TAXONOMIA CURRICULAR
melina_pimentel2 de Junio de 2012
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SCHELLING
El interés dominante de Schelling se dirige a la naturaleza y al arte-, sobre todo en los primeros escritos, que se resienten de la influencia de Fichte, este interés se presenta como predominante. Situada entre el subjetivismo absoluto de Fichte y el racionalismo absoluto de Hegel, la especulación de Schelling tuvo que luchar en dos frentes y, aceptando el mismo principio de la infinitud, que era la base de uno y otro, intentó revestir este principio de un carácter de objetividad o de realidad que lo hiciese apto para explicar el mundo de la naturaleza y del arte.
SUS ESCRITOS
El primer escrito de Schelling en desarrollado en 1792 es la disertación de interpretación alegórica del pecado original. Después publicó su primer ensayo filosófico, inspirado en Fichte, Sobre la posibilidad de una forma de filosofía en general (1795). En el mismo año publicó El yo como principio de la filosofía o lo incondicionada en el saber humano. Siguieron: Cartas filosóficas sobre el dogmatismo y criticismo (1796); Visión universal de la nueva literatura filosófica (1797); Ideas de una filosofía de la naturaleza (1797); El alma del mundo (1798); Primer proyecto de un sistema de filosofía de la naturaleza (1799). En 1800 apareció el Sistema del idealismo trascendental, que es el escrito más completo y más ordenado de Schelling. En 1800-01, Schelling publicó "La revista de física especulativa", que contiene, entre otros trabajos, su Exposición de mi sistema. En 1802 publicó el diálogo Bruno o el principio natural y divino de las cosas; y en 1802-03 publicó el "Diario crítico de la filosofía", donde aparecen sus escritos junto con los de Hegel. Las lecciones sobre el método del estudio académico (1803) son una exposición popular de su sistema. A ellas siguieron en 1804 el escrito Filosofía y religión, un ensayo Sobre la relación de lo real y lo ideal en la naturaleza y otro Sobre la verdadera relación de la filosofía de la naturaleza con la doctrina de Fichte revisada y corregida (1806). De 1807 es el discurso Sobre la relación del arte plástico con la naturaleza. La dirección teosófica comienza con el escrito Indagaciones filosóficas sobre la esencia de la libertad humana, que apareció en 1809. Y con esta obra se puede considerar como concluida la producción literaria que Schelling quiso hacer pública.
Excepto 2 escritos uno contra Jacobi en 1812 y otro Sobre las divinidades de Samotracia en 1815, Schelling no publicó en los últimos cuarenta y cinco años de su vida más que un prólogo a la traducción alemana de los Fragmentos filosóficos de Cousin en 1834 y los preliminares de su enseñanza en Berlín. Los cursos que dio en Berlín y que representan la última fase que él llamó positiva, de su pensamiento, Filosofía de la mitología y Filosofía de la revelación, fueron publicados por su hijo después de su muerte.
LO INFINITO Y LA NATURALEZA
El principio que había asegurado el éxito de la filosofía de Fichte es el del infinito: la infinita actividad que actúa en la conciencia del hombre y explica y determina todas sus manifestaciones, infinita actividad, que habiendo sido reconocida por Fichte como trascendente a la conciencia, encuentra siempre en el infinito progreso del saber. El reconocimiento y la afirmación del infinito determinaron el entusiasmo que la doctrina de Fichte había suscitado. La filosofía de Kant es una filosofía de lo finito y se mueve en el ámbito de la Ilustración. La filosofía de Fichte es una filosofía del infinito dentro y fuera del hombre y abre la época del romanticismo. Schelling y los románticos ven que la filosofía de Fichte inicia una nueva era de la especulación; Por lo que concierne a Schelling, desde su entusiasta aceptación del fichtismo, intentó dirigirlo a la exposición y defensa de los intereses que más le preocuparon, los naturalistico-estéticos. Desde el principio aplicó el yo absoluto a la sustancia de Spinoza: la sustancia de Spinoza es el principio de la infinitud objetiva-, el yo de Fichte es el principio de la infinitud subjetiva. Schelling quiso unir los dos infinitos en el concepto de un absoluto que no fuera reducible al sujeto ni al objeto, porque tiene que ser el fundamento de ambos. Muy pronto advirtió que una pura actividad espiritual (el yo de Fichte) no podría explicar el nacimiento del mundo natural, como un principio puramente objetivo (la sustancia de Spinoza) no podría explicar el origen de la inteligencia, de la razón y del yo.
