RAICES CULTURALES
ICORLOP26 de Abril de 2013
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Isaac Cortés López
=Ciencias de la Educación Mixto=
*2do. Cuatrimestre *
Rodolfo René Núñez Franco
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INTRODUCCION--------------------------------------------------------------------------
1.1 EXPOSICIÓN DE LA PREGUNTA POR EL SENTIDO DEL SER------------ 1
1.2 NECESIDAD DE UNA REPETICIÓN EXPLÍCITA DE LA PREGUNTA POR EL SER---------------------------------------------------------------------------------------- 2
1.3 LA ESTRUCTURA FORMAL DE LA PREGUNTA POR EL SER------------- 3
1.4 LA TAREA DE UNA DESTRUCCIÓN DE LA HISTORIA DE LA ONTOLOGÍA -------------------------------------------------------------------------------- 4
1.5 LA IDEA DE LA MUNDANEIDAD DEL MUNDO EN GENERAL-------------- 5
1.6 EL SER DEL DASEIN COMO CUIDADO-------------------------------------------- 6
=INTRODUCCIÒN=
Martin Heidegger nace en Messkirch Alemania en 1889. Su formación filosófica se vio asediada por las tendencias metafísicas de Aristóteles y los escolásticos, al igual que la obra de Bretano. En 1911 pasa a estudiar filosofo neocantino Rickert , en 1914 se gradúa con las tesis “la doctrina del juicio en el psicologismo”. Al año siguiente pasa a la docencia en esa misma universidad. En 1916, conoce al fundador de la fenomenología Edmund Husserl en la universidad de Friburgo. Se alista en las filas del ejército alemán en la primera guerra mundial, su magisterio en Marburgo data de 1923, donde recibe la influencia de los escritos axiológico- antropológicos de Sèller. Prepara después su obra fundamental “ el ser y el tiempo” que fue publicada en 1928, la cual fue dedicada a Husserl , ese mismo año es nombrado catedrático de la universidad de Friburgo. En 1933 es nombrado rector de la universidad, cargo que abandona en 1944 tras la ocupación de las fuerzas francesas en la segunda guerra mundial. Heidegger era un ferviente seguidor del nacionalsocialismo, y en la cual aspiraba a convertir su filosofía en la doctrina oficial del partido. En 1966 decide cobijarse en la soledad a vivir en su casa de campo en Todnauberg, hasta que muere en 1976.
EXPOSICIÓN DE LA PREGUNTA POR EL SENTIDO DEL SER
. El “ser” es un concepto evidente por sí mismo. En todo conocimiento, en todo enunciado, en todo comportamiento respecto de un ente, en todo comportarse respecto de sí mismo, se hace uso del “ser”, y esta expresión resulta comprensible “sin más”. Cualquiera comprende: “el cielo es azul”; “soy feliz”, y otras cosas semejantes. Sin embargo, esta comprensibilidad de término medio no hace más que demostrar una incomprensibilidad. Esta incomprensibilidad pone de manifiesto que en todo comportarse y habérselas respecto del ente en cuanto, subrayarse a prioridades. El hecho de que ya siempre vivamos en una comprensión del ser y que, al mismo tiempo, el sentido del ser esté envuelto en oscuridad, demuestra la principal necesidad de repetirla pregunta por el sentido del “ser”. La apelación a lo obvio en el ámbito de los conceptos filosóficos fundamentales, y sobre todo con respecto al concepto de “ser”, es un dudoso procedimiento, si es verdad que lo “obvio” y sólo lo obvio ”los secretos juicios de la razón común” debe ser y continuar siendo el tema expreso de la analítica el que hacer de los filósofos “La consideración de los prejuicios nos ha hecho ver que no sólo falta la respuesta a la pregunta por el ser, sino que incluso la pregunta misma es oscura y carece de dirección. Por consiguiente, repetir la pregunta por el ser significa: elaborar de una vez por todas en forma suficiente el planteamiento mismo de la pregunta. La estructura formal de la pregunta por el ser. La pregunta por el sentido del ser debe ser planteada sí ella es una pregunta fundamental, o entonces este cuestionarse requiere ser hecho transparente en la forma debida. Por esto, será necesario explicar brevemente lo que pertenece a toda pregunta en general, para poder comprender desde allí el carácter particularísimo de la pregunta por el ser. Todo preguntar es una búsqueda. Todo buscar está guiado previamente por aquello que se busca. Preguntar es buscar conocer el ente en lo que respecta al hecho de que es y a su ser‐así. La búsqueda cognoscitiva puede convertirse en investigador Ciertamente que no!, sino: acerca del Ser (Seyn) no puede decidirse nada recurriendo a este tipo de conceptos. Heidegger en castellano es decir, en una determinación descubridora de aquello por lo que se pregunta.
