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drmahb8 de Noviembre de 2013
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1. Antecedentes y fundamentos
1.1 Antecedentes
El tema central de este trabajo es la tecnología. Pero enunciado así, llanamente, el espectro de la
investigación es tan amplio que es humanamente inabarcable. Es necesario precisar a lo que se hará
referencia. Por ello en este capítulo se expondrán una serie de restricciones preliminares que
delimitan la temática y el abordaje de la misma. Adelantando un poco el problema, éste puede
formularse así: existe evidencia empírica y documentada en la que se ha registrado reiteradamente
la acción de la tecnología sobre el individuo o sujeto. El fenómeno anteriormente delineado es lo
que se llama aquí una “inducción de subjetividad”1. Pero dicha evidencia ha sido soslayada por los
estudios de la filosofía de la tecnología y es precisamente ese descuido el que se toma como
problema central de esta investigación.
Ahora bien, aclarado el punto anterior, y antes de iniciar formalmente con el problema de esta
indagación, hay que hacer una consideración previa. Inicialmente habrá que evaluar algunos
antecedentes que en gran medida explican el origen y la motivación de dicha investigación. Con
estos antecedentes se ha obtenido por vía negativa un derrotero a seguir. Llegar a este punto ha
dotado a nuestro estudio de un marco de referencia que acota el interés presente por el problema
enunciado. Sin embargo hay que describir retrospectivamente cómo se llegó al problema enunciado
y de este modo, el marco para que su abordaje adquiera sentido. A partir de la experiencia
académica en los seminarios de la línea de investigación de “racionalidad contemporánea” se llego
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Vid infra, Parte II, Cap. 5, 5.5
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a la formulación de que la tecnología es un evento epistemológicamente desconocido , lo que da
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como resultado un automático desfase de las teorías filosóficas tradicionales respecto al fenómeno
mismo.
En consecuencia había que buscar y “calibrar” un enfoque alternativo que permitiese encontrar los
rasgos característicos de la tecnología y que fuesen auxiliares para mostrar su carácter inédito en la
historia de nuestra especie. El enfoque alternativo al que se hace referencia proponía que el rasgo
definitorio de la tecnología lo constituye el uso de “energías no-disponibles en la naturaleza” . Ese
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supuesto, se pensó entonces, demostraba que es ahora, y no antes, cuando existen condiciones
productivas y de aprovechamiento de esas energías no conocidas en la historia de la especie
humana. Con ello se pensaba que se había obtenido un rasgo característico de la tecnología. Pero lo
que habría que aclarar es cómo se obtuvo esa conclusión.
Cuando se intenta -como de hecho se ha intentado hacerlo- definir la tecnología mediante el
enfoque de las energías emergentes, se corre el riesgo de no lograr mostrar con claridad cómo es
que la energía eléctrica o nuclear son por sí mismas evidencias de la “esencia” de la tecnología.
Parecía entonces que el aserto anterior no era sostenible. Pues, pensándolo bien ¿qué factor es el
determinante para que esas energías sean una diferencia entre las “eras técnicas” y la actual
tecnología? Claramente su función en el entorno social viene con celeridad al pensamiento.
La diferencia reside en el “modo de producción” de esas energías, un modo que implica una
revolución en la totalidad del desarrollo científico, técnico, industrial y administrativo en conjunto.
Y es claro desde la perspectiva que nutre esta investigación que el motor en cada época histórica y
al mismo tiempo su modo de producción particular son las comunidades y organizaciones
-autarquícas o heterarquícas- de trabajadores: esclavos, siervos, obreros o consumidores. En otras
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Esas formulaciones se encuentran consignadas en: Hernández, M. A., Poder en la escena contemporánea,
Guanajuato, UG, 2004. Tesis presentada para obtener el grado de Licenciado en Filosofía, y Hernández, M. A.,
Tecnología y energía en la escena contemporánea: Conocer es intervenir, Guanajuato, UG, 2007. Tesis presentada
para obtener el grado de Maestro en Filosofía. En el primer caso las referencias al mundo de la técnica y la
tecnología se orientan a sugerir superficialmente las relaciones entre poder y tecnología. En el caso de la segunda
investigación una de las conclusiones no-consignadas explícitamente (en efecto, la cuestión de la subjetividad) es la
que ofrece un base para la investigación presente.
“Tales energías no disponibles, difieren de la animal, la eólica, la hidráulica, etcétera. Ni siquiera los combustibles
fósiles podrían incluirse en esta categoría, aunque dentro del sistema de complejidad tecnológico aparecen como
concomitantes con otras energías v. gr. la electricidad. Esas otras energías poseen características peculiares. Aunque
la electricidad y la energía nuclear son generadas a partir de materias primas extraídas de la naturaleza, los procesos
que implican su producción exceden la técnica, es decir la formas de hacer las cosas de cualquier civilización de la
antigüedad, la edad media o la modernidad en tanto sus formas de obtención energética. El orden contemporáneo es
producto de energías no-disponibles en la naturaleza, lo que no significa que no estén disponibles en la realidad. Es
aquí donde el principio de intervención aparece claramente. La generación de estados no-naturales no implica que su
existencia sea imposible. En ese sentido, y sólo en ese es que la naturaleza es una construcción humana. Aquí, lo que
se postula es que los límites de lo posible y lo cognoscible pueden ser intervenidos. Y las energías de la época
tecnológica son generadas e intervenidas”. Hernández, M. A., Tecnología y energía en la escena contemporánea:
Conocer es intervenir, Guanajuato,UG, 2007. P. 102.
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palabras: más que las energías propias de la época tecnológica lo que define a ésta son precisamente
los colectivos que producen la tecnología: las redes de intersubjetividad de la sociedad
contemporánea.
Puede contra-argumentarse en este punto que dicha afirmación podría ser equivalente para
cualquier otra época histórica. Efectivamente, y ahí radica la riqueza misma de la propuesta del
análisis de la organización de la producción en la actualidad, del trabajo, del trabajador, etcétera. Lo
que se quiere poner de manifiesto es precisamente ese aspecto que hace de nuestro tiempo algo
como lo que es. Por ejemplo la producción industrial de energías, ésta no implica una súbita
transformación en los conocimientos científicos y técnicos sino un desarrollo gradual. La evidencia
histórica así lo afirma.4 Para llegar a dicha clase de producción se debió empezar por algún lado, es
decir, las redes intersubjetivas inmiscuidas en la producción de “energías no-disponibles en la
naturaleza” no salieron de la nada (a pesar de haber existido hasta recientemente) sino que tuvieron
su génesis en la misma época de la industrialización. Además debe señalarse y recalcarse que no se
hace referencia exclusiva al obrero que al ser parte de un “sistema de maquinaria” carece de
conocimiento, está alienado de lo que hace merced a la fragmentación propia en el proceso de
“división del trabajo” y generación de capital. También se hace referencia al poseedor de nuevos
saberes especializados como es el caso del ingeniero o el científico.
El momento en que las condiciones productivas requieren de más redes intersubjetivas de
especialistas en un número creciente es propiamente el momento de la tecnología. De ello trata la
primera parte de este trabajo de investigación. En la segunda parte se verá qué es lo que tienen en
común esas formas de vida y redes de intersubjetividad. La propuesta es que la característica de la
tecnología que se busca identificar no se encuentra en un esquema de los objetos tecnológicos
(como las redes de distribución eléctrica) sino en la producción y transformación o “inducción de
subjetividades”. Por ello afirmar que “energías no-disponibles en la naturaleza” definen lo
característico de la tecnología por sí sola, sólo es certera en tanto que se le considere sólo como el
paso previo para la investigación sobre las formas de comportamiento específicas de estas redes de
intersubjetividad en la época de la tecnología.
1.1.1 Marco restrictivo
Una vez expuesta la vía mediante la que se ha obtenido un marco restrictivo hay que puntualizar
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Dos textos que son una buena muestra de este enfoque son: Smith, C.; The Science of Energy: A Cultural History of
Energy Physics in Victorian Britain; Gran Bretaña; The University of Chicago Press; 1998. También: Schivelbusch,
W., Disenchanted Night: The Industrialization of Light in the Nineteenth Century, Los Angeles CA, The University
of California Press, 1995.
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las pautas que conforman dicho marco y que directamente pueden ser rastreadas hasta la
investigación base de este trabajo de indagación.
a) En primer
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