nuestra esfera subjetiva constituyen aquello llamado POSMODERNISMO:

a. Descontextualización de los objetos.

b. Privilegio de la superficie

c. Imperio del simulacro.

d. Fin de las hermenéuticas de la profundidad.

e. Desaparición de la idea de represión, bajo los pares:

e.1. Autenticidad vs. inautenticidad

e.2. Alienación vs. desalienación.

f. Fin del sujeto centrado (ego burgués) y sus psicopatologías.

g. Palidecer de los afectos.

h. Desvanecimiento del tema del tiempo, la memoria y el pasado al irrumpir el eterno presente.

Debemos pensar de un modo más claro la relación entre subjetividad y posmodernismo. El capitalismo globalizado tomó la subjetividad y la hizo prevalecer en su propia lógica. Las tecnologías de la información y la comunicación operan sobre la misma subjetividad humana, su memoria, sensibilidad, y afectos.

2 consecuencias visibles de esta embestida capitalista hacia la subjetividad:

1. La subjetividad ganó terreno con un dominio propio y relevante. Foucault dice: ": "...el objetivo principal hoy no es descubrir qué somos, sino rechazarlo"

2. Al fabricar el capitalismo nuestra subjetividad, pudimos deshacernos finalmente del mito de que nacemos con cierta subjetividad. Finalmente, podemos comprender que la subjetividad se construye.

Fabricación de la subjetividad

Nietzsche ya había mostrado cuanta violencia y crueldad se precisaba para moldear al hombre y convertirlo en un "ser moral".

Métodos célebres evocados por Nietzsche: las pedradas, los empalados, las laceraciones o el pisoteo con caballos, el cocinado del criminal en aceite o vino hirviendo, el popular despellejamiento, la ablación de la carne del pecho, etc.

Las nuevas formas de modelar el cuerpo son más suaves, permitiendo convertir a éste en un ente manejable, dócil, erotizado, etc. Lo que le molesta a Nietzsche cuando proclama "estamos cansados del hombre", es que éste se haya convertido en una larva mediocre e insulsa, empequeñecida.

El hombre aprisionó la vida, por eso es necesario liberarla. Cuando el poder toma por asalto la vida, la resistencia invoca el poder de la vida.

¿Pero como enfrentar las fuerzas que históricamente han domesticado al ser humano? No debemos olvidar que nada está determinado y que el ser humano es un gran experimentador consigo mismo.

La subjetividad contemporánea bajo una triple determinación:

a. Forma-hombre, históricamente esculpida.

b. Las fuerzas que ponen en jaque esta forma-hombre.

c. El experimentador consigo mismo.

Las nuevas fuerzas

¿Cuáles son las nuevas fuerzas que están deshaciendo la forma-hombre vigente?

¿Qué fuerzas hasta ahora desconocidas nos fuerzan hoy a nuevas configuraciones, o a nuevos "otramientos", según el término acuñado por Fernando Pessoa, él que era especialista en el asunto de volverse otro, de "otrarse"?

Si el capitalismo requiere una subjetividad plástica, esta misma plasticidad reinventa sus pliegues, resistencias y estrategias. Recrea también sus zonas oscuras, sus extensiones físicas y psíquicas, su erotismo.

De ahora en más el cuerpo humano debe ser concebido con sus extensiones tecnológicas y nerviosas.

El capitalismo desterritorializa a los sujetos de sus lugares naturales,

pero ellos se reterritorializan sobre nuevas identidades arcaicas o mediáticas.

La nueva nomadización puede significar una refluidificación abierta a nuevas sensibilidades.

Sería lamentable intentar volver a una identidad del pasado, que ya se encuentra desgarrada por todos lados.

Sujeto y subjetividad

Habría que incorporar a la nueva concepción de subjetividad una nueva dimensión abierta a la exterioridad, la pluralidad y la diferenciación, dimensiones que a partir de Descartes difícilmente estaban implicadas (Pienso, luego existo, pero mi pensamiento es individual sobre mi existencia).

Hegel definió al sujeto como "lo que puede retener en sí su propia contradicción", en una estructura de relación consigo y de reapropiación. Es la unidad ideal presupuesta, una presencia en sí, una conexión con la conciencia.

Este sujeto conciente sufrió

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