EL ARTE DEL PERIODO DE LAS INVASIONES
facundo_220Trabajo20 de Octubre de 2013
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TEMA 3. EL ARTE DEL PERIODO DE LAS INVASIONES
1. Las invasiones y la fragmentación del mapa europeo
2. La iglesia como factor aglutinador: la cristianización y el monacato
3. La Italia de Ostrogodos y Lombardos
3.1 El arte ostrogodo: Rávena, continuidad romana y bizantina
3.2 El arte lombardo: un arte de tradiciones germánicas
4. La Galia merovingia: las pervivencias romanas y el desarrollo de una arquitectura monumental
5. El Arte anglosajón e irlandés. El monacato irlandés
5.1 Los códices miniados
5.2 Las cruces de piedra
6. La ocupación de la Península Ibérica por los Visigodos. La tradición hispanorromana y la idea de renovatio
6.1 La arquitectura visigoda y sus primeras edificaciones
6.2 Las grandes construcciones visigodas
6.3 La escultura visigoda: la talla a bisel
6.4 La orfebrería y los tesoros regios
1. Las invasiones y la fragmentación del mapa europeo
La Europa de los siglos V al VI es la Europa de las invasiones bárbaras o indogermanas, que aunque fueron constantes en la historia del Imperio Romano, terminaron derribándolo en la fecha simbólica del año 476. En cuanto a lo artístico se trata de un periodo carente de toda unidad estilística y caracterizado por una tremenda variedad que finaliza con el reinado de Pipino el Breve (751-768) y la fundación de la dinastía carolingia.
Si en los terrenos políticos, social y económico los pueblos indogermanos provocaron fuertes cambios, no fue así en el campo artístico, pues la cultura que desarrollaron era de inspiración romana, lo que de hecho se convirtió en un nexo de unión y referente sobre el que después toman cuerpo cada una de las tendencias locales.
Surge entonces una disgregación de lo clásico que da lugar a nuevos planteamientos igualmente válidos pero que hasta hace poco eran tenidos por un retroceso artístico y cultural.
A este largo proceso de simbiosis cultural entre ambas culturas, va a contribuir fuertemente la adopción del cristianismo por los pueblos invasores, aunque muchas veces bajo la forma arriana.
2. La iglesia como factor aglutinador: la cristianización y el monacato
En estos siglos la Iglesia desarrolla en Europa un importantísimo papel en el plano formativo, espiritual y moral. En la Italia monástica se preserva la cultura clásica y papas como Gregorio el Grande (590-604) se erigen en hombres de estado que median entre reinos, promueven el monacato e impulsan la conversión al catolicismo tanto de arrianos (visigodos) como paganos (anglos y sajones, irlandeses, escoceses, armoricanos…) A menor escala estas labores son propias de los obispos, como así lo hacen los francos.
3. La Italia de Ostrogodos y Lombardos
Tras recibir los embates de visigodos, hunos y vándalos, los ostrogodos ocupan la península y establecen en Rávena la capital de su reino en el año 488, manteniendo su hegemonía y pretendiendo seguir la tradición del pasado imperial romano hasta la muerte de Teodorico en el 526. Poco más tarde, en el 568, la Italia septentrional se encuentra bajo poder lombardo y el resto bajo influencia bizantina. No será hasta el 774 que la victoria de Carlomagno imponga el poder del Imperio Carolingio sobre la mayor parte de la península.
3.1 El arte ostrogodo: Rávena, continuidad romana y bizantina
Rávena había desempeñado en la etapa final del Imperio Romano un papel muy importante, que continuó cuando Teodorico la eligió como capital y posteriormente fue la cabeza del Exarcado de Italia bizantino hasta el 751.
Por tanto las mejores manifestaciones del arte ostrogodo se encuentran aquí, con un buen número de construcciones tanto civiles como religiosas, que en su conjunto perseguían hacer de la ciudad un reducto del pensamiento y la civilización clásica.
La arquitectura va a caracterizarse por la sencillez exterior la planta centralizada. Del Palacio de Teodorico quedan pocos restos y muy modificados, pero por su representación en mosaicos sabemos que tenía una fachada clásica a modo de arco triunfal.
Las construcciones religiosas siguen las tipologías tradicionales, cuyo ejemplo más destacado es el Baptisterio de los arrianos, que sigue las pautas del Baptisterio de los Ortodoxos. Su austero exterior en ladrillo contrasta vivamente con la riqueza musivaria interior. En la cúpula se representa la escena del bautismo típica del primitivo cristianismo, pues incluye una tercera figura de un viejo barbado coronado por un cangrejo que representa el río Jordán, personificación muy común de la tradición helenística.
