Vientes En Alquiler

TEMA: Vientres en Alquiler

DILEMA: ¿Será acaso moral considerar a un bebé como un objeto e intercambiarlo por dinero a cambio de que una mujer cumpla sus deseos de ser madre?

El objetivo de este ensayo es proporcionar al lector los pros y contra de los vientres en alquiler y sus implicaciones con el propósito de hacer un contraste final y una conclusión sobre si es moral o no este acto.

Según Surrogate Alternatives Inc., los vientres en alquiler, o conocidos también como madres sustitutas o fertilización in vitro (fiv), consta de cuatro pasos: el primero es la producción de óvulos, en el que se estimulan los ovarios de las futuras madres (o de donantes de óvulos) y al mismo tiempo se prepara el útero de la madre sustituta para la recepción de embriones. El segundo paso es el procedimiento para la extracción de óvulos para mezclarlos con semen del futuro padre (o donante) y ponerlos en manos de los encargados en el laboratorio del proceso de fertilización in vitro. El tercer paso es la fertilización in vitro en sí, y la fecundación de embriones. Por último, el cuarto paso es la transferencia en donde se transfieren dos o tres embriones al útero de la madre sustituta para que empiece la etapa de gestación.

La pareja que es incapaz de tener hijos son los primeros implicados en este tema ya que tienen el derecho de cumplir con todo su ciclo de vida, en el que está la reproducción incluida, y poder tener la satisfacción que muchos, por no decir todos, consideramos que la paternidad significa. De ellos parte esta carencia que se vuelve una necesidad con el tiempo, y los lleva a la búsqueda de alternativas de solución. Una de estas alternativas son las madres sustitutas, quienes colaboran con estas parejas y protegen y promueven esta idea como una alternativa de solución correcta. Ya sea por fines de lucro y/o la recompensa personal por la idea de hacer el bien es que, prácticamente, estas madres o instituciones hacen todo el proceso que significa este acto. Un último implicado en este dilema sería el bebé, quien merece los mismos derechos de todos nosotros como parte de una sociedad y respeto por su valor como persona. Es decir, no puede ser tratado como un objeto de intercambio.

Aristóteles (Ética Nicomáquea) propone que es justo para una persona alcanzar su propia felicidad, por derecho, tras haber dedicado tiempo a labrar una acción (virtud) y hacerlo con ganas. Según esto, si la pareja se ha esforzado por llevar una vida plena y cumplir con cada paso del ciclo de la vida, tienen el derecho de buscar su felicidad.

Sin embargo, el mismo filósofo sostiene que un ser humano nunca debe ser considerado como objeto, sino que debe ser visto con el valor que poseemos todas personas. Esto, entonces, refuta la idea de la búsqueda de felicidad de la pareja por sobreponer sus intereses al valor que una persona posee.

Existen grupos, en su mayoría que siguen una misma fe, que se muestran firmemente en contra de este acto por considerarlo ajeno a sus costumbres. Ellos son una gran barrera social para los futuros padres que encuentren en la fiv una solución a su desafortunada realidad. Este contexto tiene cierto parecido con el de Antígona (443 a. C.) de Sófocles. La protagonista se enfrenta al rey y a las leyes de su pueblo por creer correcto enterrar adecuadamente a su hermano, a pesar de que este traicionó a su ciudad:

‘Y no creía yo que tus decretos

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