Resumen Antropología Vilosofica
Uriiel7 de Mayo de 2013
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CAPITULO X. HISTORIA
Esta rama de la filosofía no siempre ha formado parte de ella. Si bien los pensadores han reflexionado desde el principio de la historia de las ideas acerca de sí mismos, la constitución de un campo más o menos autónomo que intente dar respuesta a la pregunta antropológica sólo se ha dado en las primeras décadas del siglo XX, especialmente entre la primera y la segunda guerras mundiales; cuando algunos pensadores alemanes formalizaron el problema antropológico.
Ya los antiguos griegos habían dicho mucho acerca del Hombre, si bien en los primeros estadios del pensamiento filosófico parece que el interés era la naturaleza del universo físico, el cosmos, ya Heráclito de Éfeso (s VI a. C.) mostró una cierta preocupación, a través de la “búsqueda interior” que declaró haber hecho. Poco más tarde Platón y Aristóteles hicieron otras formulaciones sobre el tema, este último privilegió la razón sobre las demás capacidades del H, nos dijo que ella es la que lo diferencia de los demás seres vivos, agregando que todo sujeto está determinado a llevar una vida de relación con otros hombres.
Muchos pensadores medievales retomaron estos conceptos y los reformularon a la luz de la fe. San Agustín o Santo Tomás de Aquino trataron de conjugar la razón, que consideraban imperfecta, con la gracia divina que Dios le da al hombre para que pueda superar su limitación.
Desde el Renacimiento y la Modernidad hay diferentes conceptos antropológicos que en la mayoría de los casos se basaron en un tipo de razón que mejoraría al H, el progreso. Para Thomas Hobbes, el H es un ser q está en igualdad de condiciones con sus pares, lo que provoca rivalidades entre ellos, al punto de volverse enemigo de otros H. Por desconfianza, competencia y búsqueda de gloria, se llega a la guerra de todos contra todos, el estado de naturaleza según Hobbes. En ese estado, no se puede estar seguro, no se puede producir, crear ni progresar. Mediante la razón, hacen un pacto entre todos, que da origen al Estado.
Por ejemplo, Ernst Cassirer reformula la racionalidad humana, demostrando que es necesario ampliar la vieja noción de racionalidad. Define al hombre como un “animal simbólico”. El H tiene una capacidad de simbolización; la capacidad de elaborar respuestas ante los estímulos que recibe; en cambio, los animales responden inmediatamente a los estímulos. El símbolo, elemento de mediación, le permite ampliar el mundo en el que habita. El primer símbolo es el lenguaje articulado. El lenguaje amplía el mundo porque lo libera de su realidad concreta: por ejemplo, cuando lee una novela puede “trasladarse” a un mundo diferente de aquel en el que vive. Los mitos, la religión y el arte son otros ejemplos de símbolos en los que Cassirer se apoya para fundamentar su definición de Hombre, mostrando que sirven para independizarse de su tiempo, su espacio y sus circunstancias.
CAPITULO XI. CIENCIA
Es una ciencia excelente y sublime, posee una altísima dignidad, resulta quizá el saber más servicial de todos en cuanto se desarrolla el hombre: es la ciencia directiva y orientadora de todos sus conocimientos y de todas las actividades.
Toda actividad humana depende del conocimiento, cuanto la actividad humana se aparta de la verdad o la ignora sus actos de libertad se corrompen.
En la actualidad ofrecen las maravillas de una civilización técnica sorprendente e inconsumerable, reclaman angustiosamente la presencia y orientación d una sabiduría de lo humano, una antropología, que recupere el puesto directivo del ser hombre del universo, el hombre mas vale por lo que tiene que por lo que fabrica.
En el contenido objetivo de la ciencia se olvidan y borran estos rasgos individuales, pues uno de los propósitos principales
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