El Mausoleo de Teodorico se trata de un sólido edificio pétreo en dos plantas. La inferior (donde se colocó el sarcófago en pórfido) es poligonal con nichos de medio punto cubiertos por bóvedas de cañón transversales. La superior (que sirve como oratorio), retranqueada, es una estructura circular con vanos ciegos y rectangulares, cubierta por una falsa cúpula, pues está hecha en un solo bloque de piedra.
Esta planta centralizada nos remite no sólo a los mausoleos romanos, sino también a los martiria cristianos; pero también hay elementos germanos, caso de las espirales y otros motivos abstractos del friso superior, así como la singular cúpula en una pieza.
3.2 El arte lombardo: un arte de tradiciones germánicas
La efímera unidad de Italia bajo poder bizantino queda rota en el 568 con la llegada de los lombardos, que establecen un reino en el norte con capital en Pavía y ducados en Spoleto y Benevento, mientras que los bizantinos conservan el Exarcado de Rávena, Roma, Bari y Sicilia.
Pocos son los restos arquitectónicos que se han conservado de este pueblo, pues sus edificaciones fueron reformadas o destruidas. Su huella en Pavía, aunque fue fuerte, es casi ilegible hoy en día. Sí se conserva en la ciudad de Cividalle la pequeña iglesia de planta cuadrada y cabecera tripartita de Santa Maria in Valle.
En cuanto a la escultura se sigue usando la talla a bisel típica del Bajo Imperio, utilizando motivos geométricos y aparece también la temática vegetal así como animales reales o fantásticos. Destaca el ciborio que rodea el Baptisterio de la catedral de Cividalle, del 737, con forma poligonal y decoración de bajorrelieves con motivos vegetales y animales fantásticos.
El Altar de San Martín fue encargado el Duque de Ratchis y tiene decoraciones iconográficas representando episodios de la vida de Cristo, en las que el autor no se preocupó en ningún momento por la proporción.
En el campo de las artes suntuarias, sobre todo en la orfebrería, se denota la influencia bizantina. Destacan las cruces en oro con alma de madera, como la Cruz de Aguilulfo o la Cruz de Gisulfo. En la encuadernación destacan los Evangelios de la reina Teodolinda, un trabajo muy delicado de orfebrería hecho en Roma.
4. La Galia merovingia: las pervivencias romanas y el desarrollo de una arquitectura monumental
En el siglo VI los francos establecían en la Galia las bases del reino más fuerte de Europa occidental con la dinastía merovingia. No se conservan muchos restos artísticos del periodo, a pesar de que debió existir una gran actividad.
En la arquitectura perviven las formas conservadoras heredadas de los romanos, concretamente en los edificios de culto se construyen complejas basílicas con cabecera tripartita, transepto con torre y nártex, además de torres a los pies, caso de San Pedro de Vienne.
Los numerosos baptisterios también atestiguan esta pervivencia de formas, como el Baptisterio de San Juan de Poitiers, el de Riez o el de Albenga. El primero es sin duda la construcción más representativa de los inicios artísticos medievales franceses. Está construido en piedra y ladrillo, sin planta centralizada pues es rectangular. La decoración externa es clásica, con un frontón bajo el que discurre un friso ornamental, con un indudable sabor de las tradiciones galorromanas propias.
Surgen también ahora monasterios como el de San Víctor de Marsella o estructuras subterráneas abovedadas a modo de criptas con finalidad funeraria o martirial, caso del Hipogeo de las Dunas, cerca de Poitiers, y donde aunque desde lo arquitectónico no ofrece nada nuevo, sí cuenta con una curiosa decoración a su entrada con motivos vegetales y animalísticos, fundamentalmente serpientes. A su vez la Cripta de Jouarre sirvió de lugar de enterramiento para las abadesas y los fundadores del monasterio que la alberga, con unos destacables capitales con motivos clásicos.
Pero donde mejor queda plasmada la estética merovingia es en los sarcófagos encontrados en estas criptas. Son de forma trapezoidal y se cubren con una tapa a dos o cuatro vertientes y se decoran con relieves en toda su superficie. El más destacado es el Cenotafio de la Abadesa Teodequilda, con veneras e inscripciones ornamentales. Destaca también en Jouarre el Sarcófago del obispo Angilberto, con una iconografía más rica que muestra a Cristo en Majestad y a Cristo Juez.
Gracias al desarrollo de los monasterios, se realizan libros miniados, que serán la base de partida de la miniatura carolingia. Aunque la figura humana no aparece mucho, cuando lo hace, lo hace de forma tosca e inexpresiva. Las obras más importantes proceden del scriptorium del monasterio de Luxevil.
5. El Arte anglosajón e irlandés. El monacato irlandés
Cuando
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