Totalitarismo del siglo XXI
ius9Ensayo2 de Noviembre de 2021
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Totalitarismos
en los siglos XX y XXI
Ezequiel Daniel Navarra
Prof. Filosofía del Derecho
Ciclo Profesional Orientado
2018
TOTALITARISMOS en los SIGLOS XX y XXI
ÍNDICE
1. QUÉ SE ENTIENDE POR TOTALITARISMO
Sobre el término totalitarismo 07
Hannah Arendt y las pesadillas proféticas de Franz Kafka 13
Los orígenes del totalitarismo: Racismo (y antisemitismo). Imperialismo. Totalitarismo 21
Adolf Eichmann, culpable de no atreverse a pensar (la obediencia indebida) 41
El anillo de hierro y la idea de hombre-masa en literatura
Las novelas distópicas del siglo XX (FALTA!!!!!!!) Miller: Las brujas de Salem (comunismo) T. pol. ec. y rel.
El legado de la Ilustración: ¡Sapere aude! 51
La década del sesenta. Obediencia versus juventud rebelde 55
La década del siglo. El año de la década: 1968 (Cordobazo. FALTA!!!!!!! Chichi) 61
2. TOTALITARISMO ECONÓMICO
La Guerra Fría y la aparición de la teoría de los juegos 69
El capitalismo del ego engendra monstruos 75
La filosofía de Ayn Rand (1905-1982) 79
El tridente que perforó el bloque soviético 83
Salimos del zoológico para entrar en la selva 89
La libertad (¿buena o mala?) guiando al pueblo 95
Un globo cada vez más inflado rodeado de alfileres 103
De la acumulación originaria a la acumulación por desposesión 107
Los números de la pobreza 113
///DE ACÁ Breve digresión: el poder mediático
Los sofistas y la posverdad en la antigua Grecia 119
Viejas ideas con ropajes nuevos para manipular la opinión 125
Libertad de expresión, de prensa y de empresa
///HASTA ACÁ.
Un paso atrás, pero para tomar envión 131
Terrorismo de Estado y neoliberalismo económico 135
Fussball macht frei 141
Algunas voces filosóficas de fin de siglo 149
La cajita feliz de los años noventa 155
Menemato: La acrobacia neoliberal 157
Las torres gemelas y el final de la teoría de los juegos 161
3. TOTALITARISMO RELIGIOSO
El atentado a las torres gemelas
Las tres religiones monoteístas
Judaísmo. El pueblo del Libro y de la tierra prometida: Israel
Cristianismo. Del Concilio de Nicea al Concilio de Trento
El cisne que no pudieron quemar y la Reforma
Islam. El sueño de un nuevo Califato
Medio Oriente: Un tablero complejo con muchas piezas en juego
A Frankenstein lo atacan sus propias criaturas
4. TOTALITARISMO DIGITAL
Tres grandes revoluciones culturales en Occidente
El mundo real formado por átomos y el mundo virtual formado por bits
Funes el memorioso tiene remedio: los algoritmos
1984 de Orwell en Silicon Valley
El genio de la botella concede tres deseos
5. OTROS TOTALITARISMOS POSIBLES
Totalitarismo biológico: Neurocentrismo
Totalitarismo docente (Las película The Wall. La enseñanza disciplinaria para homogeneizar el pensamiento de los alumnos.)
Totalitarismo artístico (La Academia “define” lo que es el arte. El canon de Occidente. Etc.)
Totalitarismo estético (La “barbiezación” como modelo de belleza femenino)
Totalitarismo médico (La médicocracia. La edición de seres humanos. El caso de He Jiankui, el científico chino condenado a prisión por edición genética de embriones. (…) “Ante la opinión de cualquier médico consulte a su duda”.)
¿Autototalitarismo? (Cuando nuestra razón es dominada por nuestras emociones) VER TedTalks G. Nogués
Etc.
BIBLIOGRAFÍA 165
FILMOGRAFÍA 172
OTRAS FUENTES 176
Totalitarismos en los siglos XX y XXI
Pobres de las flores de los arriates simétricos.
Parecen tener miedo a la policía...
