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Trabajo sobre "la colonialidad del saber"


Enviado por   •  2 de Abril de 2019  •  Resúmenes  •  2.915 Palabras (12 Páginas)  •  193 Visitas

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“Dios ha muerto”

Introducción:

El presente ensayo tiene como objetivo esencial rescatar y revalorizar, a través de la conformación de una nueva mirada extra-oficial, separada de la historia que se nos ha impuesto como narración del nosotros; las raíces, con todo su contenido y riqueza, de lo indígena y originario; raíces que han sido enterradas, ocultas y tergiversadas por la historia oficial occidental, cuyo objetivo era y sigue siendo el desarrollo y actualización de realidad coloniales.

Esta historia oficial, que “transporta” Europa a América, y cuyos pilares son “la civilización”, el progreso, lo urbano, y “el blanco”; desarrolla todo un esquema, donde las armas ya no son el instrumento de imposición, sino que ahora el saber es el campo de dominación. “El discurso del poder ha sido y es muy sabio (…)”[1]El entramado cultural, educativo, y el relato de nuestra construcción, es impuesto desde y para afuera, buscando alienarnos y dirigir nuestra mirada lejos de la América.

Una América, que, según esta historia, cobra vida y empieza a ser tal desde la llegada del Europeo… pero ¿antes que había?

Y darle entidad a ese “antes” es el objetivo del ensayo. Realzarlo, revitalizarlo, y mostrar su influencia y sus características en la conformación necesaria de la verdadera América.

Analizar esta colonialidad del saber, que nos ha afectado de manera directa en nuestra cosmovisión y desarrollo del ser, será el objetivo de este ensayo.

Las sagradas escrituras dicen “¡Levanta la voz, y hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y necesitados!” (Proverbios 31:9). Intentáramos ser la voz apologética de un saber y una cultura que tanto ha sido menospreciada, y ha sufrido el desarraigo y la persecución, y el intento de exterminio de su población, de su cultura y del saber.


Desarrollo

El título de este ensayo, no busca atacar una fe (ya que en mi propio caso personal soy creyente), sino que es un concepto que considero que nos puede ayudar en el desarrollo que pretendo hacer. Nietzsche, con este concepto, denunciaba la cultura occidental, sus imposiciones, y como el hombre era llevado a una realidad de sumisión, de falta de plenitud, y de un contexto donde el saber llevaba a la construcción moral de esclavos, y reclamaba una deconstrucción, para poder construir un nuevo sistema de valores. Este titulo representaba una denuncia, y quiero tomar esa fuerza, ese impulso de humildemente realizar una denuncia a través de este ensayo.

Este pensamiento me permite tomar este esquema de denuncia hacia la cultura de la “cruz y espada”, para este caso en particular que nos concierne: y tiene que  ver con la conformación y el desarrollo historio-socio-cultural de America; ya que la cultura occidental, colonial, que vino a “evangelizar” pero en realidad a imponer un sistema socio-cultural; ha impuesto un saber con categorías, con una estructura y un diseño social, jerárquico; que nos han terminado definiendo en un esquema funcional, que produce que el imaginario social rechace, niegue e incluso ataque las raíces originarias de nuestra región. Nos llevaron a sentirnos parte de “lo civilizado”, y a todo aquel que no cumplía o cumple este perfil discriminarlo, sacarle credibilidad y callarlo.

Justamente Nietzsche hablaba de que la cultura y el saber es la mejor arma para lograr imponer un sistema de exterminio y rechazo del otro: “la manera más segura de corromper a un joven es instruyéndolo para que estime más a los que piensan igual a él que a los que piensan diferente.”

Y ¿Por qué consideramos “diferente” , ajenos a las que fueron nuestras raíces, A lo originario, a lo indígena? ¿Por qué esas diferencias establecen un nivel de jerarquización de lugar y voz en la sociedad?

Para entender esto, necesitamos ir a la época colonial, posterior al “descubrimiento de America”. Desde el inicio de la conquista ésta se desarrolló con una “idea autoritaria del mundo y de la sociedad (…)”[2] y desarrollo una colonización, no solo de la región, sino del pensamiento, del lenguaje y de la cultura. La educación, la religión, fueron instrumentos afines y útiles a la lógica de poder.

Lo bárbaro, lo “otro” es invizibilizado, y se construye una lectura de la historia contada desde un centro y unas categorías que responden a dicha lógica. Imponer y construir el saber, y ocultar lo otro responde a la idea, que bien expresaba el escritor británico George Orwell: “Quien controla el pasado controla el futuro, quien controla el presente controla el pasado”.  El que cuenta la historia, tiene el poder de crear cosmovisiones en el imaginario social, de crear sensaciones, emociones, paradigmas en cuanto a quienes somos en relación a los demás y al mundo.

Esta historia es una historia por y para la “civilización” y en este grupo no entra lo originario; es por eso que al común social le llega lo originario como una nada, como un bárbaro, como algo del pasado y extraño a nuestra realidad. Crear e imponer historia tiene un valor didáctico, formativo y político clave en la conformación de nuestra región, porque ha servido para sostener con el paso de los años la estructura de desigualdad, la brecha social, y la jerarquización propia de la estructura, y donde lo indígena se sigue buscando eliminar su lenguaje, su historia, su cultura, “civilizarlos”: quitarles voz.

La modernidad ha llevado a “(…)una situación en la que, de modo constante, se nos incentiva y predispone a actuar de manera egocéntrica y materialista.”[3] Una modernidad que ha impulsado el “superhombre”, el desarrollo egoísta del yo, y la eliminación de lo “inferior”: aquello que no tiene lugar en este mundo y lo que este requiere, termina siendo un “ausente”. ¿Y en nuestra región quienes conforman a estos ausentes y sin voz?

La respuesta es: lo diferente. Se nos enseñó la cultura de discriminar lo diferente, y como nuestra historia nos ha llevado a imitar y querer ser la imagen de Europa y las potencias ,lo diferente, lo que atenta contra ese modelo son Los individuos originarios con todo su entramado cultural y sus saberes. El indígena de manera integral, es colocado como un ser no existente, invisible, desechable e inentendible al ser descalificado como ser humano, como persona y es catalogado, como expresa Boaventura de Sousa Santos, como “el ignorante, el retrasado, el inferior, el local o particular y el improductivo o estéril.”

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