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Ensayo De Las Tres Olas


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2014  •  11.611 Palabras (47 Páginas)  •  562 Visitas

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Cronología de las tres olas

Comenzaremos dividiendo la historia en tres períodos.

El primero duró unos 10.000 años, desde el ocho mil antes de Cristo hasta el 1600 después de Cristo.

El segundo duró unos 300 años, desde 1650 hasta mediados de 1950.

El tercero, comenzó a mediados de 1950, y aun no se vislumbra su final.

El primer período se conoce con el nombre de Era Agrícola y Civilización. En nuestro curso de alfabetización usaremos también el nombre que los Toffler le han dado: ‘Primera Ola’

El segundo período se conoce, entre otros, con los nombres de Modernidad, Revolución Científica, Revolución Industrial o Era Industrial. Los Toffler lo llaman ‘Segunda Ola’.

Para el tercer período hay muchos desacuerdos con relación al nombre apropiado. Se le ha llamado: Posmodernidad, Posindustrialismo, Superindustrialismo, Siglo XXI, Futuro, Era de las comunicaciones, Era de la electrónica, Segunda Revolución Industrial, etcétera, y cada uno ha sido rebatido por algún otro sector, línea de pensamiento o escuela. Los Toffler lo llaman ‘Tercera Ola’

Gabriel-jaime Rivera

A continuación, los sociólogos Alvin y Heidi Toffler:

La imagen de "olas": procedencia y utilidad.

‘Esta imagen de olas no es original. Norbert Elias, en su obra The Civilizing Process, se refiera a ‘una ola de progresiva integración a lo largo de varios siglos’. En 1837, un escritor describía la colonización del Oeste norteamericano en términos de sucesivas ‘olas’..., primero los pioneros, luego los granjeros, luego, la ‘Tercera Ola’ de migración: los intereses comerciales. En 1893, Frederick Jackson Turner citó y utilizó la misma analogía de olas en su clásico ensayo The Significance of the Frontier in American History. Lo nuevo, por lo tanto no es la metáfora de la ola, sino su aplicación al cambio que se está produciendo en la Civilización actual

Esta aplicación se revela sumamente fructífera. La idea de la ola no es sólo un instrumento para organizar grandes masas de muy diversa información. Nos ayuda también a penetrar bajo la embravecida superficie del cambio actual. Cuando aplicamos la metáfora de la ola, se vuelve claro mucho de lo que antes estaba confuso. Lo familiar aparece con frecuencia bajo una luz deslumbrantemente nueva.

Una vez que empecé a pensar en términos de olas de cambio que entrechocaban y se arremolinaban, provocando conflicto y tensión a nuestro alrededor, cambió mi percepción del cambio mismo. En todos las campos, desde la educación y la salud hasta la tecnología, desde la vida personal hasta la política, se hizo posible distinguir aquellas innovaciones que son meramente cosméticas, o simples extensiones del pasado industrial, de las que son verdaderamente revolucionarias.

Pero aún la metáfora más poderosa sólo es capaz de transmitir una verdad parcial.

Ninguna metáfora cuenta toda la historia desde todos los lados, y, por ello, ninguna visión del presente, y mucho menos del futuro puede ser completa y definitiva. Cuando yo era marxista, hacia mis veinte años, creía, como muchos jóvenes, tener todas las respuestas. Pronto supe que mis ‘respuestas’ eran parciales, unilaterales y anticuadas. Más concretamente, llegué a comprender que la pregunta correcta suele ser más importante que la respuesta correcta a la pregunta equivocada.

Albergo la esperanza de que mi obra, al mismo tiempo que suministre respuestas, plantee también muchas preguntas nuevas.

La comprensión de que ningún conocimiento puede ser completo y ninguna metáfora perfecta, es humanizadora. Contrarresta el fanatismo. Concede incluso a los adversarios la posibilidad de verdad parcial, y a uno mismo, la posibilidad de error.

En una época de explosivos cambios —en que las vidas personales se ven desgarradas, el orden social existente se desmorona y una nueva y fantástica forma de vida comienza a asomar por el horizonte—, formularnos las más amplias preguntas acerca de nuestro futuro no es una simple cuestión de curiosidad intelectual. Es una cuestión de supervivencia.

Lo sepamos o no, la mayoría de nosotros estamos ya empeñados en impedir —o en crear— la nueva Civilización.

Breve reseña de lo que ha sido la Segunda Ola

A finales del siglo diecisiete, aun no se había agotado la fuerza de esta Primera Ola de cambio, cuando estalló en Europa la Revolución Industrial, que desencadenó la Segunda gran Ola de cambio planetario. Este nuevo proceso se extendió a través de naciones y continentes con una rapidez mucho mayor.

Así pues, dos procesos de cambios separados y distintos recorrían simultáneamente la Tierra, a velocidades diferentes

En la actualidad, la Primera Ola de cambio prácticamente ha cesado. Sólo a unas pocas y diminutas poblaciones tribales, en América del Sur o en Papua Nueva Guinea, por ejemplo, no ha llegado todavía la agricultura. Pero básicamente ya se ha disipado la fuerza de esta gran Primera Ola.

Entretanto, la Segunda Ola, tras haber revolucionado en muy pocos siglos la vida en Europa, América del Norte y algunas otras regiones del globo, continúa extendiéndose a medida que muchos países, hasta ahora fundamentalmente agrícolas, se apresuran a construir altos hornos, fábricas de automóviles y de tejidos, ferrocarriles e industrias alimentarias. Aún se percibe el impulso de la Industrialización. Esta Segunda Ola no ha perdido por completo su fuerza

Pero mientras continúa este proceso, ya ha comenzado otro, aún más importante (...) una Tercera Ola escasamente comprendida.

A nuestros fines consideraremos que la época de la Primera Ola comenzó hacia el año 8.000 antes de Cristo y que dominó en solitario la Tierra hasta los años de 1650-1750 después de Cristo.

A partir de este momento, la Primera Ola fue perdiendo ímpetu a medida que lo cobraba la segunda. La Civilización industrial, producto de esta Segunda Ola, se impuso entonces en el planeta hasta alcanzar su culminación durante mediados de la década de 1950, cuando (en Estados Unidos) el número de empleados administrativos y trabajadores de servicios superó, por primera vez, al de obreros manuales.

Fue esa la misma década que presenció la introducción generalizada del computador, los vuelos de reactores comerciales, la píldora anticonceptiva y muchas otras innovaciones de gran impacto.

Fue precisamente durante esa década cuando la Tercera Ola empezó a cobrar fuerza en Estados Unidos. Desde entonces ha alcanzado —con escasa diferencia en el tiempo— a la mayoría de naciones industrializadas en todo el mundo.

En la actualidad todos los países de alta tecnología experimentan los efectos del choque entre la Tercera Ola

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