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Tres Ensayos


Enviado por   •  10 de Diciembre de 2012  •  1.331 Palabras (6 Páginas)  •  421 Visitas

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Tres ensayos de una teoría sexual.

I. Aberraciones sexuales.

Freud en tres ensayos empieza a hablar acerca de la libido y como el instinto sexual esta

faltante en la etapa de la infancia. Hace énfasis en el objeto sexual como la ‘cosa’ de la

cual parte el objeto sexual , y el acto hacia el cual impulsa el instinto, un fin sexual.

Hace mención una lista de aberraciones sexuales empezando por las inversiones donde

estipula que un hombre o mujer busca como objeto sexual alguien de su mismo sexo.

También agrega lo que es la degeneración como todo síntoma patológico que no son de

carácter traumático o infeccioso y aclara que estás aberraciones tanto como las

inversiones no pueden ser degeneraciones. Pasa después al innatismo con respecto a la

sexualidad en el cual explica como la sexualidad es un carácter adquirido de manera

innata. Comenta acerca de la bisexualidad como un hermafroditismo psíquico y su

independencia con la inversión. Añadiendo a la lista de las aberraciones pasa por los

objetos sexuales como los impúberes y los animales también como una inversión del

objeto sexual.

En cuanto a las desviaciones relativas al fin comenta que conduce a la solución de la

tensión sexual y a la extinción temporal de la pulsión habla de diferentes apartados como

son las transgresiones anatómicas, donde se busca la satisfacción por medio de los

objetos parciales u otras partes del cuerpo además de los genitales, como el empleo de

las mucosas bucales o labiales, el orificio anal.

Pasa a la sustitución del objeto sexual, o Fetichismo, donde el objeto normal es sustituido

por otro relacionado con él, pero al mismo tiempo totalmente inapropiado para servir al fin

sexual normal, el objeto está relacionado en general con partes inusuales del cuerpo

como los pies o el cabello, o con algún objeto inanimado con cercana relación con el

objeto sexual.

Ante esto plantea la fijación de fines sexuales preliminares, donde diferentes

circunstancias empujan a permanecer en los actos preparatorios para el fin sexual

‘normal’ hasta llegar a sustituirlo; como es el tocamiento el cual es necesario para

cualquier acción sexual, también estos actos incluyen la contemplación que desprende

gran excitación y es necesaria para la sexualidad normal.

Otras perversiones que Freud menciona es la tendencia a causar dolor al objeto sexual y

su recíproca que son denominados sadismo y masoquismo.

El componente activo de la perversión activa del sadismo conviene de la pulsión sexual,

exagerada y colocada por medio de un desplazamiento y su contrariedad con esto es la

pasividad o masoquismo siendo la posición de la satisfacción con el voluntario

padecimiento de dolor físico o anímico producido por un objeto sexual; esta pasividad o

actividad siempre aparecen conjuntas en la misma persona.

La mayoría de las perversiones que comenta Freud son parte de la vida sexual del

hombre normal; en ningún hombre falta una agregación de carácter perverso al fin sexual

normal y esta generalidad es suficiente para que llegue a ser perverso.

La pulsión sexual proporciona ayuda a las fuerzas que mantienen los síntomas, y es la

única constante y constituye la fuente energética más importante de la neurosis; los

síntomas histéricos son la sustitución de procesos inclinados a deseos anímicos afectivos

que la represión impide llegar a su satisfacción; estos pensamientos retenidos o

reprimidos en estado inconsciente se exteriorizan mediante la conversión en fenómenos

somáticos o síntomas histéricos.

Los síntomas no se originan de la pulsión sexual normal si no que sse reprime lo que se

consideraría como perverso, por lo que Freud aplica la frase de: La neurosis es el

negativo de la perversión.

A los psiconeuroticos su constitución de la pulsión sexual los aproxima a la perversión a

los cuales les aparece la enfermedad a partir de la pubertad, contra estos se alza la

represión y se forma la enfermedad, por la libido negada de satisfacción, y hace alegoría

a como si fuera un río que su lecho principal ah sido desviado, o en términos técnicos

‘desplazado’.

Retomando como la pulsión sexual es innata a todos los hombres (raza) se desarrollan

como portadores de la actividad sexual pero otras veces la represión siendo insuficiente

aparecen los síntomas patológicos y entre los dos extremos se encuentra la vida sexual

normal.

Así

...

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