NECESIDAD DE UNA REPETICIÓN EXPLÍCITA DE LA PREGUNTA POR EL SER
En la pregunta por el sentido del ser no hay un “círculo en la prueba”, sino una singular “referencia retrospectiva o anticipativa de aquello que está puesto en cuestión el ser al preguntar mismo en cuanto modo de ser de un ente. Que el preguntar quede esencialmente afectado por lo puesto en cuestión, pertenece al sentido más propio de la pregunta por el ser. Pero esto no significa sino que el ente que posee el carácter del Dasein tiene una relación quizás incluso privilegiada con la pregunta misma por el ser. Pero con esto, ¿no queda ya mostrada la primacía ontológica de un determinado ente, y a la vez presentado el ente ejemplar que debe ser primariamente interrogado en la pregunta por el ser Las consideraciones he‐chas hasta aquí no han demostrado la primacía del Dasein, ni han zanjado el problema de su posible o incluso necesaria función como ente que debe ser primariamente interrogado. Pero, en cambio, se ha hecho presente algo así como una primacía del Dasein. La primacía ontológica de la pregunta por el ser. Con la caracterización de la pregunta por el ser al hilo de la estructura formal de toda pregunta en cuanto tal, se ha aclarado el carácter peculiar de esta pregunta, y se ha hecho ver que su elaboración y, más aun, su respuesta, demanda una serie de consideraciones fundamentales. Pero el carácter particular de la pregunta por el ser sólo saldrá plenamente a luz cuando se la haya delimitado suficientemente en su función, en su intención y en sus motivos. Hasta aquí se ha motivado la necesidad de una repetición de la pregunta, en parte, en lo venerable de su origen, pero, sobre todo, en la falta de una respuesta determinada e, incluso, en la ausencia de un planteamiento suficiente de la pregunta misma. Pero podría desearse también saber para qué ha de servir esta pregunta. ¿Se queda ella en una pura especulación en el aire sobre las más universales generalidades? ¿Es tan sólo eso? ¿O es, por el contrario, la pregunta más fundamental ya la vez la más concreta? Ser es siempre el ser de un ente. El todo del ente, según sus diferentes sectores, puede convertirse en ámbito del descubrimiento y la delimitación de determinadas regiones esenciales.
LA ESTRUCTURA FORMAL DE LA PREGUNTA POR EL SER
Esta comprensión del ser puede fluctuar y desvanecerse cuanto se quiera, puede moverse incluso en el límite de un mero conocimiento de la palabra, pero esa indeterminación de la comprensión del ser de la que ya siempre disponemos es, ella misma, un fenómeno positivo, que necesita ser aclarado. Sin embargo, una investigación sobre el sentido del ser no puede pretender dar esta explicación al comienzo. La interpretación de la comprensión mediana del ser sólo alcanzará su indispensable hilo conductor cuando se haya elaborado el concepto de ser. A la luz del concepto y de las formas de comprensión explícita que le son propias será posible establecer lo que significa una comprensión del ser oscura o todavía no aclarada, y cuáles son las especies posibles y necesarias de oscurecimiento y de obstáculo para una aclaración explícita del sentido del ser. La comprensión del ser mediana y vaga puede estar, además, impregnada de teorías y opiniones tradicionales acerca del ser, y esto puede ocurrir de tal manera que estas teorías queden ocultas como fuentes de la comprensión dominante. Lo buscado en la pregunta por el ser no es algo enteramente desconocido, aunque sea, por lo pronto, absolutamente inaccesible Lo puesto en cuestión en la pregunta que tenemos que elaborar es el ser, aquello que determina al ente en cuanto ente, eso con vistas a lo cual el ente, en cualquier forma que se lo considere, ya es comprendido siempre. El ser del ente no “es”, él mismo, un ente. El primer paso filosófico en la comprensión del problema del ser consiste en “no contar un mito”, es decir, en no determinar el ente en cuanto ente derivándolo de otro ente, como si el ser tuviese el carácter de un posible ente. El ser, en cuanto constituye lo puesto en cuestión, exige, pues, un modo particular de ser mostrado, que se distingue esencialmente del descubrimiento del ente. Por lo tanto, también lo preguntado, esto es, el sentido del ser, reclamará conceptos propios, que, una vez más, contrastan esencialmente con los conceptos en los que el ente cobra su determinación significativa. Si el ser constituye lo puesto en cuestión, y si ser quiere decir ser del ente, tendremos que lo interrogado en la pregunta por el ser es el ente mismo. El ente será interrogado, por así decirlo, respecto de su ser. Para que el ente pueda presentar, empero, sin falsificación de los caracteres.
LA TAREA DE UNA DESTRUCCIÒN DE LA HISTORIA DE LA ONTOLOGIA
Si la respuesta es “nueva”, es algo que carece de importancia y no pasa de ser una pura exterioridad. Lo positivo en ella debe estar en que sea lo suficientemente antigua como para aprender a hacerse cargo de las posibilidades deparadas por
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