Cultura Mbya Guarani

CULTURA  MBYÁ GUARANÍ

Canciones Mbyá

CÁTEDRA: Culturas Originarias Americanas

Licenciatura en Música Autóctona, Clásica y Popular de América

Universidad Nacional de Tres de Febrero

INDICE

• INTRODUCCIÓN                                                          _        3
• LOS MBYÁ Y SU MÚSICA                                           _        5
• EL OPY, SEDE DE LO SAGRADO                              _        6
• ESTRUCTURA DE LA MÚSICA MBYÁ                        _        7
• INSTRUMENTOS                                                         _        7
• BIBLIOGRAFIA                                                             _        12[pic 1]

“

La delimitación espacial del medio forestal, ofrece al oído atento un universo sonoro (Ka'aguy ryapu) de fenómeno inusitado y topológicamente complejo. Diferentes estratos sonoros se superponen: a raíz del suelo (Yvy pu), en el espesor de la hojarasca (Yvy tuai), en la canopea (Yvyra rogue ryapu). El despliegue de sonidos y ruidos, fueran ellos estridulación de insectos (oipichy), tamborileo (pyambu), vocalización de anfibios, pájaros, mamíferos (ñe'e, poraei), confiere un ecosistema sonoro singular donde el hombre Mbya, en interacción con la dinámica acústica y ecológica, nunca pudo quedar extraño.” 

(G. Sequera, Cosmofonia de los indígenas Mbya del Paraguay)

INTRODUCCIÓN

La música de la cultura Mbyá (en guar. “Gente”) es pura y exclusivamente de tradición oral y son una etnia que predomina entre los Guaraníes que viven en Misiones.

Los Guaraníes ocuparon parte del territorio de Paraguay, Argentina y Brasil desde hace aproximadamente  unos 700 a 1000 años antes de la llegada de los españoles. Descendieron desde la América Central y la gran selva Amazónica conformando en todo este territorio una gran Nación Guaraní. Esta Nación estaba integrada por distintas etnias que constituían  un gran imperio cultural lingüístico. Los Mbyá predominan en Misiones, aunque también conviven descendientes de los Chiripá y de los Paí Tavy Terá.[pic 2]

Se estima que antes del inicio de la Era Cristiana, se generó un nuevo movimiento migratorio expansionista. Por una parte, los tupíes iban hacia el este, hasta la costa atlántica, y hacia el norte, tomando el curso del Amazonas y sus afluentes, desarrollando la lengua tupí. Por la otra parte, el grupo de los guaraníes se movía hacia el oeste y sudoeste, tomando la cuenca del Río de la Plata (ríos Paraná, Paraguay y Uruguay), hablando el avañeê.

Nadie duda hoy que el medio de comunicación de los tupí-guaraníes tenía la misma base lingüística, pero la distancia entre las parcialidades étnicas hacía que esta lengua primigenia haya adoptado diversas peculiaridades zonales y dialécticas. Como resultado, se han generado así un centenar de lenguas de notable similitud unas con otras, integrantes todas de la gran familia lingüística tupí-guaraní.

La economía de los guaraníes estaba basada en la caza, la pesca, y la agricultura. La administración social y de los bienes producidos en cada aldea estaban a cargo de una autoridad patriarcal, el Cacique, bajo la fiscalización de un Concejo de Ancianos. Se sabe que practicaban la democracia, ya que los caciques eran elegidos, y en casos necesarios, también destituidos. Para promover su candidatura, los aspirantes a cacique realizaban justas de oratoria, esforzándose cada uno por congraciarse con los votantes.

En cuanto a la religión, se sabe que los guaraníes creían en la existencia de yvy marãney (tierra sin mal), que al parecer significaba el acceso a la inmortalidad. Lo curioso aquí es que no hablamos de un alma inmortal, o vida después de la muerte, sino de una vida inmortal en la Tierra. Hay quien menciona a esto como una de las razones de sus migraciones: la búsqueda de la Tierra sin Mal.

El recorrido de tan inmenso territorio permitió a los guaraníes conocer a profundidad la flora de la zona, estudiándola a su manera y aprovechando las propiedades medicinales de las plantas.

Tanta era la importancia que los guaraníes asignaban a la oralidad, que no existe vestigio alguno que nos muestre algún intento de transmitir conocimientos por otro medio. El guaraní fue siempre una lengua exclusivamente oral, y de gran expansión territorial. Los historiadores concuerdan en decir que desde principios de la Era Cristiana, las lenguas del grupo tupí-guaraní cumplían el mismo rol en América del Sur que el latín en Europa: hasta los incas, y otros que procedían de otros troncos lingüísticos.

La música Mbyá es considerada una de las expresiones más antiguas de nuestro territorio, propia de la América precolombina, sobreviviente al sincretismo de los jesuitas. Incluso luego del contacto con los jesuitas supieron incorporar elementos de la cultura cristiana a la propia, integrándola a su tradición.

Existen diversas interpretaciones acerca del carácter sagrado de la mayoría de sus canciones, ya que su música está muy relacionada con la espiritualidad y es preservada dentro del ámbito de sus rituales religiosos; de hecho, los instrumentos que se utilizan para tocar estas canciones son guardados en el Opy, que es el templo de los Mbyá. Dentro de la comunidad, las canciones son enseñadas a los niños por los abuelos, manteniendo la tradición oral, para que “no sean olvidadas”, ya que todo lo que aprende un Mbyá, lo aprende de sus abuelos.

Los niños son muy importantes dentro de la comunidad, ya que cuando un niño nace les da fuerza a los padres, a la madre y al abuelo de la comunidad; además nace un nuevo espíritu que también da fuerza espiritualmente, trae esperanzas.

LOS MBYA Y SU MÚSICA

Para los Mbyá la música guarda un carácter totalmente espiritual. Muy distinto a como concebimos la música en nuestra sociedad, ellos no la utilizaban para el entretenimiento, sino que es una manera de comunicarse con lo sagrado, con el creador. Todas las canciones, como los instrumentos utilizados por esta cultura, existen a partir del contacto del Opygua (líder espiritual) con Ñanderú, el creador (una de sus creencias más fuerte es que todo lo que los Mbyá saben ha sido enseñado por Ñanderú y transmitido de generación en generación vía oral).

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