Pero son tan buenas que florecen de la misma manera
y tienen la misma sonrisa antigua
que tuvieron para la primera mirada del primer hombre
que las vio aparecidas y las tocó levemente
para saber si hablaban...
Fernando Pessoa
Sobre el término totalitarismo
La palabra humana es como un caldero cascado
en el que tocamos melodías para hacer bailar a los osos,
cuando quisiéramos conmover a las estrellas.
Gustave Flaubert. Madame Bovary
Comienzo haciendo algunas aclaraciones terminológicas antes de abordar un significado tan difuso e impregnado de sentimientos como el vocablo “totalitarismo”. Tomo prestadas algunas consideraciones como las del filósofo Fritz Mauthner quien sostenía que “solamente se puede pensar lo que se puede captar en palabras”. Y si la filosofía es teoría del conocimiento, vale decir, indagar acerca de aquello que podemos conseguir, entonces dicha teoría se debe abocar a la crítica del lenguaje. En otros términos, la tarea preliminar será muñirse de un lenguaje aséptico, desinfectado, en la medida de lo posible, de las impurezas lingüísticas que le son inherentes (vaguedades, ambigüedades, cargas emotivas) y estipular los límites de las palabras principales que voy a usar.
Parto entonces de la premisa que “filosofar es clarificar el esquema conceptual con el que abordaremos, luego, la realidad” y a partir de ella, comenzaré por analizar qué puede entenderse por “totalitarismo” en el sentido más lato; teniendo presente que esto dista de poder alcanzar una respuesta precisa.
También debo aclarar, que para definir “totalitarismo” no me basaré en la primera concepción del lenguaje de Wittgenstein sino en la segunda. Trataré de explicarme. La primera propuesta lingüística, que desarrolla en su Tractatus logico-philosophicus (1921), es análoga a la filosofía analítica y/o empirismo lógico del Círculo de Viena (allí vivía en esos momentos). Según esta postura, los únicos enunciados cuya verdad o falsedad son decidibles racionalmente son (fuera de los juicios analíticos, cuya verdad está determinada por su propia estructura lógica) los juicios que tienen contenido empírico y que en su propia formulación surge la posibilidad de verificar su correspondencia o no con la realidad. Por ejemplo, si digo: “El acero es una aleación de hierro y carbono”, la proposición es verdadera porque tiene contenido empírico y puedo verificar su correspondencia con la realidad. Pero también una proposición puede ser falsa (Por ejemplo: “La cerveza es una mezcla de gasolina con talco”) porque su falsedad puede determinarse. Ahora bien, esta corriente diferencia las pseudo-proposiciones, que adoptan la forma de las proposiciones auténticas pero que no ofrecen la posibilidad de contrastar su valor de verdad con la realidad. Si decimos: “El alma es la parte inmortal del hombre”, advertimos la imposibilidad de buscar alguna correspondencia con la realidad para determinar su verdad o falsedad; por lo tanto, no expresa una genuina proposición que pueden ser calificadas de verdaderas o falsas. Pero como conserva la forma de ésta última, se la suele denominar “pseudo-proposición”.
De esta manera, quedan fuera todos los juicios morales, teológicos, metafísicos, que no satisfacen esa condición. La preocupación principal de los positivistas lógicos radica en el análisis del lenguaje y, más allá de sus diversas y heterogéneas corrientes, su consigna es hacer “ciencia pura” y abandonar la metafísica; la distinción entre una y otra está dada por esta distinción entre proposiciones (con las que se expresa toda ciencia) y las pseudo-proposiciones propias de la segunda. El propio Wittgenstein cierra esta obra con su enigmático aforismo: “Acerca de lo que no se puede hablar, más vale callarse” (“Wovon man nicht sprechen kann, darüber muss man schweigen”). Aunque el propio filósofo también diría que: “Mi trabajo (en esa obra) consta de dos partes: la expuesta en él más todo lo que no he escrito. Y es esa segunda parte precisamente lo que es más importante”. Quizás la religión, la ética, las cuestiones metafísicas sean las que más nos importen, pero para esta postura, nada puede decirse de ellas.
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