El principio supremo debe ser, un Absoluto o Dios que sea al mismo tiempo objeto y sujeto, razón y naturaleza, es decir, que sea la unidad, la identidad o la indiferencia de ambos. La naturaleza, según Schelling, tiene vida, racionalidad y, por consiguiente, valor en sí misma. Debe haber en ella un principio autónomo que la explique en todos sus aspectos. Y este principio debe ser idéntico al que explica el mundo de la razón y del yo. El principio único debe ser a la vez sujeto y objeto, actividad racional y actividad inconsciente, idealidad y realidad. Schelling: la afirmación de la autonomía y del valor de la naturaleza en sí misma. La última fase de la filosofía de Schelling es la llamada filosofía positiva, que responde al principio que la esencia racional no da nunca la existencia y que la razón, se desarrolla completamente en sí misma, que no alcanza jamás la realidad positiva. La filosofía romántica: es aquella la cual el hombre y su saber, la naturaleza y la historia, son la manifestación o revelación de Dios.
LO ABSOLUTO COMO IDENTIDAD
En 1794, Schelling publicó el escrito sobre la posibilidad de una forma de filosofía en general en el que se reconocía en el yo infinito el principio incondicionado de todo saber. Lo incondicionado es el yo; todo lo que es condicionado es no-yo; y puesto que el no-yo es puesto por el yo, todo lo que es condicionado es determinado por lo incondicionado.
Esta era, según Schelling, la forma absoluta de todo saber.
En 1795, Schelling publicó su segundo ensayo, El yo como principio de la filosofía o lo incondicionado en el saber humano. La tesis del ensayo es que el yo absoluto debe ser pensado.
Lo incondicionado debe ser un sujeto absoluto, que sea causa de sí mismo. Tal sujeto absoluto comprende la realidad entera en su unidad, y es, por eso, el Uno-todo. Para Schelling el mundo es todo el yo.
En las Cartas filosóficas sobre el dogmatismo y el criticismo. El problema que se plantea es el paso de lo infinito a lo finito, del sujeto al objeto, cómo sea posible la existencia del mundo. El problema puede ser resuelto reconociendo la identidad o la unidad entre sujeto y objeto; pero esta identidad, es pensable como objeto absoluto (cosa en sí) o como sujeto absoluto (sujeto en sí). La primera solución da lugar al dogmatismo (o realismo) y la segunda al criticismo (o idealismo). Los dos sistemas tienen el mismo problema, la identidad de sujeto y objeto. Pero mientras el dogmatismo postula esta identidad como condición absoluta, el criticismo hace de ella una tarea infinita; mientras aquél implica la ilimitada pasividad del sujeto, éste exige la ilimitada actividad del mismo.
El dogmatismo dice: ¡anúlate, cesa de ser! El criticismo dice: ¡seas!
Si los dos sistemas coinciden en el reconocimiento de la identidad, se oponen en el de la libertad. Sobre este punto el uno niega lo que el otro afirma.
Schelling publicó en 1797 con el título de Visión universal de la nueva literatura filosófica. Si la verdad es el acuerdo del conocimiento con el objeto, el conocimiento es imposible, dice Schelling, si el objeto es una cosa en sí, completamente extraña a él. El conocimiento es posible sólo como identidad de la representación y del concepto; y por esta identidad el objeto es el mismo yo, lo que el yo mismo hace e intuye. Nada es dado en el conocimiento, sino que todo se origina del yo.
La conciencia común ve en el conocimiento dos factores, el subjetivo y el objetivo, el concepto y la intuición, que se relacionan entre sí como la copia y el original. La conciencia filosófica reconoce en el original mismo, o sea en el objeto, un producto necesario del espíritu; y en la copia la repetición de este producto.
'El mundo infinito, dice Schelling, no es más que nuestro espíritu creador en sus infinitas producciones y reproducciones." La naturaleza es la historia del espíritu; la autoproducción de la naturaleza es un acto inconsciente que aparece al espíritu mismo como un producto. Mediante la vida y la organización la naturaleza tiende a producir la conciencia y la libertad. Puesto que es inconsciente, la actividad productiva del espíritu no es conocimiento, sino voluntad. Mientras el conocimiento depende de la voluntad, la voluntad es independiente del conocimiento. La voluntad es el principio espiritual inconsciente de toda producción, el fundamento de la naturaleza y de todas las manifestaciones del espíritu.
LA FILOSOFIA DE LA NATURALEZA
En 1797 en su escrito de Las Ideas para una filosofía de la naturaleza parten del fenómeno de la combustión en la que Lavoisier había descubierto en 1783 un fenómeno de oxidación. destruyendo la-vieja teoría del flogisto. Schelling se propuso estudiar todas las consecuencias posibles del descubrimiento del oxígeno para la investigación de la vida animal y vegetal. Los fenómenos que acompañan a la combustión son la luz y el calor, Schelling imaginó que podría reducirlos a un fluido elástico único, que creyó hallar en el aire, el cual sería probablemente el medio universal por el que la naturaleza actúa sobre la materia muerta. De este modo volvió sin darse cuenta
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