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Ética y Deontología Profesional


Enviado por   •  28 de Enero de 2022  •  Ensayos  •  2.792 Palabras (12 Páginas)  •  86 Visitas

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República bolivariana de Venezuela[pic 1]

Ministerio del poder popular para la educación Universitaria

Instituto Universitario Politécnico Santiago Mariño

Extensión Maracaibo

Cátedra: Ética y Deontología Profesional

Escuela: Ingeniería Química (#49)

INDUSTRIA QUÍMICA PESADA

Gabriel Enrique Cañizalez Piñero

C.I: 26.693.424

La ética no es el conjunto de normas, ni tratados, ni leyes que obligatoriamente debemos acatar y cumplir, si no que ética es una orientación armónica que nos va a ayudar a vivir la vida. A lo largo de nuestra existencia vamos obteniendo enseñanzas y lecciones sobre vivencias anteriores, estas enseñanzas nos van a influenciar en la visión y actuación que ante los hechos cotidianos y ante la muerte tengamos, nos va a ayudar a adoptar una estrategia ante la muerte, nos va a ayudar a penar alegremente por la vida.

Nuestras acciones en la vida van a ser influenciadas por la ética. Ética así pues sería el estudio y reflexión de vivencias pasadas que nos marcan, así mismo la ética establece una conducta a seguir antes los hechos que cotidianamente se presentan.

La ética tiene como centro de atención las acciones humanas, y aquellos aspectos de las mismas que se relacionan con el bien, la virtud, el deber, la felicidad y la vida realizada. El estudio de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la Antigua Grecia, y su desarrollo histórico ha sido amplio y variado.

Por otro lado la ética estudia que es un acto moral, como se justifica racionalmente un sistema moral, y como se ha de aplicar posteriormente a nivel individual y a nivel social. En la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, es decir, busca las razones que justifican la adopción de un sistema moral u otro.

Por otra parte tiene como objeto los actos que el ser humano realiza de modo consciente y libre (es decir, aquellos actos sobre los que ejerce de algún modo un control racional). No se limita solo a ver como se realizan esos actos, sino que busca emitir un juicio sobre estos, que permite determinar si un acto ha sido éticamente bueno o malo.

Todos hablamos de lo que está bien o mal. Algunos piensan por qué es así, o cómo debería ser en cambio. Siguiendo esta línea de pensamiento, los filósofos de distintas épocas han elaborado diferentes teorías y genealogías. De estas ideas surgen ideologías como el utilitarismo, la ética de la virtud aristotélica y la deontología.

La piedra angular de la deontología (del griego "deon", que significa deber u obligación) es que la decisión sobre lo que es correcto o no para cualquier situación debe basarse en un conjunto de reglas preconcebidas y nuestro deber de seguirlas, sin tener en cuenta las posibles consecuencias. Muchos de nosotros nos atenemos a una serie de normas que intentamos no traicionar, como por ejemplo "no mentir". Sin embargo, esta máxima suele ser tergiversada por el agente moral para adaptarla a la situación actual. Un deontólogo no haría eso. Si suscribiera la doctrina deontológica, mi norma (en este caso "no mentir") sería constante e invariable, aplicándola al pie de la letra en cada contexto.

Según la deontología, nunca debemos infligir un mal a nadie, o a una cosa, porque, independientemente de las circunstancias, siempre será un mal. No importa si tratas de salvar un tranvía lleno de gente que se precipita hacia un grupo de trabajadores sacrificando a una persona, o si tratas de robar dos dólares a alguien que tiene un millón de dólares, no importa la circunstancia, nunca debes infligir un daño a nadie, no importa lo grande o pequeño que sea el asunto, o las circunstancias. En la deontología, no importa el mal que hagas, no importa la circunstancia, cualquier cosa que hagas que inflija daño a otros o a cualquier cosa, es inmoral y debes sentirte privado de la situación.

Las personas que tienen fe en la deontología, o deontólogos, piensan que la moralidad es una cuestión de deber. Las personas tienen responsabilidades morales de hacer cosas que son correctas y deberes morales de no hacer cosas que son inmorales. Que algo sea correcto o incorrecto no depende de sus penas o de su magnitud. Más bien, un acto es correcto o incorrecto en sí mismo. Lo único que debe impulsar a los seres humanos es el deseo de hacer lo correcto. No el dinero, el poder, las cosas materiales, o incluso hacer cosas para lograr algún tipo de vida eterna, sino que debemos hacer lo correcto, sin ninguna otra razón, además del hecho de que hacer lo correcto es el camino correcto o el único camino.

La afirmación de Kant es que la posición moral de nuestro comportamiento se determina exclusivamente sobre la base de la rectitud y la incorrección de la propia acción. Esto significa que también es incondicionalmente mala, por ejemplo, la defensa propia, en todas las condiciones, independientemente de las consecuencias.

Es fácil ver que esta visión de la moral es absolutista, sin dejar espacio para las excepciones, y es esta característica la que hace que esta teoría sea tan antigua como la historia de la humanidad: "cuando la palabra del jefe, o del rey, o de Dios, se daba incondicionalmente y sin invitación a apelar a las consecuencias”. Pero la deontología no es un enfoque unidireccional de las obligaciones morales. De hecho, la teoría suele dividirse en dos subsecciones: La deontología de los actos y la de las reglas.

Las normas, los valores y las creencias varían mucho de una cultura a otra. Todas las culturas se rigen por directrices que dirigen o conducen determinadas situaciones. Estas directrices son lo que se conoce como normas. Las normas son guías abstractas (no escritas) de comportamiento en determinadas situaciones. Por ejemplo, la forma de vestir. Los valores, a diferencia de las normas, proporcionan códigos de conducta específicos. Un valor es la creencia de que algo es bueno y deseable (Haralambus etal 2000).

Las normas son las pautas sociales y culturales por las que vivimos nuestras vidas, y a las que nos ajustamos y cumplimos, tanto a sabiendas como sin saberlo, durante nuestra vida. Las normas son atributos clave que definen nuestros comportamientos y pueden determinar la aceptación o no aceptación social de grupos e individuos. Aprendemos a comportarnos a través de una compleja combinación de estímulos: visuales, orales y sensoriales. A medida que crecemos en madurez mental y conciencia, la influencia de la familia, el entorno y la cultura se combinan para definir nuestras normas. Estos elementos clave del desarrollo, combinados, influyen y determinan las capacidades interactivas personales y sociales, desarrollando habilidades sociales para reconocer los límites sociales, los comportamientos y las respuestas aceptables. Por lo tanto, nuestras Normas son intrínsecas a nuestro desarrollo, a nuestro comportamiento personal y a la aceptación social.

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