Resumen sobre la estética- Filosofía

Speaker 1 (00:00)

Que es la estética. La estética es la rama de la filosofía que estudia las formas y las emociones estéticas. Se suele confundir a la estética con la filosofía del arte, pero lo cierto es que la filosofía del arte es sólo una parte de la estética, ya que la estética como disciplina también abarca el análisis de las formas estéticas en la naturaleza y no sólo en el arte. Otro error típico es definir a la estética como la disciplina filosófica que se encarga del análisis de lo bello. Esta definición es también parcial, ya que la estética analiza otros sentimientos estéticos como lo feo, lo cómico, lo trágico, etcétera Aunque la reflexión sobre lo bello, el arte, las emociones estéticas, etcétera están ya presentes, al menos en Platón y Aristóteles. No será hasta el siglo xviii cuando esta disciplina de la filosofía despegue totalmente del tronco de la metafísica y se establezca como una rama importante e independiente. De hecho, no será hasta mediados del siglo 18 cuando el filósofo racionalista alemán Alexander Baumgarten acuñó el término de estética para titular su obra sobre el conocimiento sensible.

Speaker 1 (01:09)

La estética ha pretendido abarcar multitud de problemas y sigue siendo objeto de estudio en las facultades de Arquitectura, Bellas Artes, Periodismo y, por supuesto, filosofía. Que es lo bello y lo feo. La belleza tiene como fundamento esencial la libertad, no entendida sólo éticamente, sino en el sentido general de espontaneidad. Esta espontaneidad está presente absolutamente en el cumplimiento espontáneo del deber ético, pero también está presente en los procesos orgánicos y dinámicos de la naturaleza que canta el arte. En su libro La estética del Orfeo, el filósofo hegeliano Carlos en Kant, entiende la belleza como espontaneidad y, por contra, a la fealdad como falta de naturalidad, de gracia. La ausencia de forma y la incorrección, que son rasgos habituales en la vida, encuentran su fundamento genético en la falta de libertad, según nuestro autor. Lo bello, en general, surge de la contraposición de lo sublime con lo bello placentero. Lo bello sublime representa la infinitud de lo bello, mientras que lo bello, placentero. La finitud, la belleza general no es ni finita ni finita unilateralmente, sino que comparte ambos rasgos.

Speaker 1 (02:27)

Rosencrantz, al contrario de Kant, no sitúa lo sublime como opuesto a lo bello, sino como una forma. La forma infinita de lo bello, en este sentido, es original no sólo frente a la postura kantiana, sino también a la tradición estética sobre lo sublime que partir, al menos desde el fulgor que para otros en Kant lo pseudo no es una mera ausencia de lo bello, ni podemos decir que aquello que no cae dentro de la categoría de lo bello pasa automáticamente a lo feo. Por ejemplo, un problema de aritmética no es bello, pero tampoco feo. Lo feo no es, por lo tanto, la ausencia de lo bello, pero sí su negación positiva. Esto hace que lo feo sea, a todos los efectos, un concepto relativo y en concreto relativo al verlo como su negación. Si la bella no fuera, no podría ser lo feo que existe únicamente como negación de aquello. Lo bello es una idea originaria de lo feo secundario. Rosencrantz, como buen vegetariano, considera esta oposición como dialéctica de tal manera que lo bello ocupa el lugar de la tesis positividad y lo feo el de la antítesis negatividad.

Speaker 1 (03:36)

Lo bello está enfrentado a lo feo por antonomasia. Es sólo bello en la medida en que no es feo. Pero lo bello no necesita de lo feo ontológicamente. Lo feo necesita lo bello de esta manera, sino dialécticamente, como peligro interno que amenaza su naturaleza como contradicción esencial. Palabras mayores. Entre los filósofos más destacados que han aportado a la teoría de la estética se encuentran Platón. También decimos que hay algo de en sí y bueno en sí. Y análogamente, respecto a todas aquellas cosas que posturas vemos como múltiples, las postulamos como siendo una unidad de acuerdo con una idea única, y llamamos a cada una lo que es Aristóteles, puesto que lo bello, sea animal o cualquier otra cosa compuesta de algunas, no solamente debe tener ordenadas sus partes, sino además con magnitud determinada, y no al acaso, porque la belleza consiste en magnitud y orden como en cuerpos y animales. Es sin duda necesaria una magnitud más visible, toda ella de vez de parecida. De manera que llamas y argumentos deben tener una magnitud tal que resulte fácilmente repetible por la memoria.

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