Ensayo sobre Mexico desde la comunicación interpersonal

El individualismo en México por ley, está marcado. El individualismo habla acerca de valorar los derechos y responsabilidades personales, privacidad, expresar la opinión propia, libertad, innovación y expresión de “yo”, y creo que eso si ocurre en nuestro país en donde hasta cierto punto somos libres de expresar lo que queramos, y más vale que queramos hacerlo porque no todo está bien, y es que si nosotros no nos preocupamos por nosotros mismos, el país no lo va a hacer.

Las culturas altamente colectivistas valoran la comunidad, colaboración, intereses compartidos, harmonía, bien común, y evitar vergüenzas. El colectivismo en México por su parte, nunca se ha dado, desde siempre. Tal ejemplo es Guillermo González Camarena quien ha aportado al mundo uno de los inventos que revoluciono la historia: la televisión a color. Un mexicano al que nadie le hizo caso, que tuvo que ir a  Estados Unidos en busca de que creyeran en él y tuvieran fe, así como los actores y miles de mexicanos que van en busca del sueño americano, y una vez que el talento los hace exitosos, México los anhela. El colectivismo en México no se da porque parece que somos alérgicos a él, la envidia hace que nadie le desee el bien a otro ciudadano. Porque en lugar de alegrarnos por el éxito de tal, maldecimos que haya tenido una oportunidad. Eso es México, sin embargo, tenemos corazón, no todo es cosa negativa, y aunque nunca estamos unidos, recientemente nos hemos vuelto uno, una sola voz, una sola fuerza, una sola mano, y un solo corazón con el pensamiento de ayudar. Y es que recientemente algo que ha conmovido a la nación y al mundo, son las hasta el momento ya 320 víctimas que ha cobrado el reciente sismo en el centro del país, fue ahí donde salió el verdadero mexicano, en donde la fuerza se otorgó para ayudar a otro, ese mexicano del cual te sientes orgulloso, en donde en las calles,  los días pasados el  problema era la saturación de gente en ellas queriendo ayudar. Por una parte es lamentable que tenga que haber desgracia para compadecernos del otro, pero por otra ha nacido la esperanza de que esa luz nunca se apague y pueda siempre estar encendida de quienes somos realmente, y convertirnos en una cultura ejemplar para el resto del mundo y así poder quitar los estereotipos que se nos han otorgados. ¿Eres violador? ¿Asaltante? ¿Delincuente? ¿Marihuano? Por qué es así como cientos de países ven al nuestro, si no lo eres, está en cada mexicano querer cambiarlo, comienza con prepárate.

El contexto se une a lista de problemáticas nacionales, pues actualmente no tenemos un líder que nos gobierne, pues en un país de primer mundo como Estados Unidos, los mensajes verbales son directos, específicos y detallados. Se espera que los hablantes expresen exactamente lo que quieren decir e ir al grano. Y está bien. ¿Qué país no le haría caso a un buen líder? A alguien competente, y a alguien que cualquier decisión que tome, sea del agrado del pueblo o no, es para un buen camino. Aquí no pasa eso, porque nuestro contexto es de ignorancia. El líder en cada minuto, no, en menos, como en cada cinco minutos busca la forma de probar su inaptitud. Entonces ¿Quién le haría caso a una persona que ni su vida personal puede controlar? Su vida laboral mucho menos. Solo en México ocurre donde en medio de una desgracia donde por primera vez está unida una nación, el presidente de la república se pone a armar un circo para hacer mano-cadena, con medios de comunicación presentes. O en donde los partidos políticos enseñan el cobre no queriendo aportar para reconstruir una ciudad que está en cenizas. Donde donar dinero es ilegal, pero cuando se viola la ley por parte de los partidos no se les castiga. Donde el presupuesto para partidos en campañas electorales es de 30 mil millones de pesos y el presupuesto para víctimas tras el terremoto es:  cooperar, solidaridad y acopio. Ese es el contexto